El defecto físico: cómo superarlo… El defecto físico: cómo superarlo…
DESDE LO
NEUROPSICOLóGICO
Superar un defecto físico puede llegar a suponer un
gran reto para quienes lo sufren. Los defectos físicos
que no aceptamos en nosotros mismos pueden ser el
origen de timidez, vergüenza, nerviosismo, sentimiento
de inferioridad, etc.
No obstante, aunque muchas personas se puedan
sentir inferiores en un momento dado, eso no quiere
decir que tengan un complejo de inferioridad. Para
que se establezca un sentimiento o complejo de inferioridad
no es necesario que esa persona tenga un defecto
real. Tan sólo es necesario que crea tenerlo, pues
eso también se engloba en los defectos físicos.
Con frecuencia, la causa es que en alguna ocasión
se sintió rechazado por los demás. Quizá ese defecto físico
fue el origen del rechazo, como consecuencia, esa
experiencia marcó decisivamente su personalidad.
TODOS TENEMOS
DEFECTOS
Así es. Todas las personas tenemos defectos, seamos
o no conscientes de ello. También puede ocurrir
que algunas personas vean defectos donde no los hay.
En todo caso, lo importante es la percepción subjetiva.
La percepción subjetiva de un defecto hace referencia
a la creencia que tenemos acerca de alguna imperfección,
sea esta real o no. Y eso es lo verdaderamente
importante, pues puede marcarnos de por vida. Por
eso se hace importante superar un defecto físico, psicológico
o de cualquier otro tipo. Los defectos se suelen
adscribir a uno de los siguientes tres ámbitos fundamentales:
El terreno físico (defecto corporal, fealdad, obesidad,
talla demasiado baja o alta, impotencia sexual,
características propias del sexo contrario, etc.).
El plano intelectual (inteligencia mediocre, poca
cultura, etc.).
El terreno social (falta de simpatía, poca facilidad
de palabra, etc.).
Los defectos físicos pueden generar sentimientos
de inferioridad
Si no logramos superar un defecto físico puede que
experimentemos sentimientos de inferioridad. A su
vez, los sentimientos de inferioridad pueden provocar
inhibición y retraimiento. Esto puede dar lugar a que
vaya constituyéndose una personalidad tímida e insegura,
dentro de un marco de escasa actividad social.
El conocido médico neurólogo y psicólogo clínico
austríaco Alfred Adler estudió a fondo este problema,
proponiendo un enfoque del mismo basado en el sistema
de compensaciones neuropsicológicas: cuando alguien
se siente inferior puede optar por la resignación.
Si opta por la resignación, esto dará lugar a una actitud
de modestia y timideces exageradas, inseguridad
e inhibición. Pero si no se resigna, intentará compensar
su defecto de tres modos que no se excluyen totalmente
entre sí y que darían lugar a las “compensaciones
neuropsicológicas”.
PAUTAS PARA SUPERAR
UN DEFECTO FíSICO
Un defecto físico provoca un sentimiento de inferioridad
que hay que afrontar. El origen del complejo
es real, está ahí, pero nunca se puede permitir que llegue
a convertirse en un complejo. Vamos a ver algunas
soluciones prácticas para superarlo:
Es importante circunscribir el defecto con exactitud.
No por tener una nariz horrorosa el resto de la cara
ha de carecer totalmente de atractivo.
Al mismo tiempo que se ve el defecto hay que valorar
las propias cualidades físicas positivas. Se puede
ser bajo, pero tener una bonita conformación física; se
puede tener manos feas, pero una boca preciosa.
Es preciso resaltar lo bueno que uno tiene y amortiguar
el defecto. Así, este llamará menos la atención. No es
negar su existencia, pero sí hacerla menos aparente.
Sin lugar a dudas, hay que aprovechar todos los
trucos estéticos para superar un defecto físico.
Conviene
saber qué tipo de ropa, zapatos, adornos y maquillajes
le van más a uno para superar el defecto.
Las compensaciones tanto físicas como neuropsicológicas
pueden ser altamente satisfactorias. Se debe
compensar el aspecto defectuoso por otro u otros
totalmente distintos.
Por ejemplo, la incapacidad para
hacer deporte puede compensarse con la afición a la
música o a la lectura.
Hay que tener en cuenta que no todo es el físico. El
hombre es cuerpo, mente y espíritu.
No hay que empeñarse en la perfección inalcanzable.
Se tiene que aceptar el propio defecto y aprender
a vivir con él.
Existen algunos defectos que son subsanables.
La obesidad es uno de ellos. Con esfuerzo y ayuda médica
se consigue vencer.
