Celó a la novia con su hermano en la plaza Sarmiento y la agredió a trompadas y patadas

La policía detuvo a un individuo, tras ser denunciado y acusado por su novia de agredirla a trompadas y patadas en la plaza Sarmiento.

Según la investigación que impulsa la fiscal Cecilia Gómez Castañeda, el agresor es de apellido Coronel y la víctima, Trejo.

Novios hace apenas cuatro meses, los protagonistas se encontraban en la plaza Sarmiento.

En minutos, él pasó del romanticismo a los celos, al atribuirle un amorío con su hermano.

A los gritos, Coronel habría humillado a la jovencita, mientras unos pocos testigos ignoraban el trasfondo del bochorno.

Gritos vanos

Después de gritar improperios, se fue de la plaza y la chica quedó llorando.

Sin perder tiempo, habría regresado a los pocos minutos, más furioso y con menos ganas de “hablar”.

De acuerdo con la denunciante, empezó a golpearla en el rostro, nariz y la cabeza.

En el fragor del castigo, la tomó del cabello y la lanzó con fuerza contra el piso.

Sin piedad, allí la atacó a patadas. La puso de pie y le pegó en la boca.

Llorando y sangrando, la víctima quedó sentada en el piso, pidiendo que alguien le tendiera una mano para retornar a su casa.

Alertada, la fiscal Cecilia Gómez Castañeda pidió la detención de Coronel y la medida se concretó en las últimas horas.

Ahora, Coronel fue puesto en órbita y la Fiscalía iniciará un largo peregrinar por tribunnales, cuya última estación puede ser hasta una condena por violencia de género.

“No era la primera vez y hasta me amenazó de muerte”

Lamentando sus penas y curando sus labios heridos, Trejo arribó a la comisaría y pidió a los policías ayuda.

Manifestó que no era la primera vez que Coronel la agredía y que en él era moneda corriente lastimarla y amenazarla de muerte.

Añadió que jamás fue el problema para él encontrarse en lugares públicos, por cuanto sus arranques de ira no respetaban plazas, familiares o amigos de la víctima.

Fiel exponente de la violencia neta, el muchacho acaba de ser sacado de circulación.

Que juegue al preso pobre y lastimoso no sería la primera vez que los instructores deban contemplar.

En cambio, para él sí será el prólogo de un proceso judicial que no le augura pronta libertad, sino esposas, policías, instructores y abogados capces de extender ese encierro que hoy lo atosiga, a largo plazo y sin fecha de vencimiento. l