Diez procesados por el crimen de Marito Salto Diez procesados por el crimen de Marito Salto
procesadas por la jueza
Rosa Falco, atribuyéndoles
diferentes roles en el asesinato
de Marito Salto, cuyo
cuerpo fue hallado mutilado
en la madrugada del
2 de junio del 2016 en una
ruta que une Quimilí con
Otumpa (Moreno).
La resolución les fue
notificada esta noche a las partes
y se sostiene en una figura
dominante: “homicidio
triplemente calificado
con alevosía y ensañamiento,
abuso sexual
con acceso carnal agravado
por la muerte de la víctima”.
El fallo recayó en contra
de un grupo sectario
que fue apresado en noviembre
de 2017, merced
al trabajo de los perros
“Halcón” y “Duque”,
de la División Canes de
Río Negro y San Luis, enviados
especialmente para
colaborar con el equipo
de Falco.
El fallo
La magistrada procesó
a Miguel ángel el “Terrible”
Jiménez por el delito
de “autor intelectual”
en el homicidio del chiquito
que salió de su casa el 31
de mayo de 2016 y fue descubierto
sin vida dos días
después.
Como “partícipes necesarios”,
la resolución fue
extensiva a Ramón “Burra”
Rodríguez, Daniel
“Chicho” Sosa y Pablo Roberto
Ramírez. Más adelante,
el fallo incluyó a Armida
Lucrecia Díaz, como
“partícipe secundario”,
siempre del homicidio del
niño.
Por “encubrimiento”,
Falco dictó el procesamiento
de Daniel Hernández,
María Montes; más
los hermanos, Daniel “Toto”
y José “Pichi” Ocaranza.
El largo listado se cerró
en Miguel ángel María
Jiménez (h), a quien
la magistrada le endilgó
también el delito de “encubrimiento”.
Aberrante final
Pese al hermetismo que
impuso a su función, la
magistrada habría subrayado
en su resolutorio que
el pequeño fue víctima de
un ritual satánico.
En el rol de captador
habría situado a Rodolfo
“Rodi” Sequeira, el N° 11,
procesado a fines del 2018.
El trabajo se sostiene en
más de un año de compleja
investigación. Se plegaron
especialistas de Gendarmería,
Policía Federal
y expertos en genética de la
Suprema Corte de Justicia.
También, los antropólogos
José Miceli, especialista
en Etnografía y Etnología
y director del Gabinete
de Investigaciones
Antropológicas y su esposa,
Silvia Ríos, licenciada
en Ciencias Sociales y Humanidades
y Museóloga.