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El valor de la vida en épocas de pandemia

24/03/2020 14:35 Opinión
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El valor de la vida en épocas de pandemia El valor de la vida en épocas de pandemia

Dr. David Julián Jarma - Doctor en Medicina y Cirugía - Presidente del Consejo Médico - Prof. Adjunto de la FCM

En tiempos de incertidumbre y sobre la situación particular que, como sociedad estamos viviendo, por los efectos y consecuencias de la pandemia por el Coronavirus, es importante reflexionar sobre el valor de la vida.

Para una persona no debería haber un bien más preciado, ya que se refiere a su existencia misma, la de sus seres queridos y los de la misma especie. Bien preciado que incluye también a los equipos de Salud.

Del mismo modo que, un siglo atrás, el “mal” siempre viene de “afuera” y precisa ser cercado, confinado para proteger a las “víctimas inocentes”.

Las pandemias son una trágica, pero muy útil oportunidad, para reconocer los valores y creencias vigentes en una comunidad; donde en todos los casos han convivido el egoísmo y la solidaridad; la cobardía y el heroísmo; la humildad y la codicia; el abandono y el compromiso.

Históricamente las medidas sanitarias aplicadas en contextos de pandemias han dado lugar a dilemas de orden ético y jurídico, pues implican limitaciones a principios y garantías fundamentales, propias de los Estados democráticos, ligados en esencia al derecho a la libertad y a la privacidad, intimidad y confidencialidad. Así, el derecho a la privacidad de la información sobre la propia salud, puede entrar en disputa con el poder atribuido a los funcionarios públicos y a los equipos médicos para el seguimiento de contactos e investigación de datos de carácter reservado, considerados necesarios para el mejor conocimiento de una patología y el resguardo de la comunidad en general.

También ha sido controversial la fijación de los alcances del derecho de los profesionales de la salud a negarse al desempeño de sus funciones en épocas de pandemias, por tratarse de un trabajo riesgoso, surgiendo el dilema de conciliar su bienestar personal y familiar con el bien común. Y la pregunta que surge es ¿dónde terminan los derechos y obligaciones individuales en pos del bien general?

Existen profesiones en las que prevalece el trabajo individual sobre el grupal, donde cada uno cumple con su función, responde a lo suyo y los resultados no se ven alterados. En salud, inevitablemente, los profesionales del área representamos una excepción a ello, porque solamente articulando los roles se verá reflejado el grado de calidad de los resultados obtenidos.

La Ley de Ejercicio de la Medicina N°17.732/67 en el art. 19 al reglamentar el deber de atención, obliga a los médicos a: “ inc.1°) Prestar la colaboración que le sea requerida por las autoridades sanitarias en casos de epidemia, desastres u otras emergencias.2°) Asistir a los enfermos cuando la gravedad de su estado así lo imponga y hasta tanto, en caso de decidir la no prosecución de la asistencia, sea posible delegarla a otro profesional o en el servicio público correspondiente”.

En la provincia de Santiago del Estero, el art. 5° de la Ley 5205 prevé: “Son atribuciones y funciones del Consejo Médico…f) velar por el fiel cumplimiento de las leyes, decretos y disposiciones en materia sanitaria”.

Desde ese marco normativo, debemos plantearnos qué sucedería si el equipo de salud quedara realmente sometido al riesgo de contagio en el contexto de esta pandemia.

Sin duda que, es de fundamental importancia que se extremen las medidas de protección en materia de bioseguridad en los lugares de atención, más aún, si nuestra provincia cuenta con una potencialidad de dieciocho (18) especialistas en cuidados intensivos, a quienes debemos cuidar para que nos cuiden. Ello significa la provisión de los equipos de seguridad necesarios, educación apropiada referida al empleo de tales equipos, información sobre los riesgos y la necesidad de adoptar medidas preventivas y la disposición de un ámbito de trabajo seguro.

Contar con disponibilidad suficiente de las pruebas diagnósticas que faciliten los mecanismos de aislamiento y cuarentena obligados para contrarrestar los efectos devastadores de este agente patógeno.

Extremar las medidas de aislamiento comunitario dispuestas por el gobierno nacional y provincial, que es una responsabilidad de todas las personas.

La historia de las epidemias-pandemias pone de manifiesto profundas contradicciones y dilemas, los relatos trasuntan actitudes vinculadas tanto al terror como a la cobardía, pero en los desenlaces finales ha predominado siempre la valentía, la solidaridad y la compasión. Han sido trágicas experiencias que revelan la desigualdad y la exclusión , al afectar, sobre todo, a grupos vulnerables y desprotegidos, lo que debería despertar la conciencia social sobre la necesidad de tejer redes de contención , especialmente, ancladas en la solidaridad.

El gran desafío consiste en generar alianzas con las estrategias de salud pública, para el diseño de pautas de prevención, cuidado y tratamiento, armonizando los derechos individuales y colectivos.

Las políticas de salud se implementan por las normativas de los órganos gubernamentales o institucionales, pero se complementan con el compromiso de todo el equipo de salud, principalmente médicos/as y enfermeros/as por el servicio que diariamente brindan, en este momento de alerta sanitaria. También por la responsabilidad de los ciudadanos al acatar las medidas dispuestas en su interés.

El rescate eficaz de la condición humana se da a través de la vida, de la dignidad y de la solidaridad.

En este momento es muy importante que las instituciones estemos a la altura de las circunstancias para contar con la fuerza y la potencialidad de 3.500 médicos/as matriculados/as en la provincia, con compromiso acorde a la compleja situación por la que atravesamos, cada uno desde su lugar, aún aquéllos que tienen dispensas por situaciones particulares a través de consultorios virtuales que se están montando institucionalmente

Se deben dejar de lado las inconformidades por más fundamentación que tengan y pensar en objetivos puros como velar por el cuidado y bienestar de nuestra gente.

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