Ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás Ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás
En aquel
tiempo, la gente se apiñaba alrededor
de Jesús, y él se puso
a decirles: “Esta generación es
una generación perversa. Pide
un signo, pero no se le dará más
signo que el signo de Jonás.
Pues como Jonás fue un signo
para los habitantes de Nínive,
lo mismo será el Hijo del hombre
para esta generación.
La reina del Sur se levantará
en el juicio contra los hombres
de esta generación y hará que
los condenen, porque ella vino
desde los confines de la tierra
para escuchar la sabiduría de
Salomón, y aquí hay uno que es
más que Salomón.
Los hombres de Nínive se
alzarán en el juicio contra esta
generación y harán que la condenen;
porque ellos se convirtieron
con la proclamación de
Jonás, y aquí hay uno que es
más que Jonás”.
Comentario
Muchos cristianos hacemos
como los oyentes de Jesús:
queremos ver signos. Buscamos
signos espectaculares
y maravillosos, garantías, para
creer en Dios y reconocernos
pecadores y necesitados
de la misericordia divina. Necesitamos
alimentar nuestra fe en
apariciones o revelaciones de la
Virgen o de algún santo o santa.
Y somos muy dados a dar crédito
a tales cosas, y no valoramos
tanto la revelación de Dios
que está en la Biblia.
Jesús es la señal del amor
de Dios para nosotros: él vivió
entre nosotros haciendo el bien
a todos, nos enseñó el camino
de Dios, y, clavado en la Cruz
de pies y manos, entregó su vida
por nosotros. Ante la Cruz
de Jesús todos estamos llamados
a decidir si cerramos el corazón
o lo abrimos a una nueva
vida. Muchos vendrán de remotas
lejanías -desde el pecado,
desde otras mentalidades, desde
otras culturas- para aprender
la sabiduría del Crucificado,
y nosotros que ya le conocemos
podremos quedar fuera porque
seguimos buscando señales de
la presencia de Jesús fuera. No
busquemos más señales cuando
ya tenemos con nosotros
la mejor señal -Jesucristo- que
podemos ir redescubriendo cada
día.
La Cuaresma es una buena
oportunidad para ir conociendo
más íntimamente a Jesús meditando
diariamente su Palabra.
Durante este tiempo se nos
invita a escuchar con atención
y devoción la Palabra de Vida
y dejar que la fuerza salvadora
de la Palabra de Jesús penetre
en nuestro corazón y lo vaya
cambiando. Y así como las palabras
de Jonás movieron a los
ninivitas al arrepentimiento y la
conversión, así también la Palabra
de Jesús realizará nuestra
conversión si la acogemos con
fe, porque “aquí hay uno que es
más que Jonás” dijo Jesús a su
generación.
Y esa conversión producirá
en nosotros la salud como regalo,
es decir la paz, la alegría, la
esperanza y los deseos de hacer
el bien a los demás.