Crimen de Lucy Hoyos: Fiscalía, por la perpetua y defensa, emoción violenta

El remisero René "Chami" Gauna ayer masculló bronca y desazón, al reclamar la Fiscalía que se lo condene a prisión perpetua por el asesinato de la docente Irma Lucy Hoyos.

Fue perpetrado el 14 de abril de 2017 en la casa de la maestra, en el B° El Rincón. En las audiencias, los policías revelaron que "Chami" le asestó una sola puñalada a Hoyos.

Con la víctima agonizante, él también se cortó el cuello en intento suicida y cayó al lado de la mujer.

"Homicidio triplemente calificado por alevosía, por mediar relación de pareja en un contexto de violencia de género", fueron los cargos enrostrados por las fiscales Marta Elena Ovejero y María del Pilar Gallo.

Desamor y furia

Los testigos relataron que dos semanas antes, Lucy terminó con "Chami" un vínculo afectivo.

Antes, la esposa del remisero había hecho lo propio y "Chami" se asumió abandonado por sus dos mujeres, al parecer.

Lejos de procesarlo con entereza, el individuo habría agredido a Lucy con un arma blanca.

También, en otra ocasión, supo enviarle una foto con una soga (o sábana) dejándole en claro que tras el fin de la historia sólo le cabía matarse.

En los alegatos, ayer las fiscales subrayaron el martirio padecido por la docente y abogaron por la máxima pena a los vocales Graciela Viaña de Avendaño (presidenta), élida Suárez de Bravo y Juan Carlos Storniolo.

Emoción violenta

Enfrente, los defensores Walter Nicolai y Gustavo Iagatti contragolpearon, convencidos de que se trató de un homicidio "cometido en un estado de emoción violenta".

Para los letrados, a su cliente le fue confiado que Hoyos inició otra relación, pero sin que la teoría haya sido acreditada.

Aún así, los abogados juzgaron que la supuesta noticia nubló la salud mental de "Chami" y decantó en el grave incidente en la casa de la propia Hoyos.

Inconstitucional

Al explayarse en sus alegatos, los defensores abrieron el paraguas, al invocar "la inconstitucionalidad de la prisión perpetua".

En su reemplazo, exhortaron al tribunal que el sujeto sea condenado en base a la figura de la "emoción violenta" a una pena, oscilante entre los 10 y 25 años de prisión.