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EL LIBERAL . Santiago

La envidia en el ámbito laboral: Cómo podemos solucionar este tipo de mal patológico

16/11/2019 22:07 Santiago
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La envidia en el ámbito laboral: Cómo podemos solucionar este tipo de mal patológico La envidia en el ámbito laboral: Cómo podemos solucionar este tipo de mal patológico

La envidia es mala, y en el trabajo puede ser mucho peor. Es un sentimiento que puede degenerar en situaciones terriblemente perjudiciales, como mobbing, estrés laboral, incompetencia en el puesto de trabajo, además de tensiones que se pueden manifestar en forma de agresiones físicas y verbales. Voy a mostrar más a fondo cuáles son los causantes de esta emoción en las organizaciones, además de ver algunas formas de gestionarla, tanto si somos nosotros quienes somos los envidiosos como los envidiados, y qué papel puede desempeñar la empresa ante ello.

Envidia en el trabajo: ¿por qué puede surgir?

La envidia en el trabajo es un sentimiento maligno que puede ser causado por múltiples factores. Los entornos de trabajo pueden ser el lugar de relaciones interpersonales que, dependiendo de si hay o no hay un mal clima, se pueden degenerar de tal forma que afecte al desempeño de todo el personal. Una de las causas que puede generar este nocivo sentimiento es la presión competitiva. No son pocas las personas que en el lugar de trabajo no se sienten bien tratadas, además de sentir que si fallan en algo puede conllevar serias consecuencias.

Si la persona no sabe cuál es su valor en la empresa y no se siente segura, el tener que competir contra otros para mantener su puesto de trabajo, además de una experiencia casi traumática, puede generar muchas tensiones en la oficina. A la mínima situación que vea que alguien es mejor en algo que ellas mismas, es posible que se dé inicio a toda una serie de dinámicas muy perjudiciales dentro de la organización laboral.

Es muy frecuente que, a causa de la envidia, se den situaciones de mobbing o acoso (no sexual) en el trabajo, que harán que la víctima se sienta cada vez peor y más aislada del resto de trabajadores. Los efectos perjudiciales de la envidia no son algo que aparezca de la noche a la mañana.

Empiezan por un sentimiento de rencor hacia la persona envidiada, buscando posibles debilidades y fallos con la intención de hacerles ver a los demás trabajadores y al jefe que esa persona no es tan eficiente como aparentemente creían. Esto puede perjudicar a la persona envidiada o, por el contrario, a la envidiosa, dado que estará mostrándose como una persona débil e inmadure- emocionalmente, que no es capaz de tolerar el éxito de los demás.

En esencia, la envidia en el trabajo surge de sentir rabia por no poseer las potencialidades de otros compañeros del trabajo, miedo a que uno sea menos valorado al ser comparado con los demás o temor a perder el empleo por percibir que no se está a la altura.

¿Qué se puede hacer para evitar sentir envidia?

Somos seres humanos y, por eso, en algún u otro momento sentiremos envidia de alguien. Sin embargo, como personas maduras y con recursos, podemos hacerle frente a esta emoción o incluso evitar que la sintamos.

- No obsesionarse con cómo lo hacen los demás

En este mundo siempre habrá gente mejor y peor que nosotros, pero la gente que tiene más cualidades que nosotros serán más propensas a ser nuestro centro de atención. No debemos obsesionarnos con cómo lo hacen los demás, ni tampoco intentar superarlos sí o sí simplemente por el hecho de que nos negamos a ser peores que ellos. Cada uno tiene un potencial que debe mejorar de la forma más sana y adulta posible.

- Nadie es perfecto

Es posible que al ver a otra persona hacer algo mejor que uno mismo se sienta envidia de ella; sin embargo, nadie es perfecto en este planeta. Todos tenemos nuestras fortalezas y debilidades. Hay que ser objetivos, y entender que de la misma manera que estamos sintiendo envidia por algo que hace bien esa persona, también es muy probable que tenga algo que hace peor que nosotros. De una u otra forma, las fortalezas y debilidades de ambos combinadas se neutralizarían.

