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EL LIBERAL . El Evangelio

Evangelio según San Juan 5, 17-30

03/04/2019 00:18 El Evangelio
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Evangelio según San Juan 5, 17-30 Evangelio según San Juan 5, 17-30

En aquel tiempo, dijo Jesús

a los judíos:

“Mi Padre sigue actuando,

y yo también actúo”. Por eso

los judíos tenían más ganas de

matarlo: porque no sólo abolía

el sábado, sino también llamaba

a Dios Padre suyo, haciéndose

igual a Dios.

Jesús tomó la palabra y les

dijo: “Os lo aseguro: El Hijo no

puede hacer por su cuenta nada

que no vea hacer al Padre.

Lo que hace éste, eso mismo

hace también el Hijo, pues el

Padre ama al Hijo y le muestra

todo lo que él hace, y le mostrará

obras mayores que ésta,

para vuestro asombro. Lo mismo

que el Padre resucita a los

muertos y les da vida, así también

el Hijo da vida a los que

quiere.

Porque el Padre no juzga a

nadie, sino que ha confiado al

Hijo el juicio de todos, para que

todos honren al Hijo como honran

al Padre. El que no honra al

Hijo no honra al Padre que lo

envió.

Os lo aseguro: Quien escucha

mi palabra y cree al que

me envió posee la vida eterna

y no se le llamará a juicio, porque

ha pasado ya de la muerte

a la vida.

Os aseguro que llega la hora,

y ya está aquí, en que los

muertos oirán la voz del Hijo de

Dios, y los que hayan oído vivirán.

Porque, igual que el Padre

dispone de la vida, así ha dado

también al Hijo el disponer

de la vida. Y le ha dado potestad

de juzgar, porque es el Hijo

del hombre. No os sorprenda,

porque viene la hora en que

los que están en el sepulcro oirán

su voz: los que hayan hecho

el bien saldrán a una resurrección

de vida; los que hayan hecho

el mal, a una resurrección

de juicio. Yo no puedo hacer nada

por mí mismo; según le oigo,

juzgo, y mi juicio es justo, porque

no busco mi voluntad, sino

la voluntad del que me envió”.

Reflexión

El Dios que experimentamos

los creyentes, es un Dios

de esperanza, que consuela y

ama de forma sorpresiva para

el pensamiento humano, no lo

podemos abarcar ni controlar.

Isaías 49 nos le muestra con

fuertes sentimientos de pasión

maternal y paternal.

Para entender algo de lo

que expresa el texto, es necesario

remontarnos al fondo

histórico que le toca vivir al

pueblo de Israel. Están viviendo

en el exilio, han sido deportados

y humillados imponiéndoles

la esclavitud y tiranía del

imperio babilónico. Al mismo

tiempo se da en ellos un gran

contraste: les atrae su fuerza

y gloria, y va naciendo en ellos

deseos de venganza, nostalgia

profunda por la tierra prometida

por Dios a sus antepasados,

deseos de liberación. ¿Podrán

llegar a ella algún día? ¿No se

habrá olvidado Dios de su promesa?

Fácilmente va apareciendo

la desesperanza, la decepción,

el desánimo. Isaías

acompaña y tiene que actuar

en este ambiente. Tiene que

enfrentarse a las dudas y objeciones

del pueblo.

Lo que debes saber
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