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EL LIBERAL . Santiago

Fiesta de María Antonia de Paz y Figueroa, Mama Antula, 2019

18/02/2019 21:56 Santiago
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Fiesta de María Antonia de Paz y Figueroa, Mama Antula, 2019 Fiesta de María Antonia de Paz y Figueroa, Mama Antula, 2019

Hermanos y amigos de la Diócesis:

Hace mes y medio comenzamos a

transitar un Año Nuevo en nuestras

vidas, junto a nuestras familias y comunidades.

Agradecemos el don de

la Vida, con sus momentos de luz, alegría y belleza

y también con sus sorpresas, dificultades, dolores

y sufrimientos.

Nada es ajeno a la Providencia de Dios que

guía misteriosamente nuestro caminar. Ruego

que podamos ver y experimentar el paso del Señor

en nuestra existencia. Confío plenamente

que Jesús está presente, sigue actuando en la historia

-a veces muy difícil, dolorosa y compleja- de

nuestras vidas y la vida de los pueblos. Ante esto

corremos el riesgo que oscurezca la esperanza y

la alegría de ser discípulos-misioneros del Señor

de la Vida y de la Historia.

Cuando suceden situaciones que desestabilizan,

preocupan y a veces angustian, me acuerdo

mucho más de nuestra Beata Santiagueña: la

Mama Antula ¡Cuántos momentos y tiempos prolongados

de aridez, de desconcierto, de soledad

e incomprensión, de debilidad tuvo que vivir esta”

mujer fuerte” como le gusta llamarle el Papa

Francisco! Pero esta mujer laica y consagrada no

“bajó la guardia”. Perseveró en la oración y en la

búsqueda de la voluntad de Dios. En su poquedad

y pobreza se refugió en el Señor. En ella se dio

lo que nos describe San Pablo sobre las Primeras

Comunidades cristianas: “Tengan en cuenta

quiénes son los que han sido llamados, no hay

entre nosotros muchos sabios …ni poderosos ni

los nobles. …Dios eligió lo que el mundo tiene por

necio… que tiene por débil…lo que es vil y despreciable

para aniquilar lo que vale…” 1Co 1, 26-28.

Hermosa lección de nuestra Beata, que siguiendo

los caminos y enseñanzas de Jesús: pasó

mucho tiempo en oración, en el silencio del monte,

en lugares inhóspitos y agresivos, en medio de

mucha incomprensión de miembros de la Iglesia

jerárquica y de autoridades civiles. Pero fue

“fuerte y perseverante”. La experiencia del amor

de Jesús y su corazón con profundas entrañas de

misericordia a su Pueblo, le dio cauces nuevos y

descubrió un nuevo llamado y misión para su vida.

Así fue desplegando esta maravillosa obra

evangelizadora y misionera en el Santiago del siglo

XVIII (1730-1799) y en muchos lugares de

nuestra Patria, cuando ésta aún no era independiente

y soberana. Su accionar iluminó a hombres

y mujeres para que trasmitan a la sociedad los valores

del Evangelio. No olvidemos que muchos

hombres de incipientes ideales de libertad y soberanía

nacional han pasado por los Ejercicios Espirituales

que promovía y animaba la Mama Antula.

Hoy es reconocida como “madre espiritual”

del Santo Cura Brochero que también desplegó

una inmensa obra de Evangelización integral en

el pobre oeste de Córdoba.

Mama Antula y el Cura Brochero… dos faros

que iluminan, inspiran y acompañan nuestra misión

en tiempos difíciles…como los que vivieron

ellos. Constantemente debemos preguntarnos

mirando sus vida: ¿Como asumieron, enfrentaron,

trabajaron con fervor y pasión por el Reino

de Jesús hasta el final de sus vidas? Ciertamente

que su unión con Jesús, en la oración, en el servicio

cotidiano, en la Eucaristía, en la comunión

con sus agentes les dieron fuerzas y renovada pasión

para entregarse, hasta el final por la Causa

del Reino.

Con la beatificación de esta Mujer, “casi desconocida”

aún por nosotros, los santiagueños, el

Dios Providente nos da una señal clarísima de su

presencia y acción salvadora entre nosotros. Fue

un verdadero Regalo del Señor. Hemos tenido la

oportunidad de empezar a conocer, y continuamos

en el camino de amar e imitar a esta virtuosa

Mujer Santiagueña. Hoy su vida, su obra, su peregrinar

misionero, su amor a Jesús, su compasión

activa hacia los pobres de su tiempo, su amor

a la Iglesia, son alguna de las características de

su vida consagrada a evangelizar por medio de los

Ejercicios.