- Transformar envidia en admiración

La envidia es, en esencia, admiración malintencionada. Lo mejor que se puede hacer es saber ver lo bueno de los demás y felicitarles por ello, hacerles ver que encontramos admirables varias de sus cualidades. La admiración invita a tener buenas relaciones con las personas que poseen ciertos dones, mientras que la envidia nos hace alejarnos, nos frustra y nos pone de malhumor.

- Sentir empatía

Al tenerse envidia hacia un compañero al que se le atribuye una posición por encima de nosotros, es muy habitual pensar que su vida es un lecho de rosas y que realmente no se ha esforzado para esta allí. Tratemos de sentir empatía y pensar cómo se siente una persona que está en su posición. ¿Nos gustaría tener que hacer todas las llamadas que hace cada día? ¿Acaso sería agradable para nosotros pasar tan poco tiempo con la familia como él lo hace? ¿Cuándo fue la última vez que no hizo horas extra? Si nos hacemos todas estas preguntas y obtenemos como respuesta algo negativo, quizás cambiemos la envidia por comprensión.

- Menos envidia y más superación personal

La envidia es un sentimiento que no nos beneficia. Vemos que los demás hacen las cosas mejor que nosotros y nos sentimos mal por ello y la pagamos con ellos. Sin embargo, teniendo en cuenta esto, ¿no sería mejor que hiciéramos autocrítica y viéramos cómo podemos inspirarnos en las virtudes de los demás? En vez de sentir tanta envidia por lo bien que lo hacen los demás, debemos buscar la manera de mejorar cómo somos nosotros mismos. Una vez lleguemos al nivel de los demás, no habrá motivos para sentir envidia de ellos. Puede que parezca algo complicado, y en verdad lo es, pero de conseguirlo se pueden obtener grandes resultados a corto plazo.

¿Qué hacer si sienten envidia de nosotros?

Otras veces puede pasar que seamos nosotros quienes generamos envidia en el resto de nuestros compañeros y, si bien puede parecer que esto nos sea beneficioso, realmente puede hacernos correr riesgos. El principal es la posibilidad de que nos acusen de estar donde estamos por favoritismo o que nos ataquen tanto física como psicológicamente. Se pueden hacer unas cuantas cosas para intentar disminuir este sentimiento en nuestros compañeros.

- Las circunstancias cambian, pero el trato no

Puede ser que nos hayan ascendido. Eso es algo indudablemente bueno, sin embargo se debe ir con cuidado, dado que corremos el riesgo de empezar a tratar a quienes hasta hace poco eran nuestros iguales como gente por debajo de nosotros. Aunque cambien las circunstancias, debemos hacer ver a los demás que seguimos siendo las mismas personas, que seguimos apreciándose y que el cambio en la jerarquía interna de la empresa no es motivo de cambiar las relaciones interpersonales. Ser humilde y sencillo, mostrar que nuestro valor como personas trasciende cualquier estatus laboral son buenas formas para evitar envidias innecesarias.

- Ayudar a los demás

Podemos ofrecer nuestra ayuda a la persona envidiosa dándole consejos e incluso invitarla a que nos acompañe mientras hacemos una tarea para que aprenda cómo se tiene que hacer.

- Huir del protagonismo

Ya sea en reuniones o en cualquier contexto laboral, intentar ser el centro de atención cuando no es necesario es un problema, dado que puede que los demás nos vean como una persona demasiado egocéntrica, aunque haya algún motivo para ello. Puede ser que un día contando con el jefe también, o algún compañero nos quiera rendir un homenaje por algo que hemos hecho, pero debemos intentar evitar que se nos dé demasiada importancia de manera sistemática, dado que en caso contrario los demás trabajadores pueden verse menospreciados.

- No atacar a los demás

En todo contexto social pueden surgir conversaciones en las que se ataquen a los demás. Es muy importante evitar este tipo de charlas, dado que, además de hacer daño, puede iniciar toda una serie de chismes, habladurías y rumores que pueden ponérsenos en nuestra contra. Las conversaciones destructivas pueden generar muchísimas tensiones en la empresa, y no queremos que las víctimas de ellas nos la devuelvan en forma de rencor, ataques personales y promoción de una mala imagen nuestra.

