Evangelio según San Mateo 1,1-16.18-23 Evangelio según San Mateo 1,1-16.18-23
fue de esta manera: María,
su madre, estaba desposada
con José y, antes de vivir juntos,
resultó que ella esperaba
un hijo por obra del Espíritu
Santo.
José, su esposo, que era
justo y no quería denunciarla,
decidió repudiarla en secreto.
Pero, apenas había tomado
esta resolución, se le apareció
en sueños un ángel del
Señor que le dijo:
“José, hijo de David, no
tengas reparo en llevarte a
María, tu mujer, porque la
criatura que hay en ella viene
del Espíritu Santo. Dará a
luz un hijo, y tú le pondrás por
nombre Jesús, porque él salvará
a su pueblo de los pecados”.
Todo esto sucedió para
que se cumpliese lo que había
dicho el Señor por el Profeta:
“Mirad: la Virgen concebirá
y dará a luz un hijo y le
pondrá por nombre Enmanuel,
que significa “Díos con
nosotros”.
Comentario
El profeta Miqueas nos
adentra en la más maravillosa
e importante de las profecías.
El maravilloso anuncio
de la próxima venida del Mesías.
Una profecía que llena
de esperanza al todo el pueblo.
Dios nos envía a quien
nos salvara del mal, del pecado,
a ese que cumplirá su
misión de Pastor y nos dará
la Paz.
El profeta Miqueas también
nos deja ver dónde nacerá
ese niño. La ciudad de
Belén, que precisamente fue
el lugar donde nació el Rey
David.
La ciudad de Belén, escogida
para el nacimiento
de un Rey, el rey David, pero
que también nacerá otro
gran Rey, Jesús el Nazareno,
cuando los descendientes de
David nacieron casi todos en
Jerusalén. Dios escoge esta
ciudad porque Dios siempre
deseo lo sencillo, para su
Hijo.Y así en este anuncio nos
pone a María, una mujer que
desde la pequeñez, la sencillez
la escoge para ser madre
del Mesías, y él es la Paz que
tanto necesita el pueblo que
no cesa de llorar su destierro.
Y ese llanto cesara cuando
nazca el Hijo de Dios.
Mateo en el evangelio nos
da a conocer ya la profecía
que fue hecha por Miqueas
700 años atrás. Nos va contando
la genealogía de Jesús.
genealogía en la que Dios
nos llena de alegría al darnos
a Jesús su hijo, el Verbo
echo carne, el Amor de Dios
se desborda en la historia de
nuestro raza. Jesús se hace
“Dios con nosotros”, a pesar
de que en toda la genealogía
vayan apareciendo algunos
descendientes pecadores.
En el anuncio del ángel a
José, nos pone ya ante el nacimiento
de Jesús, teniendo
como protagonistas a Dios y
a su Espíritu, contando con
una muy humilde familia, José
y María.
Y pensar en este nacimiento
de María me lleva a
sentir que sin Su Sí, no tendríamos
a Jesús, aunque él
sea siempre el centro, sin
ella, María esta gran historia
de Amor no se hubiese contado,
no hubiese sido posible,
no continuaríamos viviéndola.
María pobre, humilde, fue
llena de gracia desde el mismo
momento de su nacimiento,
fue la elegida por Dios para
darnos a su hijo. Con el
texto del evangelio de hoy podemos
llenarnos da alegría,
ha sido el inicio de la salvación,
María nació para llenar
el mundo de esperanza, porque
nos traería la Luz.
María nacida de Joaquín y
Ana, que habían vivido unos
veinte años sin tener hijos,
permaneció estéril durante
mucho tiempo. Y cuando ya
habían perdido su esperanza
de tener hijos Dios le llena de
Gracia con el nacimiento de
dar a Luz a la que será Madre
del Mesías.
El silencio de Dios actuando
en María una joven que se
deja guiar por el Espíritu Santo.
¿Hay mayor y más grande
misterio que la Encarnación
del Hijo de Dios?
María siempre en un segundo
lugar detrás de su Hijo,
pero presente en los momentos
más importantes de
su Vida.?