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EL LIBERAL . El Evangelio

Santo Evangelio según San Lucas (21,5- 11)

26/11/2018 22:43 El Evangelio
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Santo Evangelio según San Lucas (21,5- 11) Santo Evangelio según San Lucas (21,5- 11)

En aquel tiempo, como

algunos hablaban del templo,

de lo bellamente adornado

que estaba con piedra de

calidad y exvotos, Jesús les

dijo: “Esto que contempláis,

llegarán días en que no quedará

piedra sobre piedra que

no sea destruida”. Ellos le preguntaron:

“Maestro, ¿cuándo

va a ser eso?, ¿y cuál será la

señal de que todo eso está para

suceder?”.

él dijo: “Mirad que nadie os

engañe. Porque muchos vendrán

en mi nombre diciendo:

“Yo soy”, o bien: “Está llegando

el tiempo”; no vayáis tras

ellos. Cuando oigáis noticias

de guerras y de revoluciones,

no tengáis pánico. Porque es

necesario que eso ocurra primero,

pero el fin no será enseguida”.

Entonces les decía:

“Se alzará pueblo contra pueblo

y reino contra reino, habrá

grandes terremotos, hambres

y pestes”.

Comentario

¡Alégrese el cielo, goce la

tierra, el Señor ya llega a regir

la tierra! Las palabras del salmo

95 no quitan dramatismo

a la visión que hoy nos ofrece

Juan pero la enmarcan en un

contexto de esperanza.

Juan ve una nube blanca y

a uno sentado con aspecto de

hombre llevando en la mano

una hoz afilada para segar la

tierra. Y ve un ángel del templo

celeste llevando también

una hoz afilada para vendimiar

la viña de la tierra y echar

las uvas en el gran lagar de la

ira de Dios. Lo importante es

la llegada definitiva de Dios a

su tierra. La consecuencia, la

tarea de despojamiento que

supone. Si nos desvivimos

por limpiar y poner detalles

en nuestra casa ante la llegada

de un ser querido, ¡cuánto

más ante la llegada inminente

de quien nos da la posibilidad

de habitar en su casa!

La tierra pertenece al Señor

y se alegra por su presencia.

Se nos ha dado el encargo de

salvaguardar la creación hasta

su vuelta, y ésta es inminente.

También nosotros nos

alegramos por su presencia,

porque el Señor toma las riendas

de su propiedad y hará inútil

la pregunta ¿dónde está tu

Dios? En la imitación de Cristo

se lee: “Mucho hace quien

mucho ama”. El amor es el

mejor de los maestros. Tanto

haremos cuanto en verdad

amemos aquello-Aquel por

quien nos afanamos. Los últimos

días del año litúrgico ponen

al descubierto la verdad

de nuestro amor. Si es verdad

que el amor es el mejor

de los maestros, las palabras

de Jesús del evangelio de hoy

las podemos meditar en esta

clave: Lo importante no es

la decoración externa sino la

calidez de nuestro amor, esa

Verdad sostén de nuestra alma

y de nuestras convicciones

que sobrevive a los cambios

de decorado. “Esto que

veis, llegarán días en que no

quedará piedra sobre piedra

que no sea derruida... Mirad

no os dejéis engañar. Porque

vendrán muchos usurpando

mi nombre y diciendo: ‘Yo soy’

y ‘el tiempo está cerca’. No les

sigáis... Habrá grandes terremotos,

peste y hambre en diversos

lugares, habrá cosas

espantosas, y grandes señales

del cielo”.

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