Los exquisitos violinistas bandeños que se fueron en busca de sus sueños Los exquisitos violinistas bandeños que se fueron en busca de sus sueños
Damián, el hermano
menor, y Federico Noriega,
el mayor, iniciaron
hace relativamente
poco tiempo un viaje
hacia la perfección. Saben que
les queda mucho por recorrer, pero
es realmente impresionante lo
que lograron en tan poco tiempo.
Aquí nos cuentan su historia y sus
vínculos con la “Romántica y hermosa”
que hoy cumple años y a la
que siempre quieren volver.
Amablemente respondieron
desde Buenos Aires, donde estudian
y trabajan, al pedido de una
entrevista que resultó sorprendentemente
enriquecedora, para
aquellos que dudan de si podrán
alcanzar sus sueños.
EL LIBERAL: Dos hermanos
músicos hablan de una familia
de músicos o de un hogar en
donde la música tiene mucho protagonismo.
¿Cómo se iniciaron en
sus actuales carreras? ¿Siempre
fue el violín o hubo incursiones
con otros instrumentos? ¿Les gusta
guitarrear o lo suyo es la música
clásica?
Damián Noriega: Yo comencé
de muy pequeño, a los 3
años, y siempre digo que seguramente
quise comenzar por imitar
a mi hermano mayor más que
por gusto. Aparte del violín yo hice
canto desde los 8 y piano desde
los 9 con Pablo Nieva y luego
con Sara Reitich, pero el violín ya
es nuestra profesión por siempre,
creo yo. Obviamente, eso se lleva
en la sangre y cada vez que surge
una oportunidad lo hago con toda
la emoción de un bandeño lejos de
su pago.
Federico Noriega: Es la primera
vez que hago una nota pensando
en el violín y en mi hermano,
la realidad es que siendo yo
el iniciador tengo que decir que
en nuestra casa había sólo música
ambiental, radio, tele etc., nada
a propósito y nada premeditado,
no encontramos ni un solo rastro
de pariente músico ni artista
en nuestra familia; se podría decir
que somos los iniciadores. Hablando
puntualmente de mí, fue
algo muy natural, un día escuché
en la tele una orquesta y le dije a
mi mamá: ‘Quiero tocar el violín’,
tan simple y natural como eso.
Ella buscó un profe y arranqué,
teniendo 12 años, con Ana María
Palazzo a través del método Suzuki.
Como todo santiagueño, siempre
digo que llevo el folclore en la
piel, cada vez que tengo la oportunidad
de tocar, lo hago y muy feliz,
porque me transporta y me conecta
con mi lugar, mi origen que
nunca dejo de extrañar. Tengo toda
mi familia y grandes amigos en
La Banda; muchos de los cuales
conozco de toda la vida.
EL: ¿Cómo fue su formación
desde el primer maestro hasta que
decidieron radicarse en Buenos
Aires? ¿Esa formación los preparó
adecuadamente para llegar hasta
donde están ahora o les faltó algo
más?
Damián: Además de la maestra
Ana María Palazzo, y luego con
mi hermano, más tarde comencé
con la maestra Inga Iordanishvilli
en Salta, y después en Buenos Aires
con Eduardo Ludueña a mis 14
y con Rafael Gintoli desde los 16
hasta la actualidad. Por suerte, tuve
muy buenos maestros, quienes
siempre supieron prepararme en
el violín y en la vida.
Federico: En mi caso, después
de Ana María Palazzo, seguí
mi formación en el Conservatorio
de Tucumán con Carlos del Lungo,
luego en Salta con Inca Iordanishvili.
Al venir a Buenos Aires
estudié y tomé clases con Eduardo
Ludueña, Rafael Gintoli, Daniel
Robuschi y actualmente con Luis
Roggero. También tuve cursos en
clases en el exterior, con Marylin
O`boyle (EE.UU.). La formación
de músico nunca acaba; el violín
es un instrumento que te tiene
en forma o por el cual hay que
estar en forma toda la vida, siendo
que sigo perfeccionándome como
cuando empecé hace más de
15 años.
EL: En cuanto a sus proyectos,
¿cuál es el sueño de cada uno? En
una escala musical, en la que la, si
do es la cumbre, ¿en qué nota estarían
ahora?
Damián: Uno de mis más
grandes sueños en este momento
es ganar en las audiciones en
el próximo mes de abril 2019, para
estudiar con la maestra Virginie
Robilliard en Lausanne, Suiza.
También me consideraría en
las tres primeras notas, ya que éste
es un camino de constante crecimiento,
un crecimiento que vamos
a tener hasta grandes.
Federico: Mi sueño o anhelo
sigue siendo el mismo de siempre:
tocar y tocar cada vez mejor; al pasar
los años, uno va descubriendo
mucha música, tanto que con una
sola vida sería imposible abarcarlas;
por esta razón, en la escala,
me ubicaría entre las 3 primeras
notas musicales antes que en las 3
últimas.
EL: ¿Cómo sigue su vínculo
con su ciudad, que está de cumpleaños?
Damián: Lamentablemente,
no es tan frecuente como uno quisiera,
obviamente porque ya estamos
haciendo nuestra vida y carrera
aquí en Buenos Aires, pero
cada vez que volvemos, disfrutamos
mucho de la familia y los amigos.
Federico: Como mencioné
anteriormente, mi vínculo con mi
ciudad es puramente de afectos.
La chacarera me ayuda a traerlos
aquí o a llevarme ahí. Hice toda mi
carrera en la Escuela Normal de
La Banda, desde el maternal, y de
ahí conservo a mis más grandes
amigos, quienes después de haber
egresado hace más de 10 años, siguen
estando en mi corazón. Mi
familia completa, a excepción de
mi hermano, siguen ahí, cada vez
que voy nos juntamos y tocamos
para ellos.
EL: La idea de entrevistarlos
responde a la intención de mostrar
a otros artistas y jóvenes en
general que los sueños siempre se
pueden realizar, pero prefiero preguntarles
a ustedes si eso es así.
Damián: Para mí, los sueños
siempre se cumplen, si uno ama
y siente mucha pasión por lo que
hace, se van a cumplir. No es fácil,
hay que sacrificar muchas cosas,
pero es la única manera de alcanzar
las metas.
Federico: Desde ya, vivir de
lo que uno ama es un regalo. Obviamente,
esta carrera, como tantas
otras, es muy sacrificada. Como
mencioné antes, nosotros estudiamos
todos los días, los 365
días del año, siempre está con nosotros
esa necesidad de seguir, es
lo que elegimos y ya ocupa nuestra
vida al 100%. Yo por seguir mis
sueños, tuve que mudarme muchas
veces, es un sacrificio que tuve
que hacer, viví en Tucumán,
Salta y ahora en Buenos Aires. Estoy
muy feliz de lo que soy, pero lo
más importante es siempre generar
esa motivación que va a ir llevándote
a hacer un mejor profesional.
EL: Por último, aparte de estas
preguntas, quizás no les di la posibilidad
de contar algo que para ustedes
es importante. Bueno, pues,
éste es el momento si hubiera ese
algo más.
Damián: Nos gustaría a ambos
usar este espacio para agradecer
a nuestra familia y amigos que
siempre estuvieron para nosotros.
Pero por sobre todo, nos gustaría
remarcar el amor y el apoyo incondicional
de nuestros padres, ellos
son la razón de todos nuestros logros,
ya que apostaron siempre
por este camino tan difícil, el cual
ellos desconocían desde un principio
al igual que nosotros, pero que
con un poco de intuición sobre el
buen resultado que tendría, fueron
aprendiendo y conociéndolo a
la par nuestra, siempre. l