Hechos y lugares extraordinarios de Santiago: Espiritismo, la filosofía que mueve a la Colonia Jaime Hechos y lugares extraordinarios de Santiago: Espiritismo, la filosofía que mueve a la Colonia Jaime
“En casi todas las religiones
se enseña que todos
somos hermanos y que
hay un solo Dios o Creador.
Nosotros nos sentimos
identificados con eso,
tanto en las formas como
en la esencia si hablamos
de unidad. Por ejemplo
Joaquín Trincado (fundador
de la Colonia Jaime)
dice que siempre buscaba
‘el asiento de Dios’, dónde
se asentaba Dios, dónde él
lo podía sentir”.
Las definiciones corresponden
a Marcela Lazo,
presidenta de esta Asociación
Civil que cree en
el trabajo honesto, solidario
y la constante capacitación.
Pero que más allá de
ello, poco se conoce de lo
más íntimo de sus convicciones,
de sus prácticas y
lo que tienen por metas en
sus vidas. En esta extensa
entrevista, como vocera
de la comunidad, brinda
las revelaciones que nunca
antes hicieron sobre los aspectos
más reservados de
una comunidad con características
sumamente especiales.
Estudio
Para los colonos el estudio
es fundamental, y
es una enseñanza de Trincado,
sobre quien relató:
“Decide estudiar las distintas
escuelas filosóficas del
mundo, todas las religiones
de 57 siglos atrás, y llega
a Moisés, Abraham, Sócrates,
Confucio, Giordano
Bruno, el Buda, Krishna.
Es decir, hace un pasaje
por las grandes personalidades
del mundo,
como Jesús de Nazaret,
María, para ver qué era lo
que ellos hacían y promovían.
Así se da cuenta que
acorde a las épocas de cada
uno, el mensaje era de
alguna manera ‘conócete
a ti mismo y a través de
ese conocimiento vas a poder
amarte y amar a los demás’.
Además, cada uno
iba diciendo de alguna forma
diferente que todos somos
hermanos y que venimos
de un mismo Dios o
Creador, y que por eso el
hombre tiene el deber natural
de reconocer en el
otro al hermano. Entonces
se da cuenta de que
Dios está en cada ser humano.
¿Y cómo lo define
en su propio concepto de
su filosofía? Que está en
cada uno a través de lo que
él llama espíritu. Tenemos
un espíritu que sale de ese
Creador, como una chispa,
energía, algunos le llaman
conciencia”.
Reencarnación
Revela, entonces, uno
de los aspectos más importantes
de su filosofía: “Ese
espíritu cuando va a encarnar
por primera vez toma
una parte de lo que se llama
alma, concepto al que
define como la esencia de
los tres reinos de la naturaleza,
por eso el hombre
está conectado con la naturaleza,
porque tiene en
ella esos tres reinos (animal,
vegetal y mineral).
Entonces esa alma, que
cumple también la función
de archivo donde se registran
las experiencias de todas
las existencias, necesita
para demostrar la vida
un cuerpo. Y va creando en
cada existencia un cuerpo.
La persona nace, se desarrolla
y muere en el proceso
que todos conocemos y
al que nosotros llamamos
encarnar y desencarnar.
Proceso natural del hombre
para generar el progreso
de la vida y del espíritu,
acompañado del alma. Para él, no son dos cosas
iguales: el espíritu es la
energía, la luz, la sabiduría;
el alma es el archivo y
donde se asientan los tres
reinos de la naturaleza; y
la materia es lo que utiliza
como herramienta para
demostrar la vida. Porque
todo es energía en el universo,
uno polo positivo,
otro negativo y uno neutro,
que es el alma”.
La escuela del Universo
Continúa: “Por eso
la reencarnación es parte
fundamental de su filosofía,
porque él dice que
en el universo esto funciona
como una escuela:
empezamos en un mundo
embrionario, pasamos a
un mundo primitivo, luego
al que estamos un mundo
de expiación, donde tenemos
que saldar deudas
que hemos traído de otras
vidas, de otros mundos,
para pasar recién a lo que
sería la universidad de la
vida. Se podría decir que
estamos en el bachillerato
del universo. Por eso es
un mundo tan movido, con
tantas cosas positivas y negativas;
y es una lucha permanente
de lo que comúnmente
se llama el bien y el
mal, de los que queremos
progresar y de los que decidimos
no progresar”.
“Dentro de la organización
del Universo, que la
ley del amor es la que lo rige
(también están las leyes
de justicia, afinidad, igualdad,
etc.), dentro de ese orden
el hombre siempre nace
por el hombre y la mujer,
no se encarna en una
persona que ya vive ni en
un animal ni en una planta,
sino que al nacer cada
espíritu forma su propia
materia, elige sus padres
que va a tener, el contexto
en el que se va a desarrollar
y la misión que viene
a cumplir”, más allá de
que en algunos casos se reniegue
justamente de alguna
o todas esas circunstancias,
admite.
Un librepensador
En cuanto al fundador,
contó: “Antes
de desarrollar su filosofía,
Joaquín Trincado
pertenecía a un
grupo de librepensadores,
porque él dice
que cada uno se tiene
que analizar y sacar
sus propias conclusiones.
En el caso
nuestro, sobre la
base de nuestra filosofía,
pero al mismo
tiempo él nos insta a
que estudiemos todo
lo que contribuya
al conocimiento, todo lo que permita básicamente conocerse
a uno mismo. Entonces, se pueden estudiar las
distintas religiones, las distintas doctrinas filosóficas,
como él lo hizo y sacó sus propias conclusiones. Así fue
como se dio cuenta de que con el correr de los siglos,
todos los que han estudiado venían diciendo ese mensaje
universal: venimos de un mismo origen y nuestro deber
es reconocer que todos somos hermanos”.
Los nombres de Dios
Señala Lazo que admiten la existencia de Dios: “A
Dios lo llamamos Dios, Creador, Eloi. él es quien nos
brinda un universo con un orden para nuestra existencia.
Al ser la vida eterna y continuada, estamos naciendo
encarnando y desencarnando. A veces sucede que
decidimos no seguir con nuestra misión y el espíritu decide
irse. Esas son decisiones de cada espíritu, no las
toma el Creador. También enseña que ‘si odias tendrás
que amar y si matas, con tus besos tendrás que resucitar
al muerto’, que esos son los mandatos con los que
salimos del Creador”.
“No tenemos todas las respuestas de quiénes hemos
sido en otras existencias o cuál es nuestra misión,
pero sí el conocimiento suficiente para lograr nuestro
desarrollo, como ir dándonos cuenta de nuestras tendencias
y capacidades para comprender qué hemos
venido a cumplir en esta existencia”, reconoce también.
En definitiva, un integrante de la colonia aspira
a lograr “la vida en comunidad”, plena, total, sin
restricciones ni mezquindades, “lo que él llama la
Comuna de Amor y Ley”, define Marcela en alusión
a Joaquín Trincado.