Murió Alcón, uno de los perros que trabajó en el caso Marito Salto

En la madrugada de este domingo, falleció Alcón, el perro que fue determinante en la investigación del crimen de Marito Salto. El animal se enfermó durante su estadía en la ciudad de Quimilí y luego de varias complicaciones, murió el pasado 29 de septiembre.

Hoy hablamos con Marcos Herrero, oficial de la Policía de Río Negro e instructor de la Unidad Canina de Viedma, quien nos contó sobre lo sucedido con el animal que fue de vital importancia en el caso que conmocionó a la provincia.

“Alcón se enfermó en Quimilí. Lamentablemente nadie pudo darnos un diagnóstico certero sobre qué tenía. Estaba 15 días bien, y después tenía 15 días con vómitos. Se le hicieron ecografías y toda clase de estudios, pero no se logró determinar a ciencia cierta sobre qué era lo que le pasaba”, declaró vía telefónica.

Y agregó: “Hace muy poco estuvimos trabajando en un caso muy importante con Interpol y luego comenzó a estar mal de nuevo. Se deshidrataba. Desmejoró mucho en los últimos días, comía y vomitaba mucho. Falleció en la madrugada de este domingo”.

Herrero, Alcón y Duke estuvieron poco más de dos semanas en la ciudad de Quimilí, pero sólo el ovejero alemán empezó con las complicaciones que lo llevaron a enfermar de gravedad. “Hasta le hicimos análisis con un especialista en psicología canina para ver si era por cansancio o estrés, pero los resultados fueron negativos”, añadió el instructor.

Herrero contó que conocía a Alcón “desde cachorro”. “Llegó a mí cuando tenía 2 años, pero yo ya lo conocía. Ahí empezamos con el adiestramiento de rastreo. Si bien es cierto que con mi técnica mejoró mucho, era notorio que él ya tenía una condición natural para este tipo de trabajo”.

Halcón tenía una extensa trayectoria realizando este trabajo. Además de la investigación por el crimen de Marito Salto, participó en casos como el de Santiago Maldonado, encontró los restos de Araceli Fulles, y también estuvo en la búsqueda de Micaela Ortega, entre otros de trascendencia nacional.

“Es un dolor muy grande. Mi señora también está muy mal”, manifestó Herrero con la voz entrecortada. Cabe destacar que el vínculo que une a un instructor con su perro es muy estrecho y se termina volviendo uno más de la familia.

El legado de Alcón no morirá con él: su hija de 3 años, Ranger, ya ha comenzado a hacer sus primeros pasos en la fuerza policial.