No se debe negar la evidencia del defecto. Hay que
afrontarlo, buscar soluciones y ponerlas en marcha.
Incluso es bueno hablar de él. La actitud del avestruz
(meter la cabeza) no lleva a nada.
Si el defecto va ganando terreno y corre el riesgo de
convertirse en el origen de un complejo, conviene acudir
a un especialista neuropsicólogo que actúe como
guía para encontrar las soluciones y la forma de afrontarlo.
Como hemos podido observar, es posible
superar un defecto físico. Tan solo debemos
apreciar otras virtudes e intentar subsanar el defecto
si es posible. Si se llega a convertir en un complejo,
lo mejor es visitar a un neuropsicólogo para que
nos dé pautas para superarlo.
DEL DEFECTO FíSICO AL
COMPLEJO EMOCIONAL
Vivimos en un mundo que ha establecido un auténtico
culto a la belleza. En realidad, sería más justo decir que
no es a la belleza, sino a un muy específico tipo de belleza.
Hay patrones predefinidos sobre lo que es hermoso.
No es gratuito que esos parámetros encuentren su máxima
expresión en quienes desempeñan un oficio que genéricamente
se conoce como el de “modelos”.
Este tipo de patrones no se originan en los expertos
ni en los artistas. Surgen de los medios de comunicación.
De ahí que penetren tan profundamente en la
conciencia de los individuos, que en su gran mayoría,
y de manera pasiva, se adhieren a esos prototipos para
determinar lo bello y lo feo. La cualidad y el defecto.
En esas circunstancias el defecto físico parece no
tener lugar. A pesar de que la mayoría tenemos algún
rasgo que se sale de los estrechos parámetros de la belleza
comercial. De ahí que en las personas menos críticas,
o en los sectores más alienados, el defecto físico
pueda convertirse en blanco de rechazos, de burlas o
de discriminación.
La consecuencia es que muchas personas terminan
desarrollando lo que se conoce popularmente como
un “complejo”: convierten su condición en una actitud
frente a sí mismos, al mundo y a la vida. Para que
esto no ocurra, conviene seguir un par de indicaciones
básicas.
Establecer los límites precisos de lo que se llama los
“defectos físicos”
Que tengas los ojos almendrados y los quieras redondos
no es un defecto físico.
Es un rasgo fisionómico
que no tiene nada que ver con una deficiencia.
Ahí no tienes mucho que pensar sobre lo que hay en
tu cuerpo, sino más bien evaluar lo que pasa por tu
mente. ¿Por qué te cuesta trabajo aceptarte?, ¿por qué
le otorgas a la televisión y a los televidentes acríticos el
poder de decidir lo que es bello y lo que no?
Ahora, si en tu caso lo que hay es una
malformación o una cicatriz, por ejemplo,
lo que debes hacer es construir una
frontera mental. Debes circunscribir ese
defecto con exactitud.
Si tienes tres manos, son tus manos y
no todo tu cuerpo y tu mente lo que tiene
ese rasgo atípico. Si rengueas, es tu pierna
corta y no todo tu ser. Seguro también tienes
atractivos: tu cabello, tus orejas, o esa
forma tan tuya de aceptarte y mandar al
diablo a los tontos que viven para criticar,
y en esta sociedad y cultura que vivimos es
un alto porcentaje de tontos opinólogos.
De hecho, la expresión “defecto físico”
debería eliminarse. Las mercancías
son defectuosas, las personas no. Un ser
humano es diferente, puede tener rasgos
atípicos. Pero no es defectuoso como tal.
Para mí el “defecto físico” no está en mis
pensamientos y en mi rol como profesional.
No vivas para el
defecto
Algunos rasgos son tan notorios (tener
tres manos, por ejemplo) que es imposible
pasarlos desapercibidos o pedir a los demás
que no los noten.
Depende de vos, y
solamente de vos, que sigas notándolo y
haciéndolo notar para siempre.
Resulta inevitable que esa parte de
tu apariencia cause sorpresa o desconcierto
a primera vista. De hecho, pueden hasta
cercarte con preguntas molestas o incómodas,
seguramente ya estás acostumbrado
a que así sea.
“Las personas más bellas con
las que me he encontrado son
aquellas que han conocido la
derrota, han conocido el sufrimiento,
han conocido la lucha,
han conocido la pérdida y han
encontrado su forma de salir de
las profundidades. Estas personas
tienen una apreciación, una
sensibilidad y una comprensión
de la vida que los llena de compasión,
humildad y una profunda
inquietud amorosa. La gente
bella no surge de la nada”.
Elisabeth Kubler-Ross.
