El calor favorece la aparición de afecciones urinarias y aconsejan evitar la automedicación

La infección urinaria es una de las más comunes en las mujeres, y es un problema que debe encarar adecuadamente para no sufrir consecuencias serias. La magnitud de la enfermedad es tal que, en la actualidad, se calcula que la padece el 10% de la población femenina mundial; aproximadamente el 70% de ellas sufrirá al menos un episodio a lo largo de su vida; mientras que la recurrencia marca que el 25% repetirá el episodio dentro de los 6 meses.

Los hombres no están exentos de sufrir esta patología, aunque la prevalencia en ellos es mucho menor.

El calor y el elevado índice de humedad son factores que inciden considerablemente para que se genera la enfermedad, por lo que en esta época del año “se torna más frecuente la consulta por síntomas urinarios”, reveló a EL LIBERAL la doctora Claudia Trejo, médica ginecóloga.

La profesional insistió en la necesidad de no subestimar a esta dolencia y “evitar la automedicación”, ya que es necesario identificar a la bacteria que generó la infección para poder atacarla específicamente.

"Esta patología se da por varias causas, una de ellas es la congestión pelviana, a veces por el calor localizado en la vulva, ocasionado por permanecer mucho tiempo en asientos calientes, tomar sol en horarios más intensos, el agua de la pileta especialmente las que usan mucho cloro que altera el PH de la vulva, o las várices pelvianas”, justificó la doctora Trejo, el aumento de los casos en esta época del año.

Respecto de los síntomas de una infección urinaria en la mujer, la doctora Trejo comentó que ‘la urgencia miccional, es decir, la necesidad imperativa de ir hacer pis; a veces la incontinencia (cuando se escapa un chorrito); otras el ardor y, más frecuentemente, que después de terminar de hacer pis persista el deseo miccional (tenesmo)”, indican la existencia de una afección urinaria.

Apuntó como un punto negativo, que “la mayoría de las veces la paciente consulta primero a una amiga o al farmacéutico, y comienza a medicarse. Algunas veces los síntomas ceden otras no, y es recién ahí cuando acuden a la consulta médica”, lo cual resulta riesgoso.

“Las causas pueden ser infecciosas, es decir, que una bacteria contamine la uretra o la vejiga y produzca la infección. La más frecuente es por escherichia coli, una enterobacteria que está en los intestinos y que forma parte de la materia fecal. Cuando la paciente es estreñida o por malos hábitos de higiene puede contaminar la región vulvar y la vía urinaria. A diferencia con el hombre, la uretra de la mujer es más corta, por lo que está más expuesta a infecciones”, explicó la doctora.

Otras causas

Respecto de otras situaciones que pueden generar esta enfermedad, apuntó que “a veces la paciente no cumple el esquema antibiótico, y cuando los síntomas ceden, deja de tomar el antibiótico, por lo que es frecuente que al cabo de unos días la tengamos con iguales síntomas”.

“Otras veces se da por falta de hormonas, como en la menopausia, o en niñas que tienen menos defensas y están más predispuestas a infecciones. Incluso, en la menopausia la falta de estrógeno produce el síndrome urogenital un conjunto de síntomas muy parecidos a la infección urinaria, pero que no calman con antibióticos”, amplió.

Comentó que en otros casos, “y también relacionado con la congestión pelviana, está la falta de orgasmo”, porque “hay pacientes que solo tienen síntomas después de las relaciones y ceden con los días en forma espontánea”.

“Esto se da porque la pelvis de la mujer se prepara para el orgasmo reteniendo sangre, esta vasodilatación, al llegar al orgasmo por contracciones repetidas, redistribuye esa sangre a todo el cuerpo, pero si no llega al orgasmo, esa sangre tarda más en redistribuirse y produce una congestión en las venas pelvianas que pueden causar dolor pelviano, sensación de peso en el bajo vientre y ardor al orinar”, puntualizó. La doctora Claudia Trejo recomendó, como una primera medida ante la aparición de cualquiera de estos síntomas, “consultar al profesional antes de ingerir cualquier medicación, especialmente si tiene fiebre”, y cuando se ha iniciado un tratamiento antibiótico “debe finalizarlo según la prescripción médica, y no cuando finalicen los síntomas”.

La enfermedad es menos frecuente en los hombres

El doctor Ariel Fornero, médico urólogo, confirmó que “el hombre es mucho más raro que haga una infección urinaria”, y también relativizó la posibilidad de que se produzca como causa de “una relación sexual”.

“En el hombre son mucho menos frecuentes las infecciones urinarias, menos por una relación sexual, aunque sí puede suceder en los casos de una relación anal o con su pareja cuando tiene un flujo importante, o que el hombre esté enfermo de la próstata”, precisó el profesional.

El doctor Fornero explicó luego que “generalmente, la infección urinaria en el hombre se da por una complicación de otras patologías a nivel urinario, por ejemplo una obstrucción urinaria producida por la próstata, porque este órgano es como una barrera de defensa, por eso, cuando está enfermo, es frecuente que produzca infecciones urinarias”.

“Por eso es que las infecciones urinarias en el hombre se deben más frecuentemente a problemas obstructivos urinarios y menos frecuentes por una infección”, puntualizó finalmente el médico especialista.