Santiago del Estero ofrece un rico patrimonio histórico y cultural

Texto de la agencia Télam distribuido a todo el país, que demuestra cómo nos ven en Buenos Aires.

La provincia de Santiago del Estero es una de las más importantes y antiguas que existen en el norte argentino. Un destino turístico por excelencia para aquellos que gustan del contacto con los lugareños y aprecian el descubrimiento de viejas tradiciones, integrada también por atractivos naturales y profundas raíces e idiosincrasia local.

Es aquí donde se fabrican los mejores bombos legüeros y criollos. Además, la mayoría de sus poblados conservan costumbres de antiguas generaciones y un rico patrimonio histórico-cultural.

Para comenzar a conocer la provincia, la ciudad capital ofrece la posibilidad de ingresar al interior de la historia misma del país. Situada a orillas del río Dulce, fue fundada en 1553 y es actualmente la más antigua de la Argentina.

El arte es una de las características distintivas de la Capital, donde se comercializan artesanías en cuero, cestería, alfarería y platería. Además, es una especialidad de la casa la fabricación de bombos –tanto legüeros como criollos- y otros instrumentos musicales. Todos ellos productos alejados de los moldes industriales, como los ponchos, alfajores caseros y canastas de mimbre.

Como antigua sede de la gesta emancipadora del dominio español, la ciudad conserva entre sus bienes más preciados tradiciones, mitos y leyendas que se transmiten de generación en generación.

Entre las visitas imperdibles están: un city tour por la Avenida Costanera; el Parque Francisco de Aguirre; la Catedral Basílica, que data de 1570; y, el Convento Santo Domingo, el moderno centro, entre otros. l

De bombos y cantores

Una de las visitas imperdibles en el circuito cultural por Santiago del Estero lo constituye el Patio de Froilán, situada la zona de la Boca del Tigre sobre el norte de la ciudad Capital donde se elaboran bombos que lograron trascender las fronteras de la mano de grandes artistas como Shakira o Peter Gabriel.

José Froilán González, un artesano santiagueño que comenzó a explorar el mundo de los bombos cuando apenas tenía 10 años y que lleva ya medio siglo de vida como luthier profesional.

Un bombo de Froilán tarda entre 15 y 20 días en hacerse. Una vez que se consigue el ceibo, se lo lleva hasta el patio, se labra la madera a golpe de hacha, se ahueca con gubia y masa y se la cepilla. El paso siguiente es el secado a fuego lento, que tarda unos tres o cuatro días.

El trabajo fino viene con el cepillado y la afinación por dentro para sacarle al cilindro todas las astillas internas, si queda alguna el instrumento vibra. Muchos de los bombos tienen diseños exclusivos y llevan el nombre de lugares o personas.

En el patio cada domingo desde 1997 se gesta un gran encuentro –denominado tinkus-, hasta donde llegan, alrededor del mediodía, visitantes de Santiago, de otras provincias argentinas y numerosos viajeros extranjeros interesados por su arte.

Turismo rural en el interior santiagueño

A escasos kilómetros de la ciudad de Santiago del Estero, uno de los itinerarios turísticos recomendados es la Estancia San Isidro, situada sobre la Ruta Provincial 5, en el departamento de La Banda. Se trata de una antigua propiedad del General Antonio Taboada, un caudillo santiagueño que dirigió campañas militares.

El campo dedicado a la producción agrícola posee especies arbóreas autóctonas y una gran variedad de aves acuáticas entre flamencos, garzas y teros. Allí, el viajero descubre mediante visitas guiadas por lugareños viejas leyendas que hacen a la historia del lugar. Hay caminatas por verdes senderos, juegos rurales, degustación del tradicional mate argentino y ricos platos de elaboración casera.

Para sumar a la vista se recomienda una parada en el Museo Ciudad de La Banda, conformado por el de Bellas Artes, el Nativista, el Archivo Histórico, la Biblioteca Cultural, el área de Paleontología y el Museo Ferroviario.

Además, cada verano es una tentación el Festival de la Salamanca, entre los más importantes del ámbito folclórico, con multitudinaria convocatoria.

También en septiembre durante el aniversario de la ciudad de La Banda la música, el arte y la cultura concentran la participación de grandes figuras.

Las Termas y

pinturas rupestres

En la provincia de Santiago del Estero la cultura se disfruta también en alejados paisajes, localidades que conservan yacimientos arqueológicos y uno de los complejos termales más importantes que existe en la Argentina.

Uno de los destinos más reconocidos del territorio santiagueño es Las Termas de Rio Hondo, el cual ostenta uno de los complejos termales más importantes del país, con un clima estable y benigno que permite durante todo el año disfrutar de piscinas al aire libre, y que cuenta en la actualidad con miles de plazas hoteleras.

“Las familias que vengan a Las Termas tienen varias actividades para realizar, desde disfrutar del circuito turístico mediante un recorrido en los trencitos con paradas fijas desde el Parque Martín Miguel de Güemes, hasta la visita a los museos, pesca, espectáculos musicales al aire libre y gratuitos, la excelente gastronomía y caminar por el microcentro donde se encuentran ferias artesanales, fábricas de alfajores, comercios y confiterías”, según promociona la Secretaría de Turismo local

Además, durante la temporada estival la ciudad desarrolla el ciclo “Cultura para todos”, integrado por una serie de actividades recreativas y musicales que se llevan a cabo todos los sábados en el Parque Martín Miguel de Güemes. Para los que gustan, hay clases de danza contemporánea y caminatas.

Como adicionales, se suman también las localidades de Ojo de Agua y Sumampa ideales para salidas de trecking y paseos por yacimientos arqueológicos con petroglifos y pinturas rupestres.

Un apartado especial para la gastronomía santiagueña, que se destaca por las famosas empanadas con pasas de uva y huevo, los pastelitos de gallina, los tamales envueltos en chala, las tortillas y chipacos cocidos al rescoldo o en horno de barro, el locro, los alfajores, el bolanchao, el charqui y el pastel de hoja. l