Desde el Gobierno dan por hecho que la cuarentena irá hasta fines de mayo

Al cumplirse 21 días de que comience el aislamiento social obligatorio emitido por parte del Gobierno nacional, todavía "estamos muy lejos de la meta”, según lo indicó el presidente Alberto Fernández.

Estos dichos por parte del mandatario que surgieron de las reuniones que se mantuvieron con gobernadores, gremios y empresarios -cuando advertía que en los medios se hablaba del levantamiento del aislamiento- fueron confirmados este miércoles cuando anunció que "la cuarentena sigue" y que incluso se llevarán adelante controles "más estrictos en los centros urbanos".

Este jueves junto al jefe de Gabinete Santiago Cafiero, Fernández comenzó a analizar los informes técnicos del Ministerio de Salud y de otras carteras, llegando a la conclusión de que el aislamiento no se terminará el próximo 23 de abril. En el Gobierno, dan por hecho que tras esa fecha lo que ocurrirá será una apertura "muy gradual" de algunas actividades.

"Alberto prioriza lo que le dicen los expertos. Ellos pidieron entre quince ó 20 días más, pero creen que lo mejor es dos meses en total", plantearon desde Presidencia a medios nacionales. Esto quiere decir que la medida irá hasta el 20 de mayo, teniendo en cuenta el inicio de la cuarentena.

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Pese a esto, desde el Gobierno aclararon que esa sugerencia no implica que hasta esa fecha se mantengan las actuales restricciones, sin embargo admiten que "lo ideal" es que la apertura de actividades "no esenciales" se dé de manera "paulatina".

Cabe mencionar que el próximo 20 de mayo es, precisamente, una de las fechas clave que marcó el ministro de Salud, Ginés González García, en el "Plan de Respuesta ante el Coronavirus" que le presentó a mediados de marzo al presidente y al arco político opositor, cuando pidió que se instaure la cuarentena.

Según el pronóstico que había hecho el funcionario, si se mantenían las medidas restrictivas, el 20 de mayo se lograría reducir a cero la tasa de crecimiento de casos, con 253.372 infectados confirmados. Pese a que este fue el escenario más optimista que trazó en ese momento el funcionario, hoy en el país hay 1.795 contagiados detectados, cuando la previsión era tener 36.911.

Días después, González García explicó que "la estimación del pico de casos se corrió hacia mayo" a partir de diversos informes que recibió. Uno de ellos, aunque no encargado por el Estado, fue el de la consultora Boston Consulting Group, que en base a datos recopilados por la John Hopkins University de Estados Unidos, estimó que el pico se daría en la última semana de mayo, tras lo cual descendería. De cumplirse este pronóstico, recién se podría levantar la cuarentena de manera total entre fines de junio -en el caso más optimista- y agosto, en el caso más extremo.

Esto último, según el análisis que muestra la curva de contagios de los últimos días en el país, no sería necesario. Voceros del Ministerio de Salud destacaron que luego de una semana en la que se triplicaron los test (el miércoles se hicieron 1.520 versus un promedio de menos de 500 que se hacían hasta la descentralización del Instituto Malbrán) la cantidad de nuevos infectados sigue "estable".

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"Estamos testeando más y el porcentaje de positividad sigue entre el diez y 20 por ciento, que es el nivel que según la Organización Mundial de Salud desmuestra la eficiencia del testeo", explican.

Más allá de la fecha, y de algunos resultados preliminares auspiciosos, las autoridades de Salud fueron muy contundentes en la reunión que encabezó Cafiero con la cúpula de la CGT y los empresarios de la Unión Industrial Argentina (UIA) y de la Cámara Argentina de Comercio (CAC). "Debemos ser cautelosos en cuanto a la apertura del aislamiento. Es la mejor herramienta para evitar un colapso de nuestro sistema sanitario. Por eso tiene que ser muy gradual y escalonada", consideró la secretaria de Acceso a la Salud, Carla Vizzotti.

La funcionaria remarcó la importancia que la apertura de las actividades no esenciales sea "de a poco" y de evitar un “Día D”, en el que la gente salga a la calle repentinamente porque “a mayor circulación, mayor transmisión”. En esa línea, pidió conciencia para no subestimar la situación ante la preocupación por la economía: "No queremos llegar a lo que pasó a Italia", expuso.

La fecha del 23 de abril como anuncio a un final que no ocurrirá, tiene una razón clara. Pese a que cuenta con el apoyo político del grueso de los gobernadores para extenderla "lo que sea necesario", la estrategia del Gobierno fue plantear horizontes cercanos, no sólo para contener la ansiedad de los empresarios, sino también para atenuar el impacto emocional que -entienden- genera en la población anticipar un encierro tan prolongado.

Por otra parte, se supo que este fin de semana las autoridades de Salud podrán comenzar a evaluar el impacto sanitario que tuvo el amontonamiento de jubilados en la puerta de los bancos, el viernes pasado, para tener un panorama de lo que sería la salida masiva de la gente a las calles.