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El cepo, el déficit fiscal, la deuda y las reformas del sector público, los desafíos del próximo gobierno

02/11/2019 20:55 Opinión
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ANáLISIS

Por Javier Milei (*)

El cepo cambiario ampliado recientemente, significa un recorte en libertades individuales para que los chorros de los políticos puedan estafarnos con mayor dosis de impuesto inflacionario. Es fatalmente arrogante creer que a dedo se puede fijar un precio. Los precios en la economía no vienen determinados por el dólar, el traspaso a precio es una falacia teórica. El nivel de precios está dado por la cantidad de dinero.

El dólar siendo activo financiero, sube primero ante un exceso de oferta de dinero por caída de la demanda. El cepo tiene como contraparte un dólar paralelo que muestra el exceso de demanda de divisas y por ende un exceso de oferta en el resto de la economía.

El exceso de oferta en bonos hace que sus precios caigan y la tasa de interés suba. La tasa de interés al estar por encima de la de equilibrio natural lleva a una caída de la inversión y a un aumento de ahorro que deriva en un exceso de oferta de bienes que hace caer el nivel de actividad económica. Ante menor actividad económica menor demanda de trabajo,

El exceso de oferta de trabajo empuja a la baja el salario real y genera desempleo. La combinación de menores salarios reales y desempleo hace subir la cantidad de pobres e indigentes caldeando el clima social y generando presiones por mayor gasto público. El mayor déficit fiscal y sin ningún tipo de financiamiento lleva a la emisión de dinero (en Argentina es pecado tocar el gasto). Ello alimenta un mayor exceso de oferta que impulsa nuevas subas de precios y agudiza el desequilibrio cambiario. Nada bueno está por venir.

Estas medidas y sus posteriores efectos, va recrudeciendo la propia dinámica de la crisis. Cuando se quiere mitigar los efectos sin trabajar sobre las causas, el sistema económico lo que hace es devolver una cachetada trabajando muchísimo peor. Eso lo que hace es deteriorar cada vez más las condiciones económicas y sociales.

 

El déficit

Creo que el punto principal es que la madre del borrego es el déficit fiscal y el tamaño del Estado. No solo tenemos un Estado agobiantemente grande, sino que encima tiene déficit. Esto, con mi colega Diego Giacomini lo estudiamos y lo que nosotros propusimos es básicamente una reforma del Estado, que en un período de 4 años se pueda bajar 15 puntos el gasto público consolidado en relación a provincias y municipios, de modo tal que se puedan bajar 10 puntos la presión fiscal y que se liberen recursos sobre la oferta de la economía para que empiece a crecer nuevamente.

Además, bajar las cargas patronales al trabajo, eliminar el impuesto a las ganancias reinvertidas, permitir el ajuste por inflación de los balances, eliminar bienes personales, ganancia mínima presunta, también corregir la situación de ingresos brutos, todo ese conjunto de medidas que hay que tomar para que la economía pueda crecer. Para que tenga sentido invertir, en la medida que las empresas empiecen a ganar plata, invierten y generan empleo.

En ese contexto que se genera empleo, se puede aplicar una reforma en el sector público para aplicar un programa de retiros voluntarios porque durante el último período kirchnerista, se sumaron 1.400.000 empleados públicos que, básicamente, lo que estaban haciendo era ocultar el verdadero desempleo.

De esta forma, si la economía empieza a crecer, se hace más barato relativamente el trabajo, con lo que se va a conseguir es que haya muchas más demanda de mano de obra y se pueda bajar el desempleo y reducir el empleo público. Pero, aparte, los programas de retiro voluntario, tienen la característica que la persona que se retira se va a trabajar a otro lugar y, además, se lleva la indemnización, lo cual es un incentivo fuerte cuando la economía está en marcha.

 

Dolarización

y deuda

En el plano monetario, nosotros consideramos con el economista Diego Giacomini, que la economía no tiene moneda, por lo tanto debería sincerar la moneda de los argentinos que es el dólar y avanzar en una reforma financiera para ir a un sistema anti corrida, para después ir a una dolarización. Si bien proponemos la competencia de moneda, en rigor, creemos que la moneda que los argentinos ya eligieron es el dólar, con lo cual, creemos que técnicamente en los hechos, la economía, va a terminar operando con dólares.

Por otro lado, en la Argentina, lo que hay que comprender en el tema de la deuda es que el país va camino a un default. Días atrás, el ministro de Hacienda Hernán Lacunza cuando dijo que la Argentina tenía un problema de liquidez y no de solvencia, mintió. Primero, porque la relación entre la deuda y el producto, (PBI) no es del 70% como dijo Lacunza . Es más alta, en torno al 90 ó 100% del PBI.

El segundo punto es que tampoco es cierto que sea un nivel de deuda manejable o confortable porque a los países emergentes no les prestan más que un 55%.

Por último y mucho más grave, es falso porque aún cuando la relación deuda/PBI fuera del 70%, y alguien supuestamente la va a financiar, lo cual es mentira porque por algo la Argentina no tiene financiamiento y tiene más de 2000 de riesgo país, además de 14.000 puntos de riesgo país en la punta corta de sus títulos de deuda como en el Bonar 2020, en realidad lo que se tiene es que la Argentina para poder re pagar su deuda, necesita tener un superávit primario bajo determinados supuestos que no existen.

Por ejemplo, si lograra endeudarse a un 8% en dólares, lo cual es falso porque ya se tiene un riesgo país promedio arriba de los 2000 puntos y si pudiera crecer sistemáticamente al 3% algo que es falso porque hace 8 años que no lo logra, si bajo esos dos supuestos que la Argentina no los alcanza ni de casualidad ni de la manera más remota, además tendría que tener un superávit primario de 3,5 puntos del PBI, cuando la Argentina tiene un estructural negativo de 1,5 puntos del PBI y con esta caída de la actividad económica, podrían ser 2,5 puntos negativos del PBI, por ende la Argentina va a tener que estar haciendo un ajuste más o menos de 6 puntos del PBI y nadie habla de hacer un ajuste del PBI.

Además, ya no se puede cobrar más impuestos, con lo cual, evidentemente si no vamos a una reforma del Estado, esto es inviable. Entonces, la Argentina no es solvente, por eso el riesgo país es 2000, por eso el riesgo corto es 14.000, pero nadie habla de tocar el gasto público. Porque los políticos viven del gasto público. Porque están dispuestos a hundirnos en las peores miserias con tal de no cortar sus privilegios.

Hay un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre la ineficiencia técnica del gasto público. La peor región del mundo es América Latina con 4% del PBI, la Argentina tiene 7,2% del PBI de ineficiencia técnica y tiene un rubro que se llama “filtraciones” del que la Argentina tiene cerca de 5 puntos del PBI. La Argentina tiene tanto robo como ineficiencia técnica en la región. Es un escándalo. Nuestros políticos son los peores del mundo. Nos están empobreciendo para enriquecerse ellos. l

(*) Economista


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