Seis años de cárcel por abusar de sus dos sobrinas, emboscándolas en el monte

La Justicia de Añatuya impuso una condena de seis años de cárcel a un jornalero del departamento General Taboada, después de casi media década de reiterados abusos sexuales a sus pequeñas sobrinas.

“Abuso sexual con accesor carnal”, por una y “abuso sexual simple”, por la restante, fueron los cargos enrostrados al sujeto de 37 años, cuya identidad se omite para preservar a las víctimas.

Según la fiscal María Emilia Ganem, las víctimas fueron dos sobrinas, hijas de la hermana del condenado. Detalló la funcionaria que el sujeto cayó preso en el año 2017, al ser denunciado por una de las víctimas, ni bien cumplió los 18.

Pervertido

Ahondó Ganem que una nena fue abusada entre los 12 y los 18. La restante fue blanco de manoseos, ya que siempre que era atacada, alguien ahuyentaba al depravado y lo obligaba a escaparse dentro del monte.

A diferencia de los abusos, puertas adentro, el depravado habituaba esperar a sus sobrinas cuando salían de la escuela, siempre al aire libre.

Escogía zonas montuosas donde las emboscaba.

En indifinidad de ocasiones, familiares y vecinos lo descubrieron desnudo y vejando a una de las nenas.

En la zona era algo común, muy a pesar de lo denigrante que resultó para las dos hermanitas.

Protección de la abuela

Ni la madre ni la abuela, lograban doblegar las arremetidas del degenerado, abandonadas por su padre.

“¡Mijas venga a dormir conmigo!”, era la protección de la abuela, convencida en que el sujeto no tomaría por asalto su cama.

Materializada la denuncia, el individuo fue apresado y sometido a una exhaustiva investigación.

Los médicos confirmaron abuso sexual de antigua data en una de las menores, profundizó la fiscal.

Asimismo, al evaluar su salud mental concluyeron que su característica era de un ser primitivo, sin cultura, pero no por ello -aclararon- inimputable.

Ante semejante volumen de pruebas, la defensa y la Fiscalía acordaron un juicio abreviado.

El mismo ha sido celebrado en la víspera, ocasión en que la jueza de Control y Garantías, Gladys Liliana Lami, impuso una condena de seis años.

Dentro de la cárcel, el individuo tendrá un riguroso monitoreo psicológico.l