Robert Redford se retira de la actuación con estilo Robert Redford se retira de la actuación con estilo
Robert Redford había
anunciado el año pasado
que sólo le quedaba un papel
para desarrollar en su
extensa carrera actoral con
la película “Un ladrón con
estilo”, del director David
Lowery, una cinta en la que
representa a un feliz ladrón
de bancos en el final de su
vida y que se puede ver a
partir de este jueves en las
salas de la Argentina, aunque
aún no en Santiago del
Estero.
Quizá haya tenido que
ver la elección del personaje
en que ambos, Redford
y el ladrón Forrest Tucker,
se encuentran arriba de las
siete décadas y que la motivación
que tuvieron desde
chicos la pudieron desarrollar
desde temprana edad.
Pese a ser hijo de un ejecutivo
de la Standar Oil,
Redford descubrió su pasión
por las artes plásticas
en su adolescencia y, siguiendo
el camino artístico,
continuó su trayecto en
la actuación, la dirección y
la producción.
Forrest Tucker, el feliz
ladrón de bancos, por
su parte, es todo un artista
del escape y un consecuente
en seguir su vocación:
comenzó a robar a
los 13 años y, a partir de
allí no paró de hacerlo,
llegando a caer preso 17
veces y escapando de los
penales unas 16.
En el filme, Tucker, un
personaje que pasó inadvertido
para el gran público,
pero cuya historia quedó
retratada en un artículo
de David Grann en The
New Yorker, es un entrañable
anciano que roba bancos
apoyado en su aire bonachón,
su sonrisa, y un
auricular por el que escucha
la radio de la policía.
Así, con una cara que
jamás demuestra preocupación,
dureza o tristeza, y
sin un arma, lleva adelan-
El exitoso actor de Hollywood anunció
el año pasado que se dedicará a la producción
y dirección, pero antes estrenó
el filme “Un ladrón con estilo”, el último
de su larga carrera.
SU úLTIMA PELíCULA LLEGA A LAS SALAS DE CINE DE LA ARGENTINA
Robert Redford se retira
de la actuación con estilo
te un raid delictivo por esa
zona campestre del Estado
de Texas, en una de cuyas
rutas encuentra a la mujer,
que, pareciera, será la compañera
en el final de su vida
(Sissy Spacek).
Sin embargo, este desenlace
es sólo en apariencias.
“Tenés que darte prisa”,
le dice el personaje de Spacek
a Tucker, en referencia
a una lista que el septuagenario
delincuente debería
cumplir antes de su muerte.
La respuesta, a pura sonrisa
y brillo en los ojos, marca de
lleno lo que es este ladronzuelo:
“¿Por qué lo decís?”,
como si le quedaran cientos
de años por vivir.
Además, este guión escrito
por el propio director
cuenta con otro contrapunto
que refleja en todo
su ser a Tucker. Mientras
que él disfruta de ser perseguido,
su perseguidor, el
policía John Hunt (Cassey
Affleck), se encuentra completamente
frustrado con
su trabajo y con más interés
en alejarse de su profesión
para dedicarse a algo en lo
que realmente sirva.
En este contraste es que
uno no termina de tomar
postura ni por un personaje
ni por el otro y, como si
fueran dos caras de la misma
moneda, Hunt y Tucker
cimentan, a la distancia,
una lejana relación de apego
gracias a la cual la película
abandona el caso policial
para centrarse en experiencias
con el objetivo de mostrar
a la vida misma y la importancia
de mantener viva
la motivación y las ganas de
hacer cosas.
“Siempre que hago algo,
le pregunto a mi niño
interior si está orgulloso”,
se sincera Tucker frente a
Jewels (Spacek).
Ya alejándose de la actuación,
para dedicarse a
la producción y a la dirección
(con la cual ganó su
único Oscar con “Gente como
uno”) uno puede pensar
que ese niño interior
de Redford debe estar conforme
con su carrera adulta
al ver que su último trabajo,
tal como reza el título,
fue “con estilo”.l