Juzgan a un operador de remisería por matar a un joven por un cigarrillo

Un operador de remisería es juzgado desde ayer por matar a un estudiante a puñaladas, durante una discusión que se inició cuando la víctima le pidi• que le convidara un cigarrillo, y en la jornada inaugural el tribunal rechazó una recusación de la defensa, resuelta en que el imputado sea juzgado por “homicidio con exceso en legítima defensa” y no por “homicidio simple”.

En el banquillo de los acusados se encuentra Fabián Alderete, quien la mañana del 24 de febrero del 2018 hirió mortalmente a Juan Carlos Suárez, de 19 años, de El Porvenir.

El epicentro resultó la calle Maipú, frente a una farmacia, en Las Termas, según el alegato de acusación central a cargo de los fiscales Marcelo Sgoifo e Ignacio Guzmán.

Antagonismos

En la apertura del debate, la Fiscalía acusó a Alderete por “homicidio simple” y la defensa se opuso, inclinada a que sea juzgado por “homicidio con exceso en legítima defensa”.

Las imputaciones están divididas por la eventual absolución o condena, en el caso del homicidio simple.

El tribunal dispuso dos cuartos intermedios para resolver los pedidos: nulidad de la requisitoria fiscal y al fallo del tribunal, incluida la recusación por temor de “parcialidad”.

Ante ese planteo, el presidente del alto cuerpo (Julio David Alegre Paz) aclaró que en su gestión no habitúa ceder ante recusaciones sin fundamento, ya sería vulnerable y objeto de contínuas recusaciones.

Aclaró que la defensa no tiene por qué pensar que la imparcialidad del debate vaya a verse afectada.

Lo medular

Para la Fiscalía y los querellantes, Javier Leiva y Luis Barraza, Suárez caminaba por la calle. Abordó a Alderete, quien venía con su hijo. Le solicitó un cigarrillo. Alderete se ofusco y le clavó un arma blanca por debajo de la tetilla.

“¿Por qué le hiciste eso?”, le preguntó el primo de Suárez y Alderete respondió: “-¿Querés que te dé a vos también?”.

Alderete e hijo siguieron caminando. Después, ascendieron a un remís y se fueron a su casa.

Mientras tanto, el primo arrastró a Suárez hacia el hospital, distante 3 cuadras. Antes, los socorrió una ambulancia. La víctima fue conducida al Hospital local y desde ahí, derivada al Hospital Regional.

Sin embargo, la muerte se precipitó antes de que el paciente fuera ingresado a la sala de Urgencias.

El cuchillo le había perforado debajo de la tetilla. El deceso fue por “una hipoxia, hemorragia...”

“Debe analizarse todo en un contexto de inseguridad”

La defensa abogó para que Alderete sea juzgado por “homicidio con exceso en legítima defensa”, ya que aún condenado, su libertad no peligraría.

Con el “homicidio simple”, hay riesgo de condena mínima de 8 y una máxima de 25 años de cárcel.

Para su defensa, “el hecho debe ser analizado en un contexto de inseguridad que se vive”, señalaron las letradas.

En la percepción de las abogadas, Suárez apretó a Alderete para que le diera cigarrillos. Como le dijo no, insistió solicitándole la billetera y en tercer término, le lanzó una patada a la pierna.

Alderete respondió con un arma blanca que llevaba entre sus ropas.

Hubo dolo

En cambio, Fiscalía y querella comparten la teoría de que Alderete actuó mal y sin provocación alguna.

Es más, ahondaron que Suárez nunca puso en peligro la integridad física y que la patada atribuida no guardó relación alguna con la reacción desmedida de Alderete.

Luego, el tribunal contempló el video del incidente. En él, se ve cuando Suárez se acercó a Alderete. éste reaccionó hiriéndolo al pecho y Suárez se replegó y tomó distancia con el primo. Ahora, los jueces pasaron a escuchar a todos los testigos de la batalla judicial que concluiría antes del viernes.

“Declararé luego para que comprendan qué pasó”

Ante el tribunal, el operador de una remisería manifestó que prefiere esperar el desarrollo del juicio, es decir que los testigos aporten su “verdad”.

Añadió que en su mommento, “declararé para que ustedes comprendan lo que pasó y tuve que vivir”.

Así, Alderete ya no enfrenta un exceso en su conducta defensiva, sino que se lo asume autor de un homicidio simple.

¿Previsible, asumido o no por la defensa?, fue la versión de Alderete cuasi víctima de la agresión de Suárez.

En esta instancia, Suárez pagó con su vida la conducta de Alderete. Si el operador vio en su “acoso” una amenaza, serán los jueces quienes develen si la puñalada tuvo lógica, o asumiéndose en peligro se convirtió en homicida, desesperado o racionalmente. l