¿Qué puede hacer la empresa para evitar este tipo de situaciones?

La empresa es tan responsable de las interacciones entre sus trabajadores como el personal mismo. Es por ello que, en caso de que vea malas relaciones interpersonales entre sus empleados debe plantearse iniciar algunos cambios para disminuir las tensiones, sobre todo si no quiere que el rendimiento de la organización disminuya.

- Dejar de lado las competiciones

Es bastante común en empresas el hacer que sus empleados compitan por un mismo puesto de trabajo o realizar algún tipo de tarea. Esto, que en principio puede parecer positivo porque se fomenta el poner todo el empeño para conseguir un objetivo y es percibido por el empresario como un posible incremento de la productividad, implica ciertos riesgos. Una cosa es motivar al personal para que dé lo máximo, y otra es hacer que se vean como enemigos los unos y los otros, pudiendo darse el caso de que se saboteen mutuamente. Si se es el jefe o el encargado de una determinada sección o departamento y se ha detectado a personas que parecen ser propensas a la envidia y a los celos, lo mejor será evitar todo tipo de competición interna intensa.

- Huir de comparaciones

Para evitar envidias innecesarias, lo mejor es evitar las comparaciones dentro de la organización, ya sean en boca del jefe o de sus subordinados. A un empleado envidioso no le hará ni pizca de gracia saber qué dejan y qué no dejan de hacer sus compañeros, especialmente qué bien lo hacen. Esto puede iniciar todo tipo de tensión en forma de pequeñas acciones dañinas de él hacia el resto de empleados.

Sistema de recompensas transparente

Esta sugerencia es especialmente recomendable para aquella persona que se encarga de los sueldos y ascensos de sus empleados. En toda empresa la gente corre el riesgo de compararse en función de la cantidad de dinero ganado cada mes. Esto puede causar enfrentamientos y, claro está, muchas envidias y celos. Lo mejor para evitar esto es crear un sistema de recompensas transparente, el cual consiste en explicar a los trabajadores los motivos de los ascensos, las subidas de sueldo, recompensas y otras formas de recompensar su buen desempeño laboral. Al hacerlo, también se debe asegurarse de que se explica todo lo necesario y que no se da a entender que la persona que ha sido beneficiada de una u otra forma lo ha sido por favoritismos de algún tipo, y evitar la percepción de que se trata de una situación injusta.

Potenciar la autoestima mediante hábitos psicológicos. Nuestro bienestar

Cultivar una valoración positiva de nuestras identidades es fundamental para conseguir bienestar. Veamos de qué manera se puede aplicar gran parte del conocimiento teórico adquirido sobre esta área de forma práctica y sencilla en el día a día para hacer que nuestra autoestima vaya creciendo.

- Toma decisiones sin aplazamientos

Las preocupaciones derivadas de los problemas y acontecimientos vitales suelen ser más frecuentes durante el transcurso entre la ocurrencia de la situación en concreto y la resolución de ésta. Por lo tanto, resulta muy recomendable evitar posponer el afrontamiento de dicho evento de manera que se evite alimentar excesivamente los procesos de rumiación reiterada. Una buena herramienta donde se reflexiona sobre la elaboración de una adecuada orientación general al problema, la concreción de una definición y formulación del problema, la propuesta de generación de alternativas, la toma de decisiones propiamente dicha y una última etapa de verificación de la solución elegida.

-Disminuye la disonancia cognitiva

La disonancia cognitiva es un concepto para explicar el estado de tensión que un individuo experimenta cuando su sistema de creencias entra en conflicto con su comportamiento real, influyendo negativamente en la modificación de las actitudes del sujeto. Ante este hecho, la persona intenta generar un nuevo conjunto de cogniciones coherentes a su conducta con la finalidad de disminuir el malestar producido por la discrepancia inicial mediante; un cambio actitudinal, la adición de información consonante entre creencias y comportamientos o la trivialización de las actitudes o comportamientos expresados. En definitiva, esta rigurosa teoría pone de manifiesto la importancia de la coherencia entre los pensamientos (los propios valores) y las acciones aplicadas en la práctica; a mayor nivel de discrepancia, mayor nivel de malestar psicológico personal.

