La noche que el terror le ganó al básquet

El básquetbol santiagueño está lleno de páginas gloriosas y de historias que quedarán en el recuerdo de todos. Historias de las buenas y de las no tan buenas. La rivalidad entre Santiago y Tucumán existió siempre en todos los ámbitos. Y el deporte, por supuesto, no está exento.

Esta ocurrió hace 21 años y unos cuantos días atrás. Más precisamente, el 1 de marzo de 1999. Una noche que iba a comenzar a marcar un antes y un después para los torneos nacionales de basquetbol. Quimsa y Tucumán BB jugaban la serie final del Noroeste (al mejor de 5), en una durísima temporada de la Liga B. Los tucumanos se imponían 2-1 y ese día, podían sellas su clasificación al hexagonal final con los mejores del país. Pero todo terminó en escándalo. Fue la noche en la que el terror le ganó al básquet.

Desde la llegada de la delegación santiagueña al estadio de Tucumán BB, la violencia estuvo presente. La ‘barra’ tucumana esperó al micro de los jugadores y comenzó a increparlos. Algunos hinchas agredieron a los jugadores de la Fusión y les tiraban bombas de estruendo. Todo se descontroló cuando Quimsa entró al vestuario. Varias personas fueron decididas a golpear a todo el plantel, algo que sucedió minutos más tarde. Cinco jugadores fueron lesionados. El recordado James Parker fue el que sufrió las heridas más importantes, con una fractura en su mano. El norteamericano nacionalizado argentino, le arrojó una silla en la cabeza a Carlos Pérez, un directivo tucumano quien luego lo denunciaría. Hasta hubo amenazas con armas de fuego

La dirigencia local quería que el partido se juegue a toda costa, pero Juan Fernández, quien hoy es árbitro de Liga Nacional, fue quien intercedió para salvar a los santiagueños.

“Veníamos de incidentes en Santiago cuando fue el tercer juego. Por esas épocas, los clásicos entre santiagueños y tucumanos eran terribles. Esa noche en Tucumán nos acorralaron. Fue de terror. Hoy la cuento y parece que estamos hablando de una historia del lejano oeste. Pero no. Nos pasó. Fue real”, contó Belisario Mocchi, ex jugador de Quimsa.

“Nos tiraron de todo cuando llegamos. Hasta bombas. Nos cerraron la puerta y logramos entrar empujando la puerta de la cancha. Los que estaban adentro, le comenzaron a pegar a James. él se agarró con mucha gente solo y logró sacarlo de ahí. Nos rompieron toda la ropa. Nosotros habíamos ido cambiados ya. Ahí intervinieron los árbitros. Juan Fernández nos salvó. Parker estaba con la mano quebrada. A mí me dieron una trompada. Nos fuimos de la cancha sin jugar. Fernández se puso delante de nosotros”, recordó Fernando Small, escolta de aquel equipo fusionado.

En total, cuatro jugadores santiagueños resultaron heridos aquella noche: Parker, Small, Nocioni e Ibáñez. Y fue justamente el juez principal el que se puso adelante para que el plantel santiagueño pueda salir de la cancha, ya que no estaba apto para jugar.

“Los hinchas santiagueños estaban todos camuflados. éramos doce contra 60. Tucumán BB es del barrio de La Bombilla, que es bravísimo. Creo que esa noche estaban todos ahí para pegarnos. ‘Juanca’ Barragán, quien era jefe de prensa, le pedía a la policía de Santiago para que nos vayan a buscar. Juan Fernández nos quiso acompañar y así fue. Se subió con nosotros al micro y le dijo a la policía que si nos pasaba algo, era con él ahí. Pidió la custodia y nos sacaron hasta la rotonda, donde emprendimos el regreso”, asegura Mocchi.

“Fue un descontrol. Peleas, bombas y armas de fuego en la cancha. Hoy parece increíble, pero esto solía suceder en aquellas épocas” dice Belisario.

Finalmente, Tucumán BB fue sancionado y se le dio por perdido ese juego. Quimsa ganaría el quinto punto en Santiago, en un partido que se jugó sin público. Una batalla que sirvió para que, de a poco, el básquet inicie una nueva era.

Quimsa terminaría ganando la serie a puertas cerradas

Esa polémica serie, plagada de incidentes, entre Quimsa y Tucumán BB, quedó en manos de los santiagueños, que clasificaron al hexagonal final nacional de la Liga B. “Pudimos salir vivos de Tucumán y volvimos para jugar en Santiago y lo ganamos al final. Fue por dos puntos con dos simples míos sobre el cierre, en un partido a puertas cerradas, con apenas tres dirigentes en la cancha. Jugamos después las finales con Belgrano, ese recordado equipo tucumano que después llegó a la Liga Nacional”, contó Belisario Mocchi.

Por Gustavo Paz Twitter: @gustypaz