Lo mejor es que aceptes esa situación y
“salgas de eso” cuanto antes. Si notas que
alguien observa insistentemente esa tercera
mano, o la doble nariz, toma la iniciativa:
habla con franqueza de tu defecto,
cuenta la historia y explica que entiendes
la reacción que genera en otros.
Basta con que lo hagas una vez, o a lo
sumo dos. No necesitas estar todo el tiempo
refiriéndote a tu físico ni pasar todo el
tiempo bromeando contigo mismo para
probar que te aceptas.
Sobra decir que si ese rasgo atípico no
es definitivo, sino que puedes cambiarlo,
es bueno que evalúes esa alternativa.
Si quieres hacer una transformación, no
ahorres esfuerzo en ello.
Eres una persona bella, reconócelo
siempre…
Puedes encontrar una persona bella en
todas partes porque cada uno de nosotros
emanamos belleza.
Lo hacemos con nuestra
sensibilidad, con la expresión de nuestras
emociones, con el amor que compartimos
y con cada uno de los actos que nacen
de nuestra bondad sin límites.
La propia naturaleza nos ha aportado el
don de la belleza, siendo algo intrínseco al
ser humano.
Un aspecto básico que todas las
personas poseemos. La belleza no es de unos
pocos, ni está reservada a los seres más privilegiados.
Se encuentra en cada uno de nosotros
y tenemos capacidad para poder explorarla
e ir descubriéndola.
No existen personas más o menos bellas,
simplemente hay quienes indagan
más en su propia naturaleza y son capaces
de observar y manifestar toda la belleza
que se encuentra en su interior. Haciendo
de sus vidas una experiencia digna de admiración,
por la bondad y el amor que son
capaces de albergar y transmitir.
Tú eres una
persona bella,
¡obsérvate!
Obsérvate, verás en vos a una
persona bella que ha tenido que
pasar por muchos senderos diferentes
en su vida. Has hecho un recorrido
lleno de dificultades desde tu nacimiento.
Te has enfrentado al dolor, al sufrimiento,
a la amargura, a la soledad.
También a multitud de decisiones difíciles
de afrontar, haciéndolo lo mejor que has
podido a cada momento.
Has tenido que enfrentarte a vos, a tus
indecisiones, a tus emociones, a tus sentimientos;
a todo lo que has vivido y experimentado
para ser hoy quien eres, con algo
más de conocimiento hacia vos y del mundo
en el que vives.
Te has ganado a pulso
la sensibilidad para apreciar toda la belleza
que te rodea.
Escúchate
Escúchate, has adquirido una sensibilidad
especial para poder dar valor y sentido
a todo lo que vives, para apreciar cada
momento atesorándolo como único. Solo
tienes que escucharte, atenderte y confiar
en lo que sientes. Toda la belleza que eres
capaz de percibir fuera es gracias a tu estado
interno.
“Todas las personas quieren ser
bellas, pero como no saben cómo
serlo, se siguen maquillando
la cara, cortando el pelo, probándose
este vestido o el otro,
haciendo dieta o todo tipo de
cosas, sólo para ser bellas. Pero
no saben que eso no les servirá
de mucho. La belleza es algo
interior. Una vez que está ahí,
descubierta, comienza a irradiar
de tu cuerpo, de tu mente,
de todo aquello de lo que tú
estás compuesto. Una vez que tu
belleza interior está ahí todo se
embellece, incluso lo exterior”.
Osho.
Reconocerás y percibirás mejor tu belleza
cuando te escuches, cuando te tengas
en cuenta y prestes atención a tus necesidades.
Ser una persona bella no
depende de nada ni de nadie, salvo
de vos. Es tu responsabilidad…
Agradezcamos
nuestra belleza
El agradecimiento por lo que somos y
lo que tenemos es una muestra de humildad
y compasión, para llegar a aceptarnos
tal y como somos; de tal manera que
nos perdonemos y reconciliamos con todo
aquello que nos disgusta y rechazamos de
nosotros mismos.
“En tu actitud se encuentra la belleza.
En tus pensamientos, tus
ideas y tus creencias. También
en lo que compartes con los demás;
en tu fuerza de superación
y tus ganas por vivir. La belleza
está en todas las emociones y
sentimientos que experimentas,
en todo lo que haces de corazón.
Todo en vos es belleza”.
Lic. Mariano Vega Botter.
Obsérvate, escúchate y reconócelo, vos
sos una persona bella, digna de amor y cariño.
Mereces tu respeto, tu admiración y
toda tu comprensión. No te castigues, ni
te maltrates, ni te exijas más de lo necesario.
Tu valor como persona está por encima
de toda condición. Vos eres la vida
misma y en tus manos está cuidarla.