Lectura del santo evangelio según san Mateo 14,1-12 Lectura del santo evangelio según san Mateo 14,1-12
Herodes lo que se contaba
de Jesús, y dijo a sus ayudantes:
“Ese es Juan Bautista
que ha resucitado de entre los
muertos, y por eso los Poderes
actúan en él”.
Es que Herodes había
mandado prender a Juan y lo
había metido en la cárcel encadenado
por motivo de Herodías,
mujer de su hermano Felipe,
porque Juan le decía que
no le estaba permitido vivir
con ella. Quería mandarlo matar,
pero tuvo miedo de la gente,
que lo tenía por profeta.
El día del cumpleaños de
Herodes, la hija de Herodías
danzó delante de todos, y le
gustó tanto a Herodes, que
juró darle lo que pidiera. Ella,
instigada por su madre, le dijo:
“Dame ahora mismo en una
bandeja la cabeza de Juan
Bautista.”
El rey lo sintió; pero, por el
juramento y los invitados, ordenó
que se la dieran; y mandó
decapitar a Juan en la cárcel.
Trajeron la cabeza en una
bandeja, se la entregaron a la
joven, y ella se la llevó a su
madre. Sus discípulos recogieron
el cadáver, lo enterraron
y fueron a contárselo a Jesús.
Comentario
Celebramos la fiesta de
San Juan Mª Vianney, un santo
apóstol de Francia en el siglo
XIX, Patrono de los Sacerdotes.
Tuvo que superar muchas
dificultades para llegar
a ser sacerdote; vivió santamente
como párroco de Ars
con su predicación, la mortificación,
la oración y la caridad.
La Liturgia que la Iglesia
nos regala este día contiene
grandes testimonios que
se asemejan a la vida de Jesús.
El texto de Jeremías se
corresponde con el proceso
de Jesús cuando se dice “Este
hombre merece la muerte”;
Jeremías es figura de Cristo;
es un profeta enviado de Dios
y es Dios quien habla por su
boca. Juan Bautista es Precursor
del Señor; fue anunciador
de Jesucristo y no se
adueñó de la profecía sino que
se convirtió en imitador de Jesucristo;
el Evangelio nos narra
su muerte. Tanto Jeremías
como Juan son enviados al
pueblo a profetizar, se les juzga
y se les condena a muerte.
También el cura de Ars sufrió
humillaciones por decir la verdad,
que de alguna manera es
una muerte. Todos son profetas,
anuncian las palabras de
Dios, condenan las injusticias
que acaecen a su alrededor y
son juzgados por ello. Estos
hombres entendieron bien que
“la vida se acrecienta dándola”.
Hemos de saber que toda
persona que sufre por la justicia,
participa del Misterio de
la Pasión de Jesús, porque “en
cualquier lugar donde sufre un
hombre o una mujer, es Jesús
quien sufre”.
El salmista clama al Señor
pidiendo ser escuchado.
El Salmo 68 es un Salmo mesiánico,
ya que el Nuevo Testamento
lo cita en varias ocasiones.
Es una lamentación
compuesta de quejas seguidas
de una oración; es la voz
del fiel, es el grito de angustia
del que es víctima. Es, en
fin, “la palabra orada” del que
sufre.
Jesús ha sido enviado por
Dios para dar testimonio de
la Verdad y sus palabras son
una llamada del Señor para
nosotros. Toda la liturgia es
una invitación a la conversión;
invitación a mejorar los
caminos por donde caminamos
y revisar nuestras obras
y conductas.
Dice el papa Francisco:
“La fe comporta elegir a Dios
como criterio-base de la vida,
y Dios no es neutro”, como
el Evangelio que “toma
posición” por el hecho de
defender una cierta idea del
hombre, se compromete por
la verdad, la justicia, la moral.
“Después de que Jesús vino
al mundo no se puede actuar
como si no le conociéramos.
Dios tiene un rostro concreto,
tiene un nombre: Dios es
misericordia, Dios es fidelidad,
es vida que se dona a todos
nosotros”.