La carrera presidencial avanza con varios candidatos, que por ahora no logran terciar entre Macri y Cristina

Este verano podría ser clave para definir las candidaturas presidenciales de los distintos sectores políticos con aspiraciones a gobernar el país a partir de la finalización del actual mandato y sobre todo para develar la gran incógnita: el peronismo enfrentará a Mauricio Macri unido detrás de un solo candidato o irá nuevamente dividido.

A diez meses de las elecciones presidenciales, el presidente Mauricio Macri y la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner, se presentan como los dos principales candidatos para un nuevo período a partir del 10 de diciembre del 2020.

Las terceras alternativas no logran concitar la atención de la mayoría del electorado como para terciar en la disputa. Sin embargo, todavía resta bastante tiempo y Alternativa Federal, en la figura principal de Sergio Massa, busca por todos los medios posicionarse como la opción superadora a la polarización.

Por otra parte hay cientos de conversaciones y proyectos tendientes a soldar al peronismo hoy fracturado, detrás de un solo candidato, convencidos de que unidos “somos invencibles”. Mientras unos piden que el candidato surja de una gran Paso, otros proponen que Cristina dé un paso al costado y permita la renovación, entretanto una tercera posición busca el candidato del consenso.

Gobernadores e intendentes del Gran Buenos Aires, donde se concentra el 37% del electorado, tienen lo suyo para decir y en muchos casos definen sus futuros distritales, por lo que no quieren quedar mal parados ante una errada decisión política.

Los resultados de las encuestas en cuanto a la distribución de las preferencias electorales prácticamente son un calco de las dos últimas elecciones. Divididos en tercios, aproximadamente un 30% del electorado prefiere a Cambiemos, otro 30% se inclina por el kirchnerismo y hay un 30% que no quiere a ninguno de los dos, pero llegado el momento votará por el mal menor, el 10% restante está indefinido o se inclina por candidatos de poco volumen electoral.

Ni la constatación de los resonantes casos de corrupción del kirchnerismo, ni los pésimos resultadas de la gestión económica del macrismo, parecen haber influido hasta ahora en modificar la distribución porcentual global de las preferencias; aunque sí ha habido variación dentro de la composición de cada uno de los tercios, mudando preferencias de uno a otro sector.

Todo indica que a lo largo del verano la negociación política y sus diferentes armados serán muy intensos y no están exentos de deparar sorpresas, a pesar de un escenario hoy muy competitivo entre dos candidatos principales.

Cambiemos

Mauricio Macri ya anunció su candidatura para la reelección y sólo resta definir si lo hará nuevamente acompañado de Gabriela Michetti o modificará la fórmula. Irán por la reelección también Horacio Rodríguez Larreta, en la Capital Federal; y María Eugenia Vidal por la provincia de Buenos Aires.

Con el asesoramiento del exitoso Jaime Durán Barba y la organización electoral de Marcos Peña, buscan reeditar los mejores años de los “globos amarillos” que les dieron triunfo tras triunfo.

La única incógnita pasa por resolver si se desdoblará o no la elecciones en la provincia de Buenos Aires, en un estrategia que busca la dispersión del voto kirchnerista que ya ha puesto el grito en el cielo, sabedor de sus consecuencias.

Confian en que las sociedades no vuelven para atrás y que el populismo ha dejado muy mal recuerdo envuelto en una maraña de corrupción nunca antes vista.

Por otra parte, consideran que lo peor ya pasó y su base electoral se mantiene, por lo que avizoran un año en el que las buenas noticias de la recuperación de algunos sectores de la economía (campo, turismo, energía) revitalizarán las esperanzas de un fututo mejor.

La estrategia en lo político es evitar por todos los medios que el peronismo concurra unido y que Cristina no se baje de su candidatura. Apuestan que Massa y los gobernadores tendrán la suficiente fuerza como para quitarle al kirchnerismo los votos suficientes para el triunfo.

Kirchnerismo

Cristina Fernández de Kirchner guarda silencio y es la estrategia electoral que más le rinde y que la ha mantenido en el mismo nivel de preferencias, a pesar de la innumerable cantidad de causas de corrupción que la ocupan en la Justicia.

Alguna que otra crítica indirecta contra Macri a través de alguna red social, remarcando el fracaso económico y la persecución judicial, pero ninguna definición, sólo el recuerdo del pasado mejor con tarifas bajas, menor inflación, alto consumo y dólar retrasado.

La apuesta es que el deterioro de la situación social se lo lleva puesto a Cambiemos y no tiene forma de revertir la situación. Es en el Gran Buenos Aires donde la red de intendentes kirchneristas recibe el mayor impacto de la crisis económica y justamente allí está la clave de toda elección.

Confían en que la polarización no deja lugar para terceras alternativas y en el peor de los casos se sometería a las Paso sabiéndose segura ganadora.

Analizan que el peronismo unido es imbatible y minimizan las posibilidades de Alternativa Federal, que con el correr de los meses la figura de Cristina consolidará su liderazgo dentro del peronismo y logrará la unidad detrás de su candidatura.

No le cierran el camino a las candidaturas dentro de su espacio, como ocurrió antes con Florencio Randazzo y permitieron los lanzamientos de Agustín Rossi y Felipe Solá. Incluso hasta un devaluado Daniel Scioli, que juega en medio de los dos peronismos.

Alternativa Federal

El peronismo no kirchnerista junto a un buen número de gobernadores de provincia intenta romper la polarización mediante la construcción de Alternativa Federal, donde el candidato que más mide es Sergio Massa. También han lanzado sus candidaturas Miguel ángel Pichetto y Juan Manuel Urtubey. También juega aquí, no muy definido, Daniel Scioli.

La apuesta es muy fuerte y se basa en el convencimiento de que la sociedad está harta tanto del gobierno como del kirchnerismo, y que con el correr de los meses los candidatos del sector lograrán romper la polarización. La estrategia es sumar tanto de los desencantados del gobierno de Macri, como de los de Cristina.

Hacen hincapié tanto en el fracaso económico de Macri, como en los errores del pasado del kirchnerismo y su estilo de gobierno.

Los gobernadores, muchos intendentes del interior de la provincia de Buenos Aires y su apoyo territorial, le dan al sector el sustento suficiente como para enfrentar una elección presidencial, donde los recursos económicos y la fiscalización son decisivos a la hora de contar votos. También la suma de un importante grupo de diputados y senadores, que permitan visualizar las posibilidades de contar con un Congreso a su favor.

Una tercera, opción que se estudia en el sector es la propuesta de Eduardo Duhalde, de proponer a Roberto Lavagna como el candidato de la unidad peronista ante el cual todos deberían bajar sus candidaturas.