Fiesta del bautismo del Señor: 13 de enero del 2019 Fiesta del bautismo del Señor: 13 de enero del 2019
Jesús portador
el Espíritu Santo
El pueblo esperaba con
ansiedad la venida del Mesías,
por eso cuando Juan predica
en el desierto llamando a la
conversión, muchos creen que
es el Mesías que Israel esperaba.
Por ese motivo, y para superar
la confusión de la gente,
Juan dice que él no es el Mesías,
porque bautiza con agua,
y el que viene, es más fuerte, y
los bautizará con Espíritu Santo
y fuego.
Sin dudas que Jesús compartió
con Juan la necesidad
de una conversión profunda
del pueblo, de sus corazones,
pero también de las estructuras
de pecado que mantiene
relaciones humanas esclavizantes
e injustas. Por eso, él
mismo se deja bautizar por
Juan en el Jordán, pero paulatinamente
Jesús comprende
que la salvación no viene
de un Dios, juez severo,
que propicia la destrucción
del pecador, sino de un Padre
que quiere la salvación de todos,
porque él es un Dios de
misericordia.
Por eso Jesús deja el desierto,
para ir a Galilea donde
comenzará su anuncio de
la llegada del Reino. No se trata
de aislarse de la realidad
sino de ir donde la vida fluye,
donde las personas se enfrentan
a diario con su libertad
y sus deseos de felicidad
en un contexto desfavorable,
de opresión, de injusticia e indignidad.
Para manifestar el amor
de Dios, Jesús se dedica a hacer
el bien, cura a los enfermos,
rescata a los últimos de
la sociedad juntándose con
ellos, pecadores, prostitutas,
campesinos empobrecidos,
mujeres y niños maltratados.
Come con ellos y les enuncia
la alegría de la llegada del
Reino, ahora, todo empieza a
cambiar, los últimos serán los
primeros., los pecadores perdonados,
los enfermos sanos,
y hasta los muertos van
a resucitar. Jesús es el juglar
de Dios, sus parábolas son un
canto de alegría que mueve a
la conversión auténtica, sin
embargo, también su discurso
será duro con aquellos que
empobrecen al pueblo y lo someten
a prácticas injustas.
Portador del Espíritu Santo
y fuego, transita por los caminos
de Galilea devolviendo
la esperanza al pueblo: una
vida nueva es posible, todo
puede cambiar, se trata de
abrazar con fe y confianza al
Espíritu que se derrama sobre
cada uno, el mismo Espíritu
que lo induce a profetizar
y a realizar signos de providencia
que sanan y salvan al
pueblo.
Conclusión
Muchos cristianos se han
quedado en la religión del
Bautista, la del bautismo con
agua, que nada modifica sus
vidas, viviendo una religión
superficial y acomodaticia a
las propias necesidades personales
y sociales. Acuden al
templo a buscar la bendición
de Dios, pero lejos están de
recibir al Espíritu Santo, lejos
de dejarse convertir por
su acción santificante.
Recordar y celebrar el
Bautismo de Jesús es una invitación
a dejarse transformar
por el Espíritu Santo, para ser
como Jesús, vivir como él vivió,
haciendo el bien, dando alegría
a los tristes, animando a los
caídos, sosteniendo a los débiles,
anunciando buenas nuevas
de libertad para todos.