Cómo influye la crisis en los hábitos de compra de los santiagueños

Hay datos que para el sector comercial y según el rubro resultan más alarmantes que para otros. Pero, la coincidencia generalizada es que todas las actividades comerciales tuvieron según la última estadística oficial de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (Came) de septiembre, retrocesos en sus ventas.

En este nuevo contexto económico signado por precios en alza en todos los segmentos y salarios que en muchos casos van por detrás de la inflación, la demanda de los consumidores va adquiriendo nuevas formas y diferentes matices a cómo venía presentándose hace dos o tres meses. Esa característica corta de manera transversal a todos los rubros ligados al consumo. Desde alimentos hasta los vehículos 0km: Sólo se vende lo que está de oferta. Y que el consumidor compruebe que, efectivamente, es así.

Uno de esas demandas diarias de alimentos la recogen las panaderías. Roberto Llanos, presidente del Centro de Panaderos, señaló que a diferencia de lo que sucedía el año pasado y hace algunos meses, "ahora mucha gente compra ofertas de facturas que son del día anterior. Las que quedan sin vender, se venden al día siguiente con un 30% de descuento".

Pero además, hay otro rasgo que señala Llanos: "En los negocios de nuestro rubro que además tienen como anexo una fiambrería, la gente compra fiambre surtido como mortadela común, paleta común, salchichón, queso de cerdo y pan. El año pasado no se vendía tanto este tipo de fiambres sino otros como salame, bondiola, que hoy están más caros".

Agregó como un tercer rasgo distintivo de estos tiempos que "lo otro que se vende mucho son picadillos, carne enlatada tipo viandada o corned beef que se vende junto con el pan".

El pollo

Cristian Leal es uno de los propietarios de la distribuidora avícola Lealcitos. En el local venden tanto por mayor como por menor. En este último segmento notan varios cambios. "Antes, un cliente normalmente compraba $1.000 a $1.200 de pollo o de distintos cortes para toda la semana, pero ahora compra por día $150 a $200. Antes venía una sola vez y ahora viene pasando 2 ó 3 días. Pero gasta menos. Viene todos los días para ver las ofertas. Trata de gastar en vez de los $1.000 de antes, unos $700 ú $800", indicó Cristian.

Otro cambio que se nota es en el tipo de cortes que solicita la gente. "Los productos más caros como el filet que vale $110 el kilogramo se lleva muy poco, lo que más sale es la alita de $40 el kilogramo o el trozado parrillero a $50 el kilogramo", indicó.

Agregó a manera de ejemplo que "si se venden unos 100 kilos de pechuga, por otro lado se venderán unos 500 de ala, más o menos esa es la relación. Pero la gente busca mucho las ofertas y la demanda es de todos los días".

Pescados

En otro rubro de carnes, pero en este caso las de pescado, Roberto Pellicer, propietario de la pescadería El Besugo, señaló que "en nuestro negocio se nota el cambio de hábito de la gente en cuanto a las cantidades que pide". Detalló que "la mayoría de los que viene buscan redondear una compra de $100 y con ese monto piden lo que les alcance". Agregó que "la venta ha bajado fácilmente un 30% y la gente lo que busca más que nada es precio".

Indumentaria y accesorios

Para Néstor Schammas, propietario de una cadena de locales de indumentaria y accesorios de moda, el comportamiento de los consumidores también muestra signos de cambio. "Al margen de la importante disminución de los montos de las ventas, notamos que los clientes están postergando la decisión de compra, sólo se apunta a lo estrictamente necesario y casi desaparecieron las compras impulsivas... las que se hacían "solo para darse el gustito ", señaló.

Agregó que "hoy los clientes se fijan mucho más en el precio final, consultan con detalle el costo total de las compras en cuotas con tarjetas y claramente direccionan las compras hacia las mejores promociones".

Puntualizó que "la falta de efectivo se nota mucho, y para asumir compromisos en varias cuotas, notamos que los clientes lo piensan y tratan que no se les complique el presupuesto familiar por varios meses. Son compras más meditadas o estudiadas".

En ese contexto, "tenemos que agudizar nuestra creatividad y redoblar esfuerzo para poder adaptarnos a esta difícil situación y poder atravesar esta crisis manteniendo en pie nuestras empresas y la fuente de trabajo de nuestras familias y la de nuestros empleados".

En tanto, indicó que en las ofertas de contado, "el promedio del ticket se mantienen los valores nominales del año pasado, entre $500 y $1.000. Las compras de montos mayores a $1.000 son casi exclusivamente con tarjeta".