La ONU advierte sobre las matanzas entre etnias en la República Democrática del Congo

GINEBRA. Al menos 535 personas murieron, 111 resultaron heridas y 16.000 huyeron a la vecina República del Congo por ataques interétnicos en la República Democrática del Congo (RDC) el pasado diciembre, desveló ayer un informe publicado por la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para Derechos Humanos.

El documento detalla ataques sistemáticos de la etnia batende a la banunu en cuatro localidades de la zona de Yumbi (oeste de la RDC), a orillas del río Congo, entre los días 16 y 18 de diciembre, con el apoyo y la organización de jefes tribales, mientras las autoridades policiales abandonaban la zona.

Un millar de edificios, incluyendo viviendas, escuelas, iglesias y centros sanitarios, fueron destruidos o saqueados, señala el informe, que reconoce que el número de víctimas mortales podría ser mayor ya que muchos cadáveres fueron lanzados al río Congo.

Los ataques se iniciaron por una disputa sobre el enterramiento de un jefe de la comunidad banunu y fueron liderados por batendes que, con armas de fuego, machetes, arcos y flechas o gasolina, atacaron con ‘extrema violencia y velocidad’ a personas de la etnia rival en la calle y dentro de sus viviendas.

La oficina de derechos humanos de la ONU recogió en el informe macabros sucesos como el asesinato de un niño de dos años lanzado a una fosa séptica o la violación de una mujer después de que su marido muriera a manos de las turbas violentas y de que su hijo de tres años fuera decapitado.

Junto a los 16.000 huidos al otro lado del río, donde se encuentra la República del Congo, hay otros 3.000 desplazados internos por la violencia, destacó la portavoz de la oficina, Ravina Shamdasani.

La investigación concluye que la matanza documentada en Yumbi puede ser considerada un crimen contra la humanidad y subraya que la ausencia de acción por parte de las autoridades estatales facilitó la comisión de asesinatos, torturas y violaciones.