Todos miraban a Cristiano, pero apareció Dybala y festeja la Juventus

Siempre es el foco de atención. Y esta vez el escenario presentaba aún más condimentos para ponerlo en el centro de la escena: Cristiano Ronaldo volvió a Old Trafford.

Al lugar que lo catapultó en el fútbol grande, donde ganó el primero de sus cinco Balones de Oro, levantó la Liga de Campeones y empezó a construir su impronta en su ciclo desde 2003 hasta 2009.

También allí se originó la causa en la que ahora el portugués quedó involucrado acusado de violación por la modelo estadounidense Kathryn Mayorga. Justo antes de dar el salto a Real Madrid. 

No era un partido más para CR7. Así lo reconoció en la previa cuando le agradeció el cariño a los hinchas del United y recordó su exitoso paso por el equipo con 118 goles en seis años. 

Pero Juventus se encarga de demostrar partido tras partido que su rendimiento no depende exclusivamente de lo que pueda hacer Cristiano. Es un equipo que presenta las mejores condiciones para que su estrella se luzca. Una formación sólida que se acostumbró a desfilar en el Calcio y va por el salto de calidad en la Liga de Campeones. 

En ese camino llegó a Old Trafford y dio el presente ante un Manchester United de José Mourinho apático, deslucido, que por momentos parecía el invitado a una fiesta ajena. 

A último momento el entrenador Massimiliano Allegri tuvo que meter mano en el equipo por la ausencia por lesión de Mario Mandzukic. Es su delantero comodín, el que puede recostarse por las bandas o jugar de faro en el medio del área. 

Pero lo que parecía una mala noticia la Juve lo transformó en un rasgo positivo a la hora del juego. Porque rotó posiciones en ataque y desorientó a los defensores locales. 

Cuando el equipo italiano atacaba lo hacía con tres hombres en ofensiva: el colombiano Juan Cuadrado por derecha, el argentino Paulo Dybala de 9 y el portugués Ronaldo por la banda izquierda. Aunque los tres tenían libertad para alternarse y dejar sin referencias a los rivales. 

Dybala se movió como "falso 9" aquella polémica posición en la que Jorge Sampaoli intentó ubicar a Lionel Messi frente a Francia en el Mundial. Este experimento -acompañado del rendimiento colectivo- dio resultado.