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EL LIBERAL . Santiago

Carta de navegación: Islas Malvinas (primera parte)

01/04/2020 23:11 Santiago
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Carta de navegación: Islas Malvinas (primera parte) Carta de navegación: Islas Malvinas (primera parte)

Jueves, 28 de diciembre 2017

Puerto Argentino

Cielo: despejado

Viento: 30 nudos hacia nordeste

Temperatura: 19° C

Esto se podía leer en la carta de navegación del crucero E P. En el lenguaje de la navegación la carta náutica muestra el itinerario y todas las novedades que acontecen alrededor del desplazamiento del barco constituían una rutina estos detalles impresos que distribuían obsesivamente al amanecer. Es verdad que en la mayoría de las novelas policiales los lectores sufren la tensión gradual que sufren los personajes para adaptarse a espacios desconocidos y también a nuevos códigos, tensiones que se generan en algunos transportes compartidos donde acaso sería difícil escapar de una convivencia forzada aunque finita; quién no ha visto a los pasajeros de un tren donde se reúnen varias personas o tal vez un barco en altamar cual una verdadera torre de babel en la que se cruzan personajes que hablan diversos idiomas , representan variadas razas con sus vestimentas particulares y hábitos que suscitan simpatía o directamente con recelo o rechazo . Todo conforma un mundo libre o cerrado cada uno tendrá la libertad para elegir en esa aldea a través de la observación, categorización y desconfianza entre otras actitudes con quienes establecer contactos para comunicarse.

La compañía llevaba gente de muchas razas y gustos diferentes, el viaje se intuía complejo aunque la aventura generaba curiosidad, descubrir las sonrisas, el saludo siempre amable de los orientales salva las barreras idiomáticas y crea en ese mundo heterogéneo empatía con seres increíbles como Rosa (Saigón) de sesenta años, apasionada ciclista, deporte que la llevó a recorrer muchos países.

Este viaje tan deseado tenía un objetivo definido: visitar el Cementerio argentino en las Islas Malvinas pero con un recorrido extenso y complejo para experimentar sucesos nuevos en otras latitudes donde el gran atractivo lo constituía la belleza del escenario natural, los montes cuyos picos nevados se verían desde el mar , los fiordos chilenos, el Glaciar Amalia, el Cabo de Hornos, con sus aguas tormentosos que incentivaron la imaginación de novelistas del Siglo XIX, ciudades donde el viento y el frío, como Puerto Montt o Punta Arenas, constituyen su rasgo distintivo o la mágica ciudad entre lagos y montañas nevadas con su nombre originario Ushuaia y su exquisita gastronomía. No obstante la meta del viaje era desembarcar en las Islas Malvinas, según los testimonios de anteriores viajeros existía una probable oportunidad de descender allí y visitar el Cementerio Argentino de Darwin ubicado en la Isla Soledad. La mayoría de los argentinos conocen el mapa geográfico de la República Argentina y pueden ubicar a las Islas Malvinas en sur del Océano Atlántico, un lugar muy aislado, inhóspito asimismo para ingresar al cementerio habría que atravesar polvorientos caminos, desolados páramos donde los árboles como ancianos encorvados interrumpen ocasionalmente el horizonte. Nada, no hay nada solo pasto chato y tierra volcánica. Viaje a las solitarias islas, sí una de ellas se llama Soledad nombre que alude a ese sentimiento tan profundo que sorprende, oprime y que la mayoría evita; solo algunos pocos sabios como dijo Schopenhauer, la buscan.

Malas noticias en Santiago

Algunas veces se usa la expresión mala prensa cuando se difunden noticias sin fundamento serio o una referencia al amarillismo algo exagerado; en el libro de informaciones que había recabado se anunciaba que las Islas Malvinas se habían convertido -después de 1982- en un lugar turístico con numerosos atractivos, eso publicitaban las páginas web para turistas europeos, pero no conocía a nadie que hubiera estado en los últimos años por allí , lo publicado en español se refería al conflicto de 1982 y eso es un tema que aún nos duele y del que vamos descubriendo verdades muy lentamente. En Santiago de Chile, sí tuve información directa de alguien que el año anterior, había realizado la misma travesía y me comentó sobre el desembarco problemático complicado por el fuerte viento ya que desde el crucero hasta el puerto se hace el traslado en lanchas para cincuenta personas, me transmitió el miedo que tuvieron los pasajeros al regresar al crucero. Además el tema se comentaba entre nuestro grupo pues algunos habían comprado el viaje al cementerio con un cupo ajustado y excesivamente caro y otros intentaban la compra de billetes en el último minuto, algo imposible. No obstante tanta información negativa genera desconfianza, pero se aproximaba el día señalado en el itinerario 28 de diciembre cuando se suponía que el barco debía anclar lenta y tranquilamente pues lo conducían expertos y lo acunaba el leve balanceo de babor a estribor ni siquiera alterado por anunciado torbellino del océano cuando atravesó el tan mentado Cabo de Hornos, terror de los navegantes. Asimismo el tiempo libre del viaje había permitido interactuar con quienes realizaban la misma experiencia, la mayoría coincidían en la dificultad de desembarcar en las Islas Malvinas por motivos climáticos. En fin no eran noticias halagüeñas pues las informaciones se centraban en lo difícil y aterrador que habían sido otros viajes anteriores con olas que sacudían la embarcación cuando regresaban al crucero; otro , un hombre joven, gran viajero habló del dolor y el recuerdo del horror en el Cementerio Argentino. También escuché voces de estímulo para realizar el viaje a Darwin de un profesor mejicano que conocía mucho sobre este episodio bélico lo cual me impelía con desconfianza a interpelarlo sobre su interés y fuentes de información, no faltaron los gestos de desdén al hablar con otros sudamericanos de quienes no expreso su nacionalidad pero tuve oportunidad de responderles con cortesía.

Cada uno concibe el viaje en cuanto a sus lecturas, más aún las lecturas son un viaje hacia un mundo que deseamos descubrir y nosotros confiamos en alguien que conoce el oficio de narrar, acaso el viaje aparezca férreamente insertado en la vida no solo del hombre sino de los seres vivientes en general algunas referencias muestran los desplazamientos de los pueblos- esto no es nuestro tema- aunque veremos que sí se relaciona. Nuestra meta solo consistía en llegar a las Islas Malvinas, esas mismas que en la escuela desde la infancia nos enseñaron a dibujarlas en el mapa de nuestro país junto con las islas órcadas, las Sándwich y la Antártida Argentina. Ningún argentino de edad mediana puede olvidar lo que sucedió entre abril y junio de 1982. Eso nos marcó como país y a muchos a nivel personal hubo un antes y un después de la guerra de Malvinas.

Las informaciones previas acrecentaron mis expectativas para la visita, no obstante los preparativos que incluyeron investigación sobre la vida de los habitantes de las islas, ya que la difusión se activó después de los episodios bélicos denominados Guerra de Malvinas. Así pues la meta de mi viaje había sido objeto comentarios diversos por cuanta persona lo hubiera realizado previamente de modo que estaba en duda su concreción, estábamos arribando y aún existía alta probabilidad de fracasar.

(Mañana, última parte).


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