- Identifica y transforma tus creencias limitantes

Los conceptos de creencias limitantes (CL) vs. creencias poderosas (CP) se definen como dos tipos de cogniciones que la propia persona posee sobre sí misma y que son determinantes en el nivel de autoestima bajo y alto, respectivamente. En concreto, las creencias limitantes hacen referencia al conjunto de ideas negativas que presenta un individuo sobre sí mismo y que reflejan un escaso grado de confianza para la consecución de objetivos vitales. Esto es lo que puede producirse en lo antes hablado sobre la envidia en el ámbito laboral a un nivel de llegar a una autoestima prácticamente posesionada por el envidioso. Por otro lado, las creencias poderosas se caracterizan por dotar a la persona de un sistema de creencias positivo y optimista global sobre sus propias cualidades, por lo cual resultan facilitadoras en la empresa de proyectos e iniciativas que el sujeto se propone a lo largo de su vida. Aquí se da la gran batalla para el envidioso, porque el sujeto envidiado, el trabajador de una empresa, no permite que la envidia pase por encima de su seguridad personal y su amor propio. Un buen ejercicio de reflexión para llevar a cabo la transformación de las ideas limitantes en ideas poderosas puede ser, la realización de un listado de todas las CL en los distintos ámbitos de la vida (familia de origen, familia generada, amistades, entorno profesional y sociedad), el cuestionamiento sobre su lógica o veracidad y la sustitución por un nuevo grupo de CP, también aplicadas a las cinco áreas indicadas. A partir de todo ello, la persona debe interiorizarlas y otorgarles un mayor peso emocional.

- Inicia un diario de gratitud

Evolutivamente, el ser humano ha mostrado una tendencia importante a retener en el recuerdo con más claridad la información vinculada a emociones intensas como el miedo o la rabia, en detrimento de otros datos más neutros, no tan útiles en la consecución de su propia supervivencia. En la actualidad, aunque el contexto ha cambiado, parece una práctica habitual en las personas que presentan un funcionamiento de baja autoestima, depresógeno o caracterizado por múltiples preocupaciones, la presencia de un sesgo cognitivo-atencional que les lleva a recordar de forma mucho más significativa los aspectos pesimistas, desagradables o negativos del día a día. Esto netamente se daría en un episodio de envidia sobre el sujeto que sobresale del resto y llegaría a encontrarse con todos estos sentimientos en donde debería repeler y desviar las preocupaciones a través de estas metodologías nombradas. Así, acorde con estos hallazgos, una estrategia para aplicar en el día a día puede consistir en iniciar un diario personal de gratitud donde se anoten las muestras de gratitud expresadas hacia sí mismo y/o dirigidas a los demás.

- Realiza actividades agradables con regularidad

A nivel bioquímico, las sustancias que se segregan en mayor proporción cuando el individuo realiza actividades que le resultan interesantes, motivantes y poseen un efecto de recompensa son la adrenalina, las endorfinas (hormonas ambas que modulan el estado de ánimo) y la serotonina (neurotransmisor implicado en los procesos sexuales, el sueño y la respuesta emocional). Por ello, puede resultar muy recomendable elaborar un pequeño listado de actividades agradables de distinta naturaleza las cuales puedan practicarse a diario: actividades individuales (un baño de espuma), en compañía (una cena entre amigos), actividades de enriquecimiento en función de las inquietudes personales (iniciar un curso de idiomas), actividades de autocuidado (llevar una prenda del color preferido) etc. En la mayor parte de los casos, no se trata de pensar en ocupaciones de realización compleja, sino de pequeñas acciones que actúen como «un agradable capricho» y que potencien por tanto el propio bienestar. No dejar que ese sentimiento vil como la envidia pueda destruir todos los objetivos y metas a lograr, simplemente porque hay sujetos que se limitan en sus capacidades por estar más atentos a hacer el mal, el daño que seguir el éxito del compañero de trabajo. Prefieren envidiar que superarse.


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