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EL LIBERAL . Santiago

Un hijo de Santiago le hizo frente al coronavirus en China al ritmo de tango y malambos

Con sangre santiagueña Gabriel presenta en ciudades chinas su estilo de baile

Con sangre santiagueña, Gabriel presenta en ciudades chinas su estilo de baile.

12/05/2020 00:02 Santiago
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Un hijo de Santiago le hizo frente al coronavirus en China al ritmo de tango y malambos Un hijo de Santiago le hizo frente al coronavirus en China al ritmo de tango y malambos

El bailarín Gabriel Barros, hijo del músico santiagueño René Barros, está en China, donde fue contratado el año pasado para trabajar por tres meses y se quedó en virtud de la masiva aceptación que tienen los espectáculos que brinda con su compañía de malambo. Hoy sufre los efectos de la pandemia.

Nació en Buenos Aires, pero abrevó de su padre, creador del grupo Chackaymanta, todo lo referido a las costumbres, tradiciones y leyendas de Santiago del Estero. Y con ese bagaje cultural heredado y su formación propia, conquista hoy Shenzhen, Shenzhou y Kaifeng, tres principales ciudades chinas en donde brilló con sus coreografías de tango y folclore.

“El año pasado tuve la posibilidad de venir a China para trabajar con mi compañía de Malambo. Nos contrataron por tres meses para presentarnos en un parque de diversiones. Como el trabajo fue muy bueno, a los productores y a la gente de acá (por China) les gustó lo que hacíamos y así fue como nos ofrecieron quedarnos por un año más para poder trabajar en un circo muy importante. Eso llevó que podamos estar en las ciudades de Shenzhen, Shenzhou y, actualmente, nos encontramos trabajando en Kaifeng”, resaltó el joven de 26 años que aprendió el arte de las boleadoras, el malambo y otras danzas cuando tenía 6.

Lo que en principio fueron momentos de gloria y esplendor, pronto se convertirían en tiempos de incertidumbre, espera y dolor. Es que la aparición del coronavirus en China truncó, tanto a él como a millones de ciudadanos de ese país, sus sueños.

“En Shenzhou trabajamos en un circo. Nos iba muy bien, nos sentíamos cómodos por la nueva experiencia, por todo lo que habíamos logrado, por la nueva puerta que se había abierto hasta que en enero pasado nos vimos afectado por el coronavirus”, evocó Gabriel en una entrevista con EL LIBERAL desde Kaifeng, ciudad en donde vive hoy y que cuenta con una población de casi 5.000.000 de habitantes.

“Esto (por el coronavirus) complicó la realización de todos los shows. Cuando surgió esta pandemia y paralizó todas las actividades, nos dieron las posibilidades de optar en quedarnos o volvernos a nuestras casas, pero sin la esperanza de que nos contraten nuevamente. Fue un momento de una decisión muy dura porque veíamos cómo en China estaba complicándose cada vez más. El pasar de lo días era bastante duro. Nuestras familias estaban preocupadas por nosotros por todo lo que veían en las noticias”, rememoró.

Decidieron quedarse

Gabriel precisó que ante la encrucijada que se encontraban, y pese a todo, decidieron quedarse en China y esperar a que pase todo. “Nosotros no quisimos bajar los brazos. Optamos por quedarnos. Venciendo los temores, sostenidos en nuestra fe y esperanza de que todo fuera a pasar pronto, decidimos seguir en China. Lo que nos dio la fuerza para tomar esa decisión fue que acá teníamos la comida asegurada. También llegamos a un acuerdo con la empresa. Sus propietarios nos sostuvieron durante los tres meses que estuvimos inactivos. Para nosotros, esto fue algo positivo”, resaltó.

“Después de una larga espera de tres meses, desde hace un mes, retomamos nuestras actividades con todos los cuidados que requiere el caso. Los shows lo hacemos con barbijos y cuidándonos como tiene que ser. Por suerte, el público es muy concurrido”, enfatizó con inocultable alegría este artista que, también, en sus shows, baila tangos y chacareras.

“Estamos muy agradecidos con nuestras familias y con nuestros amigos por todo el apoyo que nos han brindado desde el primer minuto que llegamos a China hasta ahora”.

Bailar lo libera y lo eleva espiritualmente. Es un bálsamo para este joven que es ovacionado en tierras lejanas y que no olvida sus raíces, su origen, su lugar y a quienes le dieron las herramientas con las que hoy se abre paso triunfal por el mundo.

“Mi familia es de Santiago del Estero. Desde muy niño me dediqué al folclore, puntualmente a la danza. Mi padre es músico y me llevaba a distintos espectáculos. Recuerdo que tenía 4 años cuando me presentó a mi maestro, Antonio Ferreyra, el que me enseñó todo: el arte de las boleadoras, el malambo, las danzas, las figuras, las posiciones”, sostuvo Gabriel quien, en otros momentos de su vida artística, integró elencos de la cultura nacional e internacional, entre ellos el de la compañía que dirigía Carmen Flores, como también el de Mora Godoy con “Tango porteño” y el de Walter Galarza con “Sabor a tango”.

¿Cómo llegó Gabriel a China?

“Fue gracias a una persona importante del ambiente, el maestro Eduardo Rodríguez, quien tuvo la gentileza y la humildad de comunicarse por teléfono para notificarme de este trabajo. Estaré agradecido por el resto de mi vida”, dijo.

Actualmente, lidera un grupo integrado por seis bailarines, aunque en la actualidad y por el coronavirus quedan solo tres.


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