"Vos mataste a Marilyn y escondiste el cuchillo", le espetó el "Negro" Coria a Torres

"¡Decí la verdad, vos mataste a Marilyn porque se metió entre los dos. Acabá con esa farsa y entregá el cuchillo con el que la asesinaste!", desafió Ariel Nahuel "Negro" Coria a Mario Torres, en un vibrante careo judicial.

En la segunda jornada del juicio por el femicidio de la joven madre, el tribunal enfrentó al ex con el actual novio de la víctima, ultimada de varias puñaladas.

El trámite fue resultante de una jugada del defensor Juan José Saín.

En el primer día del debate, la Fiscalía presentó el video de la reconstrucción. Como en el filme hablaba Coria, su abogado se asumió habilitado para carearlo, aún sin declarar en la audiencia.

Cuarto intermedio

Ante la oposición de la fiscal Marta Ovejero, el tribunal pasó a un cuarto intermedio y accedió al careo pretendido por Saín.

Frente a frente, Coria -el único acusado hasta ahora- atacó a Torres y le endilgó el asesinato de Marilyn.

Ello dejó perplejos a los presentes en la sala, ya que se asumían partícipes en un juicio de casi segura pena a prisión perpetua para Coria. "Vos mataste a Marilyn; me agarraste a patadas y tiraste dos ladrillazos", atacó Coria a Torres.

"¿Qué hacías vos con un cuchillo en su casa y de noche?", respondió Torres.

En el fragor del careo, más de uno quedó desconcertado ante los dos hombres destilando casi la misma sensación de sospecha.

Fue tal la intensidad del duelo verbal, que Torres tuvo que defenderse de todas las embestidas.

A criterio de la defensa del acusado Coria, su cliente reconoce haberse peleado con Torres, pero niega haber apuñalado a Marilyn.

Pero Torres indicó que Coria llegó a escondidas y que lo atacó a puñaladas a él. Dijo que terció Marilyn y que Coria la corrió fuera de la casa, la alcanzó y la atacó hasta matarla.

Por el contrario, Coria sostiene que fue a la casa y que Torres lo recibió a patadas y a pedradas. Que se trenzaron en lucha y en el pico de mayor fragor Torres apuñaló a Marilyn, al quedar entre los dos. Para peor, no hay consenso sobre el arma utilizada y la misma jamás fue secuestrada por la Justicia.