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EL LIBERAL . Santiago

Navidad, fiestas de fin de año y cerebro... ¡No a la pirotecnia!

21/12/2019 23:10 Santiago
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Navidad, fiestas de fin de año y cerebro... ¡No a la pirotecnia! Navidad, fiestas de fin de año y cerebro... ¡No a la pirotecnia!

El órgano rector del pensamiento

(cerebro) reconoce

las brisitas frescas o calurosas

(según el clima santiagueño),

las reuniones con amigos

y familiares, las luces, los cantos

navideños, los postres helados

y el pollo al horno o asado,

el tránsito enlentecido,

elementos que son parte de

una tradición que como costumbres

nos hacen a muchos

alegrarnos por aquello de subir

al “tren de la Navidad”, por

el contrario a otros los entristece

y amarga ver la alegría de

los demás. Hoy se ha determinado

que esas agradables sensaciones

de alegría y regocijo

tienen áreas específicas en

nuestro cerebro.

Trastorno afectivo estacional:

se caracteriza por

cambios bruscos del estado

de ánimo. Los afectados tienen

bajos niveles de serotonina

y melatonina, lo que significa

que necesitan mucha más

luz. Cuando la luz llega a la retina

en la parte posterior del

ojo, las señales eléctricas son

enviadas al hipotálamo.

Esta

es la parte del cerebro que

controla el sueño, el apetito, la

temperatura corporal, el deseo

sexual y el humor. Cuando

no hay luz suficiente, estas

funciones comienzan a disminuir.

Sobrealimentación:

además de la indigestión, comer

en exceso también tiene

un efecto mucho más siniestro.

Se estimula una vía generalmente

inactiva entre el hipotálamo

y el sistema inmunológico.

Esto resulta en una

respuesta inmune excesiva y

conduce a la inflamación de

bajo grado en todo el cuerpo.

Y es por eso que a menudo se

sienten mal después de comer

demasiado. Comer en exceso

por largos períodos de tiempo

conduce a una inflamación

crónica, lo que puede contribuir

a la diabetes tipo 2 y enfermedades

del corazón.

El exceso de alcohol: el

problema no es la ingesta excesiva

de alcohol (si es que

ocurre una o dos veces al año)

sino la ansiedad y la irritabilidad

que se genera cuando se

detiene el consumo. La interrupción

brusca del consumo

de alcohol conduce a la hiperexcitabilidad

cerebral debido

a la repentina ‘liberación’, lo

que afecta los receptores que

habían sido inhibidos por el

alcohol.

Estrés familiar: Cualquier

forma de estrés conduce

a la liberación de adrenalina y

cortisol y existe una parte del

cerebro que es especialmente

vulnerable a los aumentos de

cortisol; el hipocampo. Como

resultado, cuando se está estresado

es posible que la capacidad

multitarea (multitasking)

y de recordar las cosas

se ve afectada. Hacer ejercicio

y dormir lo suficiente son las

mejores maneras de contrarrestar

el aumento de los niveles

de cortisol.

Para mí éste es el más bello

tiempo del año, me agrada,

miles son los recuerdos felices

de la infancia y la temprana

adolescencia me hacen

recrear parte de los momentos

más bellos vividos en

mi existencia; las veladas pre

navideñas de las promociones

de tu colegio, ir al supermercado

disfrutando los olores

de las frutas navideñas, el

visitar el Santa Claus de los

shoppings, el esperado día

de reyes. Sean cuales fueran

las emociones básicas podemos

plantear que estas cumplen

una serie de propiedades

que las hacen distintivas; una

emoción (como la alegría o la

tristeza) es el resultado de un

patrón complejo de respuestas

químicas y neuronales que

forman un patrón característico,

estas respuestas son automáticas

y producidas por el

cerebro cuando detecta un estímulo

determinado (un objeto

o una imagen mental).

El

cerebro está determinado por

la evolución para responder

ante ciertos estímulos, pero la

experiencia personal hace que

esas incitaciones se extiendan

hacia otras regiones, esa es la

razón de porqué ante los estímulos

de la Navidad se activen

tantas áreas cerebrales.

El resultado de estas respuestas

químico-neuronales es un

cambio temporal en el estado

del cuerpo y en esas partes del

cerebro que chequean estos

estados corporales (la emoción

se siente en el cuerpo y el

cuerpo informa al cerebro sobre

los cambios que siente) y

por último, la finalidad de las

emociones es la supervivencia

y la adaptación.

En resumen, la tristeza

implica soledad, indefensión,

desánimo y nos resta

vida, así que trate en lo posible,

de ser feliz, hágalo como

una promesa para el próximo

interés importante de su vida

y siéntalo al degustar las burbujas

de champagne en la fina

copa de la cual beberán.

La felicidad, por el contrario

implica regocijo, satisfacción,

plenitud, alborozo, goce

y por encima de todo nos

prolonga la vida, la decisión

por tanto es obvia.

A los lectores y a EL LIBERAL

simplemente gracias y sigamos

juntos en 2020.

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