Congreso Mundial de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social

Con éxito se desarrolló el XXII Congreso Mundial de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social, en el Centro Internacional de Formación de Torino, Italia. El encuentro académico "Las transformaciones en el trabajo: los cambios en los sistemas nacionales del trabajo y la seguridad social", tuvo como protagonistas catedráticos e investigadores (juristas). En las sesiones plenarias se abordó principalmente la problemática social del mercado laboral actual y futuro; la intervención del Estado en las relaciones laborales; el rol del Estado y las relaciones industriales, su actuación; la distribución de la riqueza, basada en los principios de solidaridad e igualdad. Se refirió también a la responsabilidad social de las empresas y los sindicatos como actores fundamentales de un nuevo contrato social en ciernes para desterrar en definitiva el desempleo y la pobreza que conducen irremediablemente a una precarización del trabajo sin límites. En el marco de una economía actual devastada que alberga a trabajadores informales, entre ellos a grupos migrantes y refugiados, ya forman parte de una realidad insoslayable en el mercado laboral internacional. En este sentido, los estados miembros tienen la responsabilidad de garantizar las condiciones necesarias de un mínimo de protección social. En todo esto existe también un aprovechamiento de la situación laboral actual, con empleadores y organizaciones sindicales que miran al costado ante la falta de cotización por parte de esos trabajadores desprovistos de derechos y garantías en la mayoría de los casos. Por ello, resulta indispensable la implementación de una prestación social integral (asistencia estatal) con controles migratorios y registros de trabajadores migrantes. Un tema principal de discusión fue la implementación de la Renta Mínima Incondicional (RMI) por parte de los estados involucrados: una asistencia de inclusión social estatal vigente en países con bajo índice de pobreza de Europa Occidental, para aquellas personas que no logran el acceso a un trabajo formal, por motivos como la robótica, entre otros. Como dato estadístico del Congreso, casi el 40% del capital de los habitantes del mundo se encuentra en manos de ochos personas o empresas multinacionales. Todos estos factores de la economía digital influyen en las condiciones de trabajo y producen exclusión social que traen aparejados resultados negativos como la falta de empleo, incrementación de la pobreza y el quiebre del contrato social. En definitiva, en una comunidad internacional diversa y hostil como la actual, sólo será posible morigerar estas desigualdades con la intervención de los estados miembros mediante convenios de cooperación y acuerdos bilaterales de los países que se incorporen a los sistemas nacionales del trabajo y la seguridad social para lograr transformaciones en el trabajo necesarias, y conformar una sociedad internacional más justa y equitativa.