Un peón agredió y amenazó con una escopeta a su pareja y terminó detenido Un peón agredió y amenazó con una escopeta a su pareja y terminó detenido
Un celoso changarín del departamento Figueroa terminó preso y recluido en la celda de la Comisaría N° 24 de La Cañada, después de embriagarse, atacar a golpes a su compañera y doce horas después, redoblar la furia amenazándola con una escopeta.
El singular protagonista de un día de gritos y una desmedida “gira etílica” sería Alejo Daniel Sayago, de 48 años, concubino de una mujer de apellido Castillo (36).
La pareja serían padre de 7 menores, de 16, 13, 9, 6, 5, 3 años y el último de 6 meses.
Después de una década de convivencia en el paraje La Tapa, departamento Figueroa, Sayago habría olvidado en el baúl de los buenos modales la cordialidad y el respeto, “mutando” en un hombre carente de palabras, proclive al alcohol, los celos enfermizos y golpes.
Madrugada y trance
En esa nueva versión, Sayago arribó celoso a la casa y a las cuatro de la madrugada se puso como loco y lo sufrió Castillo.
Según la denuncia de la víctima, la atacó a trompadas y patadas.
Como tantas otras veces, Castillo se escapó con “lo puesto” y se recluyó en el monte. Allí durmió y esperó hasta las 11.30, conjeturando que Sayago se haya dormido y atenuado el alcohol.
Antes del mediodía retornó a la casa para alimentar a sus hijos.
Sentado en el comedor, la esperaba su concubino, sujetando fuertemente una escopeta.
Otra vez la víctima padeció las amenazas, insultos, sostenidos en un rosario de humillaciones que colmaron su capacidad de tolerancia.
Entre harta y atemorizada, Castillo se escapó de nuevo de la casa y estampó con su firma una denuncia en la Seccional N° 24.
Encierro seguro
Ni bien los efectivos informaron la “noticia”, la fiscal de turno, Cecilia Gómez Castañeda, cristalizó en detención, luz verde mediante de la Justicia de Género.
Hoy, Sayago recupera la sobriedad y cordura perdidas en una celda de la 24. Mañana lo espera la fiscal para indagarlo, punto de arranque de un desfile por las Fiscalía y los tribunales.
Si todo se precipita como es previsible, sería excluido del hogar, dentro de un pleito legal por violencia de género capaz de decantar en prisión preventiva y hasta en un juicio, en un futuro no lejano.