Las editoriales universitarias se afianzan como difusoras culturales

Las editoriales universitarias revitalizan sus páginas con herramientas destinadas a estudiantes y docentes para seguir leyendo y trabajando durante la cuarentena obligatoria, pero también como una forma de presentar y difundir sus producciones, con las que estimulan y alimentan el universo cultural contemporáneo.

Alejandro Dujovne, doctor en Ciencias Sociales y estudioso de la historia y sociología del libro y la edición en América Latina y España, explica que “uno de los grandes problemas estructurales de ecosistema del libro argentino es el gran déficit de librerías en muchas provincias argentinas”.

En ese contexto, destaca que “el papel de las librerías universitarias es clave, o podría serlo de asumir ese déficit como parte de su misión cultural”.

“En muchos casos se trata de papelerías que, entre otras cosas, venden algunos pocos libros, o de librerías a las que solo llegan los libros de los grandes grupos editoriales, o que priorizan la venta de textos escolares por sobre otros géneros. Es decir, al déficit de librerías se suma la escasa bibliodiversidad de las pocas existentes”, relató.

Dujovne, autor de un trabajo reciente sobre la edición universitaria argentina entre 2014 y 2019, describe que “al menos 26 editoriales universitarias nacionales cuentan con un punto de venta propio”.

“La mayoría de ellas uno solo y dentro de la universidad. Algunas, en cambio, están también fuera de los espacios universitarios. Por ejemplo, Eudeba cuenta con 14, las editoriales de la universidades de Villa María y la Universidad del Centro de la Provincia de Buenos Aires 5, y Tres de Febrero 4”, añade.