Dolar Oficial: - Dolar Blue:- Dolar CCL:- Dolar Bolsa: - Dolar Mayorista: -

EL LIBERAL . El Evangelio

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (13,47-53)

31/07/2019 22:14 El Evangelio
Escuchar:

Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (13,47-53) Lectura del Santo Evangelio según San Mateo (13,47-53)

En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: “El reino de los cielos se parece también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran. Lo mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el rechinar de dientes. ¿Entendéis bien todo esto?”.

Ellos les contestaron: “Sí”.

él les dijo: “Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un padre de familia que va sacando del arca lo nuevo y lo antiguo”.

Cuando Jesús acabó estas parábolas, partió de allí.

Comentario

Leemos hoy la última parábola del capítulo 13 en que el evangelio de San Mateo recoge las comparaciones que hacía Jesús para describir el reino de los cielos. La de la red que saca todo tipo de peces es muy semejante a la del trigo y la cizaña.

Todo se pesca (crece) junto y vendrá el tiempo de seleccionar los peces (de segar todo, cortar y quemar la cizaña). Ambas parábolas insisten en el desenlace del reinado: el fuego acabará con la cizaña y con los peces malos.

Las palabras de Jesús no intentan amenazar ni infundir terror, sino resaltar lo importante que es el don que se ofrece y lo decisiva que es la respuesta de la persona.

La Iglesia y todos nosotros somos santos y pecadores, tenemos parte de trigo y parte de cizaña, parte de peces buenos y parte de peces malos. Pero a veces confundimos la realidad y pensamos que unos somos trigo y otros son cizaña, unos somos peces buenos y otros son peces malos, unos nos sentimos justos y perfectos y otros son los pecadores.

Estaríamos tomándonos el derecho de desechar, de condenar, de juzgar anticipadamente; y no nos corresponde. Dios prefiere dejarnos tiempo e invitarnos a la conversión.

El nuestro no es tiempo de juzgar, es tiempo de recuperar, de reconducir, de rehabilitar, de luchar contra el mal.

“¿Habéis entendido todo esto?”, nos pregunta Jesús. Seamos como “un padre de familia que va sacando de su tesoro lo nuevo y lo antiguo”. Todo es un don que poner a disposición del reinado de Dios, que no viene a destruir sino a construir.

Así debe ser también la Iglesia, que está al servicio del Reino.

Así debemos ser los que formamos el pueblo en el que Dios quiere habitar. l


Lo que debes saber
Lo más leído hoy