La conexión cerebro-corazón La conexión cerebro-corazón
Hace unos 150 años, Claude
Bernard estableció una conexión
entre el cerebro y el corazón.
El neurocientífico propuso
que la corteza cerebral prefrontal
tenía una función reguladora
sobre la actividad de los
circuitos subcorticales relacionados
con la respuesta motivada.
Años después, Thayer y Lane
(2000) llamaron a esta conexión
el modelo de integración
neurovisceral.
De esta manera, este modelo
establecería una red de estructuras
neurales relacionadas
con la regulación fisiológica,
cognitiva y emocional. Esta
red se denomina Red Autonómica
Central. Así pues, esta
red forma parte de un sistema
de regulación interna. A través
de ella, el cerebro puede controlar
las respuestas visceromotoras,
neuroendocrinas y
conductuales, todas ellas necesarias
para un compor tamiento
adaptativo.
Esta red autonómica
central de la que hablábamos
inerva el corazón a
través de los sistemas nerviosos
simpático y parasimpático.
Esta interacción se considera
la fuente de la variabilidad
de la tasa cardíaca (VTC).
Cuando el corazón se ve afectado
reacciona en el cerebro; y
el estado del cerebro reacciona
de nuevo a través del nervio
neumogástrico (vago) en el corazón;
de modo que bajo cualquier
excitación habrá mucha
acción y reacción
mutua entre estos,
l o s d o s ó rg a n o s
más impor tantes
del cuerpo”.