Mama Antula afrontó con total confianza en la

Providencia Divina cada circunstancia de la vida,

especialmente en los momentos de prueba. Ella

decía: “Se me proponen varios impedimentos: el

mundo está un poco alterado; los superiores no

muy flexibles; los vecinos vacilando sobre mi misión;

otros la reputan de fatua; en suma, cooperan

a ellos rumores frívolos; empero la Providencia

del Señor hará llanos los caminos, que a primera

vista parecen insuperables”.

En el inicio del año Pastoral, no puedo olvidar

un acontecimiento de gracia que viviremos

en nuestra Patria y Región: la beatificación de

los 4 mártires riojanos. Mons. Angelelli, los PP.

Carlos y Gabriel y el laico Wenceslao Pedernera.

Testigos de la Fe que regaron con su sangre

nuestra bendita tierra y ciertamente son “semilla

de cristianos” y de comunidades servidoras

del Evangelio de la Vida, de la Verdad, la Justicia,

la Paz y Reconciliación. Vivieron tiempos

oscuros de nuestra Patria: arreciaba la violencia

en muchos ámbitos de la sociedad –muchas veces

amparada y promovida desde el Estado- injusticias,

atropello a los derechos humanos, crecimiento

de la pobreza y marginación de nuestro

pueblo, en especial del Interior, miedos, angustias

y muchas muertes. Pero ellos en horas

tan oscuras se aferraron al Evangelio de Jesús y

lo predicaron con palabras y gestos y compromisos

hasta el final de sus vidas. Ser reconocido

Beato es confirmar ese camino de santidad al

que estamos llamados todos los Bautizados. Alegría,

bendición y la seguridad que “los que ya llegaron

a la meta nos acompañan con ruegos, intercesión

y ejemplo. Son los Hermanos mayores

en nuestro Camino. A renovar la Esperanza: no

estamos solos en nuestra Vocación.

La memoria viva de estos testigos de la fe, de

tiempos difíciles y de grandes pruebas, nos animan

y nos inspiran en nuestro camino y en nuestra

vocación de Discípulos Misioneros. El conocimiento

de ellos despierta en nosotros agradecimiento,

admiración, piedad y una oportunidad de

renovar con nuevas fuerzas nuestro compromiso

por una Iglesia más evangélica, pobre, servidora,

salidora hacia las periferias de nuestras comunidades

y ciudades.

Por este motivo, les animo que todas las comunidades

parroquiales, capillas, comunidades

eclesiales, colegios, grupos y movimientos de la

diócesis recemos la novena a la Mama Antula. Su

fiesta es el 7 de marzo. La celebración grande en

la Diócesis será en Silipica el domingo 10 de marzo.

Sabemos que no podrán ir todos a Silipica, pero

cada comunidad prepare y celebre la Novena

y Fiesta en sus lugares. Celebremos a Mama Antula!!

Porque la Mama… la Mama acoge siempre,

disimula todo, comprende, la Mama sufre, duele,

ama. Porque la Mama está, y lleva en el corazón

la historia de vida de cada uno de sus hijos; por

eso la Mama sabe mirar y descubre en los ojos de

sus hijos sus dolores, en el silencio percibe, siente…

pone su hombro, da su vida una y mil veces.

La Mama abraza con la mirada, abraza con su voz

a la distancia porque la Mama…la Mama es eso,

brazos que abrazan hasta el fin de sus días….

Por último, querida Diócesis, ruego que tengan

una intención especial para los días de la Novena:

la pronta canonización de nuestra Mama Antula,

María Antonia de San José.!!! Ya está en la Santa

Sede el estudio que ha hecho una Comisión del

Arzobispado de Santa Fe sobre un presunto milagro

por intercesión de nuestra Beata santiagueña

que se dio en esa ciudad de nuestra Patria. A fines

de diciembre de 2018 concluyó el estudio-investigación

y fue enviado a la Santa Sede. Con mucha

esperanza podemos decir que avanza la causa final

de la Canonización. Ahora a rezar mucho. Y

que el Ejemplo de Mama Antula nos ponga en camino

de santidad, que ya inició el Señor en nuestras

vidas el día del Bautismo.

Hermanos de la Diócesis, les hago llegar mi saludo

de padre y pastor de esta Iglesia de Jesús

que peregrina en Santiago del Estero.

Con mi afecto y bendición, padre obispo Vicente

Bokalic CM.

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