Te deseo la gracia y la paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, salvador nuestro Te deseo la gracia y la paz de Dios Padre y de Cristo Jesús, salvador nuestro
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
“Es inevitable que sucedan
escándalos; pero
¡ay del que los provoca!
Al que escandaliza a uno
de estos pequeños, más
le valdría que le encajaran
en el cuello una piedra
de molino y lo arrojasen
al mar. Tened cuidado.
Si tu hermano te
ofende, repréndelo; si
se arrepiente, perdónalo;
si te ofende siete veces
en un día, y siete veces
vuelve a decirte: “Lo
siento”, lo perdonarás”.
Los apóstoles le pidieron
al Señor: “Auméntanos
la fe”. El Señor contestó: “Si tuvierais fe como
un grani to de mostaza,
diríais a esa morera:
“Arráncate de raíz y
plántate en el mar”. Y os
obedecería”.
Comentario
Es posible que detrás
de la palabra “escándalo”
tengamos conceptos, interpretaciones,
representaciones...
variadas. Muchas
veces decimos que
hay gente que se escandaliza
por muy poca cosa,
o por cosas que apenas
tienen importancia.
En e l evange l io que
escuchamos hoy, es seguro
que cuando Jesús
habla del escándalo no
se está refiriendo a ese
tipo de cosas.
L a ro t u n d a a f i rma -
ción que realiza nos está
indicando que habla de
aquellos que, con su actuación,
están causando
un daño grave a los pequeños,
los débiles, los
que no tienen posibilidades
de defensa.
En cualquier ámbito o
esfera de la existencia.
Y nuestra comunidad
eclesial no está libre del
escándalo producido por
sus miembros... ¡qué impor
tante será no mirar
para ot ro lado y saber
poner el remedio posible!
Del escándalo, Jesús
pasa de inmediato al tema
del perdón.
Un pe rdón que tendr
íamos que ser capaces
de otorgar siempre.
Los apóstoles se dan
cuenta de que la propuesta
de Jesús supone muchas
veces dificultades
casi insuperables, y se dirigen
a él, esta vez sí, con
la petición más adecuada:
auméntanos la fe.