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Pulso cardiaco: ¿cómo tomarlo?

08/06/2019 22:01 Santiago
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Pulso cardiaco: ¿cómo tomarlo? Pulso cardiaco: ¿cómo tomarlo?

Por el Dr. Sebastián Paz

Presidente de la Sociedad de Cardiología Santiago del Estero

L os golpes rítmicos de las arterias que notas cuando te tomas el pulso son, en realidad, como “pequeños latidos” del corazón.

En cada latido, el corazón primero se llena de sangre y luego se contrae impulsándola con fuerza hacia todo el sistema circulatorio para nutrir y oxigenar a los órganos del cuerpo. Cuando las arterias se llenan con la sangre que les acaba de inyectar el corazón se dilatan, y precisamente eso es lo que notamos con el pulso.

A veces, basta con mirar las arterias carótidas del cuello para percibir cómo late el corazón y se nota solo en las arterias y no en las venas porque cuando la sangre llega a las segundas ya se encuentra de camino de vuelta al corazón, por lo que el impulso ha perdido fuerza.

Medirlo de vez en cuando te puede resultar útil para controlar tu salud y también puede ayudarte en una situación de emergencia: por ejemplo, si tienes que atender a alguien que no se encuentra bien es una información valiosa para los servicios de Urgencias.

¿Tus pulsaciones son normales?

El corazón late entre 60 y 100 veces por minuto, y constantemente regula su velocidad en función del estado físico del organismo.

Si estamos nerviosos o haciendo ejercicio late más rápido (es lo que los médicos llamamos taquicardia) mientras que cuando descansamos relajadamente, late más despacio (lo que se conoce como bradicardia).

¿Es peligroso sufrir taquicardias?

No todos los corazones laten igual. Hay algunos que, de forma natural, tienden a funcionar más pausadamente, mientras que otros lo hacen más acelerados.

Por ejemplo, si haces deporte habitualmente, tus pulsaciones serán un poco más bajas cuando estés en reposo. Esto se debe a que tu corazón es más vigoroso y, por lo tanto, necesita menos latidos en un minuto para poder mantener el riego sanguíneo del organismo.

Los latidos también cambian a lo largo de la vida. Cuando nacemos, las pulsaciones son más altas porque la actividad del organismo es intensa. Después del primer mes, los latidos van disminuyendo y a partir de los 20 años se estabilizan. Cuando sobrepasamos los 70 años, las pulsaciones pueden sufrir alteraciones con tendencia a padecer arritmias, con pulso irregular, o bien pulsaciones lentas que requieran la colocación de un marcapasos.

Mide tu pulso en distintos momentos del día

La mayoría de las personas, cuando estamos en reposo, tenemos unas pulsaciones alrededor de 65 latidos por minuto. Pero el ritmo del corazón tiene pequeñas oscilaciones dependiendo de la hora.

Estas variaciones son normales y están provocadas por lo que conocemos como ‘ritmo circadiano’, que son los cambios que nuestro organismo presenta a lo largo del día y que le permiten adaptarse mejor a las necesidades de la vida diaria.

Por la mañana, las pulsaciones son un poco más altas que por la tarde. Esto es debido a que, a partir de la madrugada, tu organismo se está activando gracias a la subida de unas hormonas (cortisol y catecolaminas) que lo preparan para la actividad.

Puede ser normal que el pulso esté alrededor de 70 latidos cuando te acabas de despertar. Y si estás en el trabajo o activado con tus rutinas, seguramente el pulso estará un poco más alto, entre 70 y 80 latidos por minuto.

Después de comer, y recién comidos, las pulsaciones pueden subir todavía más, sobre todo si has fumado o tomado un poco de alcohol o café.

En este momento, podemos notar con más frecuencia que el pulso a veces da como un salto, causado por un latido que va “fuera de lugar”. No te preocupes, ya que se debe a pequeños cambios en la posición del corazón provocados por su cercanía al estómago.

Por la tarde, el pulso va disminuyendo ligeramente y quizá esté entre 60 y 65 latidos por minuto cuando vas a dormir.

Y durante la noche, las pulsaciones bajan aún más y pueden situarse alrededor de 55 por minuto, o menos.

Claves para medirlo bien

La técnica es fácil: consiste en presionar suavemente, con la punta de los dedos índice y medio, la zona en la que quieras notar el pulso.

Suele hacerse en la muñeca, por su facilidad de acceso y porque se nota muy bien. En la zona en donde te sueles abrochar la malla del reloj notarás como unos conductos fibrosos (los tendones que mueven los dedos de la mano).

Por la parte lateral externa (la zona que se dirige al pulgar) se encuentra la arteria radial, que se palpa con facilidad. Presiona con suavidad, cuenta los latidos 15 segundos y multiplica por cuatro.

El cuello es otra opción. Puedes notar el pulso en cualquiera de los dos laterales, justo en la zona que parece que termina la mandíbula: por allí pasan las arterias carótidas.

Debes apretar lo justo: ni mucho ni demasiado poco.

También puedes medirlo en el muslo. Palpa con los dos dedos la zona donde empieza el vello del pubis, a la altura de las ingles. Sentir el pulso aquí puede ser útil para quienes tienen la tensión arterial baja.

Errores que pueden hacerlo más difícil

Si presionas en exceso la zona, es fácil que la arteria se acabe comprimiendo, lo que impide que la sangre fluya con normalidad. Por este motivo, o bien no notarás el pulso, o lo harás de manera muy débil, incluso puedes llegar a marearte si la zona que presionas más fuerte de lo debido es la de las arterias carótidas. Allí se encuentra un centro regulador de la tensión arterial y del pulso, y si lo presionamos de forma continua esto puede provocar una caída de las pulsaciones y de la tensión.

No lo hagas con el pulgar. También pueden notarse bien las pulsaciones del corazón pero, dado que es el dedo de mayor tamaño de la mano, también es el que tiene un mayor volumen de sangre circulando en su interior. Esto puede hacer que, a veces, lo que notemos no sea el pulso de la arteria sino el del propio pulgar, que es algo menos evidente.

¿Son útiles los dispositivos que lo miden?

Son recomendables en las personas que sufren algún problema cardiaco y no deben pasar de un cierto número de latidos por minuto o bien en personas sanas que quieren controlar el rendimiento del corazón durante la actividad física.

Pero hay que tener en cuenta que:

Cuando las pulsaciones son altas o si se producen extrasístoles (latidos que se adelantan y van “fuera de lugar”) estos dispositivos pueden “equivocarse” y contar menos latidos. En estos casos, el latido del corazón es un poco más débil y puede que el dispositivo no lo note y, por tanto, no lo cuente; desde la Sociedad de Cardiología de Santiago del Estero aconsejamos siempre llevar una dieta sana, un control periódico de un especialista, hábitos saludables y realizar actividad física regularmente para conservar una adecuada calidad de vida. l


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