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EL LIBERAL . Santiago

Aconsejan ayudar a los más chicos para que, progresivamente, recuperen la rutina escolar

29/02/2020 22:49 Santiago
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En pocas horas, niños y adolescentes poblarán nuevamente las escuelas, dando inicio formal al comienzo del ciclo lectivo 2020, con lo que quedarán atrás hábitos propios del tiempo de vacaciones. Y para que este retomar las rutinas no resulte traumático, desde el hogar habrá que acompañar el proceso con mucha tranquilidad.

Los horarios del descanso son los que generalmente se alteran durante las vacaciones, los chicos duermen más, se despiertan más tarde y también se duermen más tarde. Ello les genera cambios en la alimentación y en la vida social.

Por lo tanto, irse a la cama más temprano y madrugar están entre las pautas más complicadas de recuperar con el reinicio de las clases.

Ayuda

“El ciclo lectivo está muy próximo a comenzar, y luego de dos largos meses de vacaciones, donde nuestros niños perdieron los hábitos de los horarios y las obligaciones escolares, debemos ayudarlos a qué lenta y progresivamente los recuperen”, analizó el médico pediatra doctor ángel Muratore.

Consideró que durante las vacaciones, es muy común que los niños duerman más tiempo que en épocas de clases, sobre todo los que concurren al turno mañana.

“El receso de verano se presta para que nuestros pequeños se despierten pasada la media mañana, debido a que también suelen acostarse más tarde de lo habitual. Esto trae aparejado desórdenes en la alimentación, sobre todo por que pierden el desayuno, la comida más importante del día, sobre todo para los niños”, explicó.

Sobre cómo encarar este proceso de readaptación, dijo que “debemos, progresivamente, ayudarlos a recuperar sus horarios y costumbres, que les aseguren un descanso mínimo de 8 horas y una alimentación óptima para comenzar su jornada escolar”.

“Un desayuno liviano, basado en lácteos y jugos de fruta, con una colación a media mañana (que suele hacerse en algún recreo) cómo una fruta, una barra de cereal o un yogur, contribuyen a una adecuada alimentación y un mayor rendimiento académico”, puntualizó el profesional.

Las emociones

El otro proceso de readaptación tiene que ver con el propósito educativo, y en este sentido, la psicopedagoga licenciada Ana Gálvez, puso énfasis en apuntar que, a pocas horas del inicio del ciclo lectivo, observa “una gran preocupación de los padres por los aspectos materiales de la educación, en muchos casos muy competitivos”.

“Las marcas de las vestimentas que lleven nuestros niños tendrán un lugar indiscutido. Lo que debemos tratar es que no se cosifiquen las emociones, los sentimientos, que serán los verdaderos motores impulsores del proceso de aprendizaje”, graficó.

Recordó que “siempre que el niño aprende de quién ama”, y consideró que “son más importantes los vínculos, los puentes de comunicación que podamos establecer con nuestros niños, que los aspectos perfectos o pseudoperfectos que a veces perseguimos y pretendemos lograr los adultos en el aprendizaje escolar”.

“Recordemos que el número 10 no siempre habla del mejor resultado ni del mejor alumno. Probablemente muchos niños esperan el inicio de clases para alimentarse y para recibir con ese alimento una sonrisa de su maestra, porque su vida en su casa o en la calle carece de esa sonrisa. Y podríamos seguir enumerando mucho otros factores endógenos y exógenos al mismo hecho educativo, lo cierto es que la escuela debe ser el lugar donde un ser humano aprenda, principalmente a vivir”, dijo por último.

Tener las vacunas al día

Las vacunas que figuran en el calendario anual son gratuitas y están disponibles en todos los hospitales y centros de salud, para el ingreso escolar son:

Niños de entre cinco y seis años tienen que recibir la Sabin (contra la poliomielitis), la Triple Viral (contra el sarampión, la rubéola y la papera) y la Triple Bacteriana (contra la difteria, el tétanos y la tos convulsa).

A los 11 años, tanto las chicas como los chicos tienen que aplicarse la Triple Bacteriana Acelular (contra la difteria, el tétanos y la tos convulsa); la vacuna contra la hepatitis B: Iniciar o completar esquema de tres dosis; la Triple Viral (contra el sarampión, rubéola y paperas): Iniciar o completar esquema de dos dosis.

Para los adolescentes de 11 años, la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano - VPH (para prevenir el cáncer de cuello de útero. Se aplican dos dosis: a los seis de la 1ª dosis se aplica la 2ª.


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