Con el signo de la poesía y la música del pueblo

ANáLISIS

Por marino “bebe” ponti (*)

El próximo gobierno tendrá por delante tantos desafíos como necesidades. El primero sin lugar a dudas será resolver el dolor del hambre y la pobreza, reactivar la producción y abrazar a todos los argentinos con sus matices y diferencias. Pero no hay país real sin desafío cultural, sin un programa que alimente el espíritu de todos los ciudadanos, proyecte el pensamiento y fomente la gran energía creadora del pueblo en sus diversas manifestaciones artísticas y culturales

En este sentido el primer reto del nuevo gobierno, en mi opinión, pasa por federalizar el concepto de cultura y desarrollar un programa que atienda la pluriculturalidad de nuestra Patria, generar políticas de atención de cada región y visibilizar los tesoros culturales ocultos en todo el país. Desde las tejedoras de Salavina y Loreto a las bagualeras del altiplano, desde las vidaleras del monte santiagueño, a los rituales sagrados de los pueblos originarios de La Patagonia, desde las alfareras chaqueñas, a los artistas callejeros de Cosquín y de todas las calles del país.

En otras palabras, el desafío del próximo gobierno será, abrir las puertas de La General Paz y nutrirse de las maravillas culturales de toda la Argentina a través de un programa federal y democrático que contemple la creación de escuelas de arte, universidades, teatros, cines y otros espacios de estímulo y distribución como lo vienen haciendo algunos pequeños municipios y la provincia de Santiago del Estero en particular. Precisamente, a lo largo de estos años, la tierra del mistol no ha dejado de promover fiestas populares, como la del Tanicu en Salavina, el Festival de la Chacarera y otros encuentros dignos de culturas soterradas, populares y bellamente ancestrales.

Le cabe al próximo presidente el sueño de poder finalmente concretar un plan de integración cultural y hermanar a la Argentina en su diversidad. Para ello necesariamente deberá satisfacer las urgencias materiales, pero fundamentalmente sus acciones deberán estar atravesadas por la bandera del arte y la poesía de sus acciones, llevando en sus oíros y en su corazón la música del pueblo. l

(*) Poeta oriundo de Quimilí, Santiago del Estero