Evangelio según San Juan (3,31-36) Evangelio según San Juan (3,31-36)
El que viene de lo alto
está por encima de todos.
El que es de la tierra
es de la tierra y habla de
la tierra. El que viene del
cielo está por encima de
todos. De lo que ha visto
y ha oído da testimonio,
y nadie acepta su testimonio.
El que acepta su
testimonio certifica que
Dios es veraz.
El que Dios envió habla
las palabras de Dios,
porque no da el Espíritu
con medida. El Padre
ama al Hijo y todo lo ha
puesto en su mano. El
que cree en el Hijo posee
la vida eterna; el que
no crea al Hijo no verá la
vida, sino que la ira de
Dios pesa sobre él.
Comentario
Las comunidade s
cristianas, llamadas a
ser presencia viva de
Dios, debemos recordar
que “Jesús recuerda
cuánta gente es perseguida
y ha sido perseguida
sencillamente
por haber luchado por
la justicia, por haber vivido
sus compromisos
con Dios y con los demás”.
Si no queremos
sumergirnos en una oscura
mediocridad no
pretendamos una vida
cómoda, porque “quien
quiera salvar su vida la
perderá” (Mt 16,25).
No es casual que el
papa Francisco nos urja
a ser una “Iglesia en
salida misionera” y en
“las periferias”, menos
acomodada y más
accidentada. Dejar los
intereses par t i culares
(apostando por el
bien común) y la indiferencia
(por la solidaridad
testimoniada con
obras) ha de ser una
constante en comunidades
impulsadas por
el Espíritu del resucitado.
El evangelista Juan
exhorta a las comunidades
cristianas a que
no pierdan el ánimo y
sigan siempre el camino
de la verdad y de la
vida que les marcó Jesús.
Invitados estamos
a fomentar una auténtica
espiritualidad que
nos haga más consistentes
de nuestro compromiso
a favor y en
defensa de la vida.