Quinientos años de Leonardo da Vinci Quinientos años de Leonardo da Vinci
los 500 años del fallecimiento
de Leonardo Da Vinci, homo
universalis, hombre del Renacimiento
y primer hombre cuántico
de la Historia. Pintor, escultor,
filósofo, estratega de guerra, físico,
arquitecto, ingeniero, músico,
biólogo, hasta cocinero. Fue el
modelo del hombre polifacético y
de inteligencia múltiple, con una
percepción holística para vislumbrar
y transfigurar la realidad
circundante.
¿Y cómo no estar aquí como
integrantes de MAQ (Movimiento
de Arte Cuántico)? Somos sostenedores
del Arte y la Ciencia
caminando juntos, complementándose
como el Yin y el Yang,
luz y sombra, ser y no ser, estar
y no estar, evidencia de hechos y
simbolismo de experimentaciones.
¿Cómo podíamos faltar a esta
celebración si somos todos y
cada uno de nosotros, la conjunción
de Arte y Ciencia? Leonardo
Da Vinci, cinco centurias atrás,
así como en este aquí y ahora,
aparece como el primer hombre
en perfilar un Arte, una Estética
Cuántica donde la Ciencia representada
por la Física Cuántica
transita todos los senderos-enamorada
y de la mano, de la otra
parte de su universo -el Arte- ese,
que tiene otro lenguaje pero que
también goza de la perplejidad.
La sabiduría y el ingenio de
Da Vinci se resaltan en los diversos
inventos y reformulaciones
de mecanismos ya existentes.
Su aguda y sistemática observación
de los vuelos de pájaros,
le posibilita establecer nexos
con lejanías y otros paradigmas;
tanto que llega a alumbrar este
siglo XXI. Por ello nosotros,
los que integramos MAQ, volvemos
al nacimiento de máquinas
complejas, y decimos que allí, entre
engranajes, poleas y pesas como
también entre fabulosas pinturas
de Leonardo Da Vinci; está
el origen de un hombre cuántico.
Ser artista e inventor, es producto
de un profundo autoconocimiento
y luego de un emerger al
fuera con el convencimiento que
contribuirá al ser y estar de la sociedad
atemporal.
No solo maquinarias pasaron
por su mente, sino también
procesos que rigen el comportamiento
de la luz y el sonido anticipándose
a uno de los principios
básicos de la Física Subatómica
como lo es la dualidad onda- partícula.
Llegó a anticipar la relatividad
del movimiento así como
la tercera ley de Newton (de acción
y reacción). Y fueron leyes
de la naturaleza que sólo estuvieron
en su mente sin ser expresadas
explícitamente. Siempre perplejo
ante sus observaciones tanto
que llegó a decir que “nunca
se encontrará invento más bello,
más sencillo o más económico
que los de la naturaleza, pues en
sus inventos nada falta y nada es
superfluo”.
Al escribir y dibujar los mecanismos
del cuerpo humano, dejó
bien aclarado que éste, es mucho
más que una máquina. Aquí es
donde se acerca a la parte espiritual,
allí donde el mundo no tenía
leyes mecanicistas sino por la
propia creación del ser humano.
Este ingeniero y pintor, como
se le llamaba en la corte de Ludovico
el Moro, supo combinar
la Geometría y Arte con el manejo
de la perspectiva y precisión
científica. Desde los textos
del arquitecto Vitrubio construyó
una tabla de las proporciones
del cuerpo humano, que perdura
en el tiempo. La figura de ese
hombre desnudo en dos posiciones
diferentes -una de ellas dentro
de un círculo y la otra, dentro
de un cuadrado- más que
proporcionar las dimensiones de
lo perfecto fue posiblemente un
disfraz para incentivar la resolución
del gran problema matemático
denominado la “cuadratura
del círculo.”
En su producción pictórica,
el modelo universal de la belleza
fue desterrado, y así la naturaleza
fue representada también
desde la fealdad y lo grotesco.
Con esto premoniza una de las
características del Arte cuántico:
la coexistencia de opuestos
(A y no A). Con sus claroscuros
jugó con la luz y la sombra, con
el negro y el blanco. Sus retratos
pendularon entre lo femenino y
lo masculino. Consideró falsa la
claridad excesiva y como legítimo
y verdadero, lo incierto. Su
técnica del sfumato no solo otorgó
misterio. Fue un pensar cuántico,
ya que manejó apariencias,
incertidumbres en su visión desde
la distancia. Así los contornos
de sus figuras se funden, los perfiles
desaparecen y aparece una
concepción inicial del universo
cuántico.
Honramos hoy al mundo de
Leonardo y su salto cuántico para
llegar a este tiempo. Por eso
decimos: Bendita sea su realidad
que no se agotó en lo que sus
ojos vieron sino que avizoró un
mundo curvo, ecléctico, complejo,
un continuum espacio-temporal
que une los conceptos de
materia y espíritu. Bendita sea
su mente cuántica que abonó el
descubrimiento de los campos
mórficos de Rupert Sheldrake
esos lugares de resonancia magnética
donde quedan “archivados
en una especie de memoria
universal …los nuevos descubrimientos
y técnicas …” De generación
en generación sus creaciones
fueron pasando tanto que
hoy incentiva la práctica de una
Filosofía de aprender para toda
la vida.
Bendita sea la vastedad de su
mundo, que permite que espacio
ni tiempo sean obstáculos para
que todos los humanos estemos
conectados. Así el helicóptero,
el puente giratorio, el automóvil,
la ciudad ideal y tantos
otros, anticiparon un entrelazamiento
cuántico. Bendito sea su
recurrente embeleso por el agua
que se desplazaba en los torrentes.
Gracias a ello tenemos hoy la
ley de continuidad. Ah, esos fluidos
agua/aire y sus deducciones
sobre el comportamiento del sonido…
Tanto para celebrar, tanto para
bendecir, en este aquí y ahora
de los quinientos años del primer
hombre cuántico. Nosotros,
miembros de MAQ, prometemos
ser el Universo mismo y llevar
dentro de cada uno, toda la trascendencia
de cuanto existe.