La fiesta chica del Señor de Mailín se concretó parcialmente por la lluvia

VILLA MAILíN, Avellaneda (C) Como todos los años, la fiesta chica del Señor de los Milagros de Mailín congregó a cientos de peregrinos que, en esta edición, fueron sorprendidos por una copiosa lluvia en la madrugada de ayer. Ello obligó a realizar cambios en la jornada, como trasladar las actividades centrales al Santuario, y también que muchos peregrinos abandonaran la histórica Villa.

Luego de un sábado con temperaturas que superaron los 30° centígrados, una abundante lluvia se hizo presente en toda la región. El registro fue de 60 milímetros, lo que trastocó los planes de los organizadores de la fiesta religiosa.

La misa se celebró en el Santuario y la procesión tuvo que suspenderse. Se decidió también oficiar una misa a las 16.30 para los caminantes que no pudieron llegar a la mañana. Al respecto, cabe destacar que cientos de personas peregrinaron durante varios días, ya sea para cumplir una promesa, para agradecer o para hacer pedidos especiales.

Homilía

Pese a los contratiempos climáticos, el rector del Santuario, padre Rubén Lassaga, agradeció la bendición de la lluvia. En su homilía resaltó: "Era ansiosamente esperada por los pobladores de esta zona, especialmente de la zona rural, porque hace ya varios meses que no llueve", indicó el sacerdote.

Las actividades de la fiesta chica comenzaron con la novena, que este año se trasladó a distintas casas de vecinos de esta localidad y de parajes rurales. El sábado hubo bautismos y misas durante toda la jornada, que se concretaron con normalidad.

Cuando cesó la lluvia, ayer cerca del mediodía, la imagen del "Cristo Forastero" fue descendida de su camarín para que los peregrinos que llegaban hacia la zona del Santuario pudieran saludarla.

Entre la actividades se presentaron los trabajos de los adultos y los niños sobre las conclusiones y reflexiones que se hicieron estos días. En las celebraciones acompañaron varios sacerdotes del decanato, también estuvo el padre Jorge Seibol, misionero de Villa de Mayo, y sacerdotes de la ciudad de La Plata.

El lema para este año fue "Mirando tu cruz, reconocemos nuestra dignidad" y es una de las celebraciones más tradicionales del NOA, ya que convoca a miles de fieles provenientes no sólo de Santiago del Estero, sino de provincias vecinas.