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EL LIBERAL . El Evangelio

Lectura del Santo Evangelio según San Juan (8,51-59)

10/04/2019 21:31 El Evangelio
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Lectura del Santo Evangelio según San Juan (8,51-59) Lectura del Santo Evangelio según San Juan (8,51-59)

En aquel tiempo, dijo Jesús

a los judíos: “En verdad,

en verdad os digo: quien

guarda mi palabra no verá la

muerte para siempre”.

Los judíos le dijeron:

“Ahora vemos claro

que estás endemoniado;

Abrahán murió, los profetas

también, ¿y tú dices:

‘Quien guarde mi palabra

no gustará la muerte

para siempre’? ¿Eres

tú más que nuestro padre

Abrahán, que murió? También

los profetas murieron,

¿por quién te tienes?”.

Jesús contestó: “Si yo

me glorificara a mí mismo,

mi gloria no valdría

nada. El que me glorifica

es mi Padre, de quien vosotros

decís: ‘Es nuestro

Dios’, aunque no lo conocéis.

Yo sí lo conozco, y si

dijera ‘No lo conozco’ sería,

como vosotros, un embustero;

pero yo lo conozco

y guardo su palabra.

Abrahán, vuestro padre,

saltaba de gozo pensando

ver mi día; lo vio, y se llenó

de alegría”.

Los judíos le dijeron:

“No tienes todavía cincuenta

años, ¿y has visto a

Abrahán?”.

Jesús les dijo: “En verdad,

en verdad os digo: antes

de que Abrahán existiera,

yo soy”.

Entonces cogieron piedras

para tirárselas, pero

Jesús se escondió y salió

del templo.

Comentario

Se nos habla de

Abrahán, que es modelo

del creyente porque su fe

está vivificada por la caridad

y por la humildad.

La fe es una lucha por la

vida.

Jesús es el verdadero

descendiente de Abrahán,

porque en el combate entre

la muerte y la vida, su fe

abre a todos una esperanza

inesperada. En el muro de

la angustia que nos oprime,

Jesús abre una brecha para

que pueda irrumpir la vida,

y es que él es la vida: “Antes

que naciese Abrahán,

yo soy”.

Pero Jesús sigue teniendo

problemas con sus

contemporáneos. Cogen

piedras para arrojárselas.

No querían cambiar.

Incluso ante un personaje

que les ofrece la vida eterna,

gracias a la fe. Jesús

se revela como el Hijo de

Dios, por eso osa decirles

a los judíos que él es anterior

a Abrahán.

Reconocer a Jesús como

el Señor, como el Hijo

de Dios, es una de las cosas

que tenemos que pedirle

al Espíritu de Dios que

nos regale en esta Cuaresma.

Mientras no reconozcamos

a Jesús como el Señor,

los cambios en nuestra

vida no serán profundos.

Seremos como los

que oían a Cristo y cogían

piedras para tirárselas.

Nos hace mucha falta. Para

ir hasta el final.?

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