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EL LIBERAL . Santiago

Del Centenario al Bicentenario de la Autonomía de Santiago del Estero

27/04/2020 01:44 Santiago
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Del Centenario al Bicentenario de la Autonomía de Santiago del Estero Del Centenario al Bicentenario de la Autonomía de Santiago del Estero

En la historia de nuestro país, quizás los Centenarios más visible fueron los de la Revolución de Mayo en 1910 y de la Independencia en 1916, festejos de implicancia nacional. Sin embargo, para nuestra provincia 1920 fue un año significativo: la conmemoración del “Centenario de la Autonomía de Santiago del Estero”.

Entre las décadas de 1870 y 1910, la Argentina surgió políticamente como una nación unificada y disfrutó de un crecimiento económico bajo regímenes liberales ayudado por la creciente demanda de materias primas, que trajo como consecuencia una afluencia de préstamos e inversiones extranjeras (ferrocarril, minas y sector agrícola) y también los ingresos aduaneros proporcionados por las importaciones. Este modelo denominado “de economía primaria exportadora” privilegiaba la producción de materias primas derivadas de la actividad agrícolo ganadera para exportarla hacia las potencias europeas.

Al consolidarse el Estado nacional, con las transformaciones políticas, económicas, sociales y culturales, se favoreció un acuerdo político y una alianza económica entre dirigentes nacionales y las elites gobernantes del interior del país. En Santiago del Estero este acuerdo se vio reflejado en el vínculo entre el jefe del partido dominante a nivel nacional, el General Julio Argentino Roca, con el gobernador Absalón Rojas, quien posibilitó la entrada del roquismo en nuestra provincia y la concepción de la política urbanística como rasgo de la modernización. Esto fue posible con la entrada del ferrocarril; el incremento de la venta de tierras públicas que modifican la organización del territorio provincial y a la vez experimenta un crecimiento económico impulsado básicamente por la explotación forestal, lo que actúa como motor del desarrollo económico de la provincia. Es decir, estos son elementos dinamizadores del proceso de modernización provincial.

El año 1910 “Año del Centenario”, con festejos fastuosos a nivel nacional, engarzados en la prosperidad de las elites, maduraba al mismo tiempo, la mayor reforma política de la historia: la “Ley de Sufragio”, poniendo punto final al sistema de gobierno conservador.

El triunfo de la primera presidencia de Hipólito Yrigoyen, a través de la Ley de Sufragio, en 1916, puede ser considerado un año de excepcionales características. En Santiago del Estero los conservadores seguirían gobernando la provincia. Estos gobiernos se vieron intercalados con intervenciones, generando un período de inestabilidad política. Recién en el año 1920 llegó a la Gobernación de Santiago del Estero, después de un período de intervención, el Dr. Manuel Cáceres del Partido Radical. Podríamos decir que Santiago del Estero se preparó doblemente para festejar: el advenimiento de un gobierno elegido por voto popular y la autonomía provincial.

Es decir, en 1920 en pleno auge democrático, Santiago del Estero celebra el Centenario de su Autonomía. El festejo tuvo un hondo sentir patriótico en el espíritu de los santiagueños; esto se evidencia tanto en los discursos proclamados que valorizan a la democracia y el accionar del pueblo santiagueño por haber logrado la autonomía y los principios democráticos, como en los actos conmemorativos en el teatro con autoridades nacionales y de las distintas provincias, en la plaza con desfiles por parte de las escuelas y el ejército acompañados por la comunidad toda y en el Tedeum en la Catedral.

En representación del presidente Hipólito Yrigoyen, concurrió el ministro del Interior Dr. Ramón Gómez, quien en su discurso relaciona la celebración del primer centenario de la autonomía con la participación ciudadana en el “gran triunfo de comicios libre”. A la vez que entrega de parte de la embajada de España el documento que ordena “la reconstrucción del Escudo otorgado por el rey Felipe de España a la ciudad de Santiago del Estero”.

Por su parte en su discurso el gobernador Cáceres manifiesta que su gobierno marca una nueva etapa en la vida de la provincia. Al referirse al proceso autonómico sostiene “Grande fue aquel esfuerzo inicial, más grande aun los que siguieron para alcanzar a constituir los gobiernos regulares, después de la mortal congoja en que sumó a este pueblo, una tiranía feroz”.

La mayoría de los discursos hacen hincapié en los firmantes del acta de la Autonomía. Bottaro, el principal de la Orden Franciscana, en el Tedeum se refiere a ellos como “…los signatarios del acta correspondiente, cuyos nombres pasaran a la historia” o cuando los menciona como “grupo de esclarecidos varones que fijaron sus miradas en el porvenir”.

Por su parte el gobernador Cáceres rescata “aquel grupo de cabildantes pletóricos de amor a la libertad, fanáticos por la integridad de sus derechos, desafían todos los peligros…” Para finalizar sostiene “Corresponde hoy a Santiago del Estero consagrar el primer recuerdo a sus ciudadanos ilustres; los cabildantes santiagueños de 1820”.

Cabe consignar que todos los discursos evidencian una reivindicación, de carácter más colectivo, a los firmantes del acta de la Autonomía y el accionar de Juan Francisco Borges; no así a la figura de Juan Felipe Ibarra que se confunde, con la visión crítica de la época, hacia el caudillo santiagueño.

¿Qué sentido se le dio a la Autonomía en el año 1920?

El estado nacional se consolidó con la afirmación y la elección presidencial a través de la ley de sufragio en 1916. En Santiago del Estero, recién en 1920 se puso fin a un período de inestabilidad política (gobiernos conservadores e intervenciones), con el triunfo electoral del Dr. Manuel Cáceres del partido Radical. En esta etapa se entrelazaron los festejos de las ideas autonomistas y las reivindicaciones democráticas.

En los discursos pronunciados en los actos organizados por el gobierno para festejar el centenario de la autonomía, se valora al hecho histórico, pero se hace mayor énfasis en reforzar conceptos como pueblo, ciudadano y democracia. De ahí que, cuando los gobernantes se refieren a la proclamación de la Autonomía lo hacen en referencia a los hombres de Santiago: los doce cabildantes o vecinos que firmaron o consiguieron la autonomía. Este era el sentido que se le imprime al Centenario. ¿Dónde está la justificación de esta visión de la autonomía?

En las primeras décadas del siglo XX la figura de Juan Felipe Ibarra era denostada por los historiadores, por ejemplo, Baltazar Olaechea y Alcorta hace una fuerte crítica a su aspecto físico y al carácter; y otros como Andrés Figueroa y Alfredo Gargaro lo describían como un tirano. Esto mismo sucedía en las manifestaciones artísticas. En 1903 Francisco Viano escribió la novela Agustina, donde recrea la tragedia de Agustina Palacio de Libarona en la que Ibarra aparece como un tirano. Esta obra incluso fue recreada en el Teatro 25 de Mayo durante los festejos del Centenario. El escritor Andrés Rivas sostiene que en esta novela Ibarra es presentado como un personaje vengativo y cruel.

Si ésta es la descripción y opinión de muchos historiadores respecto a Ibarra, lo contrastan con la figura de Juan Francisco Borges a quien lo consideran como el precursor de la Autonomía.

Sin embargo, la historiografía revisionista de la década del 60, encuentra a historiadores como Orestes Di Lullo que rescatan de Ibarra su compromiso federal y su defensa del territorio provincial y Luis Alén Lascano quien lo describe como “figura prócer de mayo, guerrero de la independencia, fundador de la autonomía, campeón del federalismo y altivo custodio de la santiagueñidad”.

Este año 2020 se conmemora el “Bicentenario de la Autonomía Provincial”. Hace 200 años Juan Francisco Borges, Juan Felipe Ibarra lideraron esta transformación, acompañados por un grupo de hombres que firmaron el acta de la autonomía.

¿Qué sentido se le puede dar hoy a la Autonomía provincial? La Declaración de la Autonomía fue un acto soberano y colectivo, donde se trazaron los primeros lineamientos para proyectar una provincia libre, independiente. Como hace 200 años, también hoy todos somos protagonistas y responsables de la construcción de la autonomía de nuestra provincia.

La celebración del Bicentenario de la Autonomía de Santiago del Estero nos convoca a generar identidad colectiva, lazos de unión y crear una historia común. Es decir, reforzar nuestro proceso identitario como una construcción permanente. Las leyendas, los mitos, las historias compartidas, las fiestas o celebraciones contribuyen a esa “historia común”, ayudan a construir de manera individual y colectiva el ser santiagueño

Aún más, en tiempos de incertidumbre global, el Bicentenario de la Autonomía debería acercarnos a estos temas desde una perspectiva crítica y significativa. Poner la voz y la palabra del sentido de la autonomía -individual y colectiva-, sensibilizar, motivar y generar reflexiones en torno al ejercicio de la ciudadanía, el respeto a la diversidad, la equidad, la justicia y la convivencialidad, entre otros valores

El desafío como comunidad para el desarrollo de una sociedad justa, pluralista y democrática es cimentar puntos de encuentros, basados en cada uno de nosotros en tanto sujeto de derechos y en una justicia que recree el sentido de equidad social como un desafío impostergable de este momento histórico: Los 200 años de la Autonomía Provincial de Santiago del Estero es un tiempo para comprender el tiempo que nos toca vivir /convivir y solidarizarnos.


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