Evitar el colapso del sistema de salud

Por  Francisco E. Viano

Médico Clínico y Cardiólogo

Por  Francisco E. Viano. Médico Clínico y Cardiólogo

El mundo entero asiste azorado ante la rápida diseminación, de este nuevo brote de neumonía causado por un nuevo Coronavirus 2019 (Covid-19).

Este se originó en Wuhan China (paciente cero) en diciembre de 2019 y se extendió rápidamente con graves consecuencias por todo el planeta. Esto obligó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a declarar la emergencia sanitaria (pandemia).

Hasta el 31 de marzo de 2020 se informaron cerca de 850.000 casos de Covid-19 y la impactante cifra de 41.000 muertes aproximadamente en todo el mundo.

Estos números fríos se modifican y cambian minuto a minuto, aumentan de modo exponencial. China luego de una ardua batalla, parece haber logrado controlar la situación de estrago, no obstante existir dudas y escepticismo respecto de las cifras finales de infectados y fallecidos (régimen de gobierno).

En Europa, Italia y España libran un combate feroz contra la viremia, que velozmente colapso a sus sistemas de salud. Esta situación se extiende rápidamente al Reino Unido y en menor medida a Francia. El epicentro mundial de la enfermedad, hoy está centrado en los EE UU. 163.500 casos reportados y 2860 fallecidos. Nueva York y California se encuentran bajo cuarentena total.

No existe al día de la fecha un tratamiento efectivo en el mundo entero, para tratar y curar esta enfermedad. Se realizan varios estudios y ensayos clínicos de investigación, tratando de encontrar la vacuna salvadora. Se prueban protocolos de drogas, algunas de ellas de uso muy antiguo como la HCQ en combinación con un antibiótico (AZT).

No hay evidencia científica comprobada de su efectividad en el mundo, al día de la fecha. En Italia y España, tienen expectativas favorables con el uso de un antiviral llamado Remdesivir. La Cloroquina (HCQ) no es un fármaco inocuo.

Esto significa que puede producir efectos adversos indeseables muy graves, sobre todo a nivel del aparato cardiovascular (corazón) Concluimos entonces, que el aislamiento social obligatorio u optativo, sumado a las medidas y cuidados de higiene personal y colectivas, son las armas más efectivas para luchar contra este flagelo.

Sin control de la diseminación de la viremia, léase con circulación comunitaria del virus, no habrá sistema de salud en el mundo, que evite el colapso de su sistema.

Esto es independientemente de la infraestructura, cantidad de camas de terapia intensiva disponibles, respiradores, recursos humanos y tecnológicos, con los que cada uno cuente en existencia. l