Síntomas inmediatamente después de la ruptura Síntomas inmediatamente después de la ruptura
La persona a la que se le haya roto un aneurisma
cerebral experimentará síntomas de manera inmediata,
sintiéndose mucho más débil de manera súbita
y, en algunos casos, sufriendo graves alteraciones
de la consciencia que pueden ser acompañadas por
una entrada en un estado de coma o la muerte súbita.
Normalmente, si no se pierde la consciencia, las señales
más comunes de que se ha producido un aneurisma
son el cansancio, un fuerte mareo, la vista borrosa
y la dificultad para centrar la atención en algo.
También es común experimentar problemas de habla
(afasias) alteraciones de la percepción y la entrada
en un estado de confusión. Sin embargo, como hemos
visto, estos síntomas dependen de muchos factores,
igual que el pronóstico.
Una persona puede tener un aneurisma sin presentar
ningún síntoma.
Este tipo de aneurisma se
puede encontrar cuando se hace una resonancia
magnética o una tomografía computarizada del cerebro
por otra razón. Un aneurisma cerebral puede
empezar a dejar escapar una pequeña cantidad de
sangre. Esto puede causar un dolor de cabeza muy
fuerte que una persona puede describir como “el
peor dolor de cabeza de su vida”. Se puede denominar
cefalea en trueno o centinela.
Esto significa
que el dolor de cabeza podría ser un signo de advertencia
de una ruptura por venir que podría suceder
días o semanas después de que el dolor de cabeza
sucede por primera vez. Los síntomas también pueden
ocurrir si el aneurisma ejerce presión sobre estructuras
cercanas en el cerebro o se abre (se rompe)
y causa sangrado intracerebral.
Los síntomas dependen
de la localización del aneurisma, si se rompe o no
y sobre qué parte del cerebro está ejerciendo presión.
Los síntomas pueden incluir:
n Visión doble.
n Pérdida de la visión.
n Dolores de cabeza.
n Dolor en el ojo.
n Dolor en el cuello.
n Cuello rígido.
n Zumbidos en los oídos.
n Un dolor de cabeza intenso y repentino es un síntoma
de que un aneurisma se ha roto.
Otros síntomas
de la ruptura de un aneurisma pueden incluir:
n Confusión, falta de energía, somnolencia, estupor
o coma.
n Párpado caído.
n Dolores de cabeza con náuseas o vómitos.
n Debilidad muscular o dificultad para mover cualquier
parte del cuerpo.
n Entumecimiento o debilidad muscular en cualquier
parte del cuerpo.
n Problemas para hablar.
n Convulsiones.
n Cuello rígido (ocasionalmente).
n Cambios en la visión (visión doble o pérdida de esta).
Pérdida de conciencia.
Pruebas y exámenes
Un examen ocular puede mostrar signos de aumento
de la presión dentro del cerebro, como hinchazón
del nervio óptico o sangrado dentro de la retina
del ojo.
Un examen del cerebro clínico puede
mostrar movimiento ocular, habla, fuerza y sensaciones
anormales. Se pueden utilizar los siguientes
exámenes para diagnosticar un aneurisma cerebral y
determinar la causa del sangrado dentro del cerebro:
z Angiografía cerebral o angiografía de la cabeza
con tomografía computarizada en espiral para señalar
la localización y el tamaño del aneurisma.
z Punción raquídea.
z TAC de la cabeza.
z Electrocardiograma (EEG).
z RMN de la cabeza o angiografía por RMN.
Tratamiento
El tratamiento de los aneurismas cerebrales siempre
corre a cargo de un equipo médico (Neurólogos
y Neuropsicólogos) que interviene directamente sobre
la zona alterada, de modo que depende en buena
parte de la zona del encéfalo o de las meninges que se
haya visto afectada. En todo caso, a la hora de cortar
la hemorragia las técnicas más utilizadas son el clipaje
(El clipaje se hace durante una craneotomía abierta.
La reparación endovascular (cirugía), realizada
en la mayoría de los casos con el uso de un espiral
o embolización endovascular y la colocación de un
stent o endoprótesis (tubos de malla), es una forma
menos invasiva y más común para tratar los aneurismas)
de la zona debilitada de la pared del vaso sanguíneo,
haciendo que deje de estar expuesta a la presión
sanguínea, y el uso de diversas técnicas para redirigir
la fuga de sangre al torrente sanguíneo.
Se usan dos métodos comunes para reparar un
aneurisma:
El clipaje (colocación de grapas) se hace durante
una neurocirugía (craneotomía) abierta.
La reparación endovascular se realiza casi siempre.
Esta reparación usa un espiral o embolización y
endoprótesis (stent). Es una manera menos invasiva
y más común de tratar aneurismas.
No todos los aneurismas necesitan tratamiento
inmediato. Los que son muy pequeños (menos de
3 mm) tienen menos probabilidad de romperse.
Su
médico de cabecera (Neurólogo) le ayudará a decidir
si es más seguro o no hacer una cirugía para bloquear
el aneurisma antes de que pueda romperse. A
veces la persona puede estar demasiado enferma para
someterse a una operación o puede ser demasiado
peligroso tratar el aneurisma debido a su localización.
Una aneurisma rota es una emergencia que necesita
tratarse inmediatamente. El tratamiento puede
implicar:
Hospitalización en una unidad de terapia intensiva
(UTI).
Reposo absoluto en cama y restricciones de actividad.
Limpieza de la sangre de la zona del cerebro (drenaje
ventricular cerebral).
Medicamentos para prevenir las convulsiones.
Medicamentos para controlar la presión arterial y los
dolores de cabeza.
Medicamentos intravenosos para prevenir infección.
Una vez que se ha reparado el aneurisma, la persona
puede necesitar prevenir un accidente cerebrovascular
debido al espasmo de los vasos sanguíneos.
Expectativas (pronóstico)
El desenlace clínico depende de muchos factores.
La gente que entra en coma profundo después de la
ruptura de un aneurisma generalmente no se recupera
tan bien como quienes presentan síntomas menos
serios. Los aneurismas cerebrales rotos con frecuencia
son mortales. De las personas que sobreviven,
algunos no tienen algún tipo de discapacidad
permanente.
Otros tienen una discapacidad de moderada
a grave.
Posibles complicaciones
Las complicaciones de la aneurisma en el cerebro
pueden incluir:
Aumento de la presión intracraneal.
Hidrocefalia, la cual es causada por la acumulación
de líquido cefalorraquídeo en los ventrículos del
cerebro.
Pérdida de movimiento en una o más partes del
cuerpo.
Pérdida de la sensibilidad de alguna parte de la
cara o del cuerpo.
Convulsiones.
Accidente Cerebrovascular.
Hemorragia subaracnoidea.