Dolar Oficial: - Dolar Blue:- Dolar CCL:- Dolar Bolsa: - Dolar Mayorista: -

EL LIBERAL . El Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 1-9

23/07/2019 22:00 El Evangelio
Escuchar:

Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 1-9 Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 1-9

Aquel día, salió Jesús de casa y se sentó junto al lago. Y acudió a él tanta gente que tuvo que subirse a una barca; se sentó, y la gente se quedó de pie en la orilla.

Les habló mucho rato en parábolas:

- “Salió el sembrador a sembrar. Al sembrar, un poco cayó al borde del camino; vinieron los pájaros y se lo comieron.

Otro poco cayó en terreno pedregoso, donde apenas tenía tierra, y, como la tierra no era profunda, brotó en seguida; pero, en cuanto salió el sol, se abrasó y por falta de raíz se secó.

Otro poco cayó entre zarzas, que crecieron y lo ahogaron.

El resto cayó en tierra buena y dio grano: unos, ciento; otros, sesenta; otros, treinta. El que tenga oídos que oiga”.

Reflexión

Todo el libro del Ex es una gran confesión de fe en el Dios liberador, sanador, que cuida y acompaña el proceso transformador de una multitud en un pueblo libre y responsable, el “pueblo de Dios”. Y esto no fue tarea fácil.

Estamos ante una de las experiencias fuerte a la que el pueblo de Israel se enfrenta. Solo habían transcurrido aproximadamente 2 meses y medio desde que los israelitas salieron de Egipto y una nueva queja aparece en sus labios: “Vosotros nos habéis traído a este desierto para hacernos morir de hambre”. Su queja: la falta de comida. ¿Podemos imaginar lo que se puede sentir, mirar y no ver alimentos? ¡Pasar hambre... Nunca lo he vivido y me cuesta imaginarlo! Quizás pararnos y orar este aspecto, nos ayude a “entender o a matizar” las palabras de queja y reproche que brotan de los labios de la multitud.

Habían cruzado el Mar Rojo, habían sido liberados de sus perseguidores, y desde su corazón agradecido habían cantado la experiencia de redención sentida. Pero la memoria humana es demasiado frágil para confiar en un Dios providente y “ausente” al mismo tiempo. “Y los hijos de Israel les dijeron: Ojalá el Señor nos hubiera hecho morir en la tierra de Egipto, cuando nos sentábamos a las ollas con carnes, cuando comíamos pan en hartura”. Todos entendemos la preocupación por la falta de alimentos, pero uno supondría que la reacción debería ser otra, en lugar de quejarse y murmurar contra Moisés y Aarón.

Podemos notar que la memoria referente a su vida pasada está bastante distorsionada. En Egipto no habían gozado de abundancia y reconocimiento, sino más bien de esclavitud, eran un pueblo sometido y restringido. “Memoria distorsionada!” Quedémonos con el sentido de esta palabra mirando nuestra realidad actual. ¿No les recuerda esta expresión y actitud a hechos que nos resultan muy familiares? ¿Quién de nosotros no a dicho alguna vez cosas parecidas? Por ejemplo: ¿“antes éramos,...hace unos años la sociedad era..., antes en la VR se hacía, en la Iglesia vivíamos...?, la lista puede ser larga. Cada uno puede hacer la suya y orarla.

Desde que salieron de Egipto, Dios guió a los israelitas por el camino del desierto. Esa trayectoria no era fortuita, Dios no cambió las circunstancias ante sus quejas, ya que siguieron en el desierto. No les mostró un granero, ni les regaló un plantío, ni les trajo carretas de comida. Sí, les dio algo mejor: les aseguró que tendrían su porción de “Maná” diaria. Esta promesa también va a exigir un acto de fe. ¡Dios nos lo dará también mañana! Los israelitas tienen que hacer el aprendizaje de la confianza. Es una enseñanza de vida para cada uno de nosotros.


Lo que debes saber
Lo más leído hoy