La familia vive la confirmación con una mezcla de "alegría y dolor"

Andrea Guerrero vive momentos muy emotivos tras conocer la noticia de que por fin, miembros de la Secretaría de Derechos Humanos habían logrado identificar los restos de su hermano Mario Gustavo Rodríguez.

"Tenemos una mezcla de emociones, entre alegría y tristeza, porque siempre tuvimos la esperanza de que estuviera vivo o por lo menos encontrarlo".

"Nos contactaron y hace dos meses nos realizamos la muestra para los estudios de ADN, que por fin ayer nos informaron que dieron positivo. Al principio dudamos porque no queríamos hacernos falsas ilusiones y pasar por todo eso", expresó.

"Después de consultar con mi mamá y mi hermana mayor, Adriana, que vive en Buenos Aires, decidimos realizar la prueba. Ahora estamos esperando para poder ir a visitar la tumba de mi hermano, en Malvinas".

Tras ser consultada por cómo era su hermano, Andrea contó a EL LIBERAL que lo conoció poco, porque se fue muy chico a Buenos Aires, donde estudió y comenzó a trabajar. Le gustaba mucho el fútbol y anhelaba llegar a Primera. En la Capital, comenzó su historia de soldado: "Siempre fue su sueño defender a la Patria", manifestó conmovida. Andrea comentó que los otros cuatro hermanos compartieron las mismas sensaciones cruzadas de alivio y dolor, al confirmarse la muerte de Mario y que sus restos descansan en el sur austral argentino.

La placa desaparecida

Andrea también relató que Herrera le hizo homenajes a su hermano y que tenía un monolito con una placa recordatoria en la plaza del pueblo, pero que desapareció hace tiempo, producto del vandalismo. De allí que se gestionara la restitución del monumento, lugar que Mario frecuentara de niño. El otro recuerdo del soldado hasta el jueves perdido, fue la nominación con su nombre de la biblioteca del colegio al que asistió de niño en Tala